sábado, 4 de octubre de 2008
Sobre el Rugby y la vida
Creo que como la mayoría de los uruguayos, vemos el juego del Rugby como una pelea callejera dentro de una cancha de fútbol, un juego que nos parece agresivo y grotesco y que no comprendemos.
Ahí está el error. Si nos interesamos en conocer el juego, sus reglas, etc, lo veríamos de otra manera; nos podrá gustar o no, pero no haríamos juicios de valor.
Eso es lo que me sucedió a mi, con motivo del Campeonato Mundial de Rugby que se desarrollo en Francia y con la trascendencia que alcanzó por la exitosa participación de los “pumas” argentinos, me interesó saber como eran las reglas de este juego.
Fue así que un día veo un fanático con una camiseta de Sudáfrica y como me interesaba que le ganaran a los “hermanos” argentinos, le pregunte sobre el tema y su respuesta me dejó pensando profundamente. Las reglas no eran lo importante, lo importante eran las enseñanzas que deja este deporte y que como dice el título de ésta nota se puede comparar con la vida misma.
Días después esa persona, a la cual le agradezco sus enseñanzas sobre el tema (debemos estar atentos para recibir cosas nuevas que nos hagan crecer como seres humanos), me acercó más datos específicos sobre el verdadero valor del Rugby; datos que a continuación expongo a Uds.:
“El juego del Rugby tiene características que lo distinguen de los demás deportes, en el Rugby existen particularidades muy importantes; antes de hablar de la técnica o de táctica debemos tener en claro, que por sobre todas las cosas el Rugby es una actividad que excede el mero hecho de jugarlo.
El Rugby es una manera de vivir, formando y mejorando al individuo a través de él, siendo este punto de vista resaltado naturalmente en cualquier parte del mundo donde se lo practique.
Si tuviésemos que definir el espíritu y la filosofía, nada más acertado que decir que el Rugby es el juego del respeto. Un juego de personas que de manera constante se enfrentan a la adversidad y que tratan de superarla con gran esfuerzo y una exagerada cuota de lealtad.
Esta definición nos está mostrando que si bien el aspecto técnico es importante, no es el único ni el primero, siendo el respeto, la educación y el control de uno mismo, las cuestiones básicas para prepararse a disfrutar el juego del Rugby.
Respeto porque la primera regla de un partido de Rugby es “ el juez siempre tiene razón” y si no puede entender esto nunca juegue al Rugby.
Solidaridad porque el Rugby es un deporte colectivo por excelencia y exige una fe ciega en los compañeros y uno aprende a sacrificarse por el interés máximo que existe en la cancha que es el equipo.
Otro axioma del juego es la “lucha”, no se puede jugar al Rugby sin adversarios y cuanto más duro es el juego, mejor es.
El Rugby no es un deporte para cualquiera, es un deporte de contacto y todo lo que autoriza el Rugby podría parecer una pelea callejera. Sin embargo los “rugbiers” son hombres responsables de sus actos, se autocontrolan y son capaces de distinguir el juego en lo que tiene de arbitrariedad y de realidad.
Por último, el Rugby fomenta la amistad para toda la vida, la caballerosidad y el respeto con los contrincantes con los cuales se reúnen luego del partido “el tercer tiempo” y es la manera de agradecerse unos a otros la oportunidad que tuvieron de disfrutar el juego dentro de la cancha.
En definitiva, lo del título de esta nota, el Rugby es “el juego de la vida”. Apliquemos sus enseñanzas y tratemos de ser más respetuosos, más solidarios, más luchadores para enfrentar las adversidades; desarrollemos nuestro autocontrol para actuar con sabiduría y fundamentalmente desarrollemos la amistad con todos los seres humanos.
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