Era de noche. Un transeúnte, al pasar junto a un farol, vio a una mujer que buscaba afanosamente algo por el suelo. Daba vueltas alrededor del farol, insistentemente, hasta que el transeúnte se aventuró a preguntar:
-Perdona que te moleste, buena mujer ¿puedo ayudarte en algo? ¿qué se te ha perdido? ¿qué buscas?
La mujer, con voz entrecortada por los sollozos, respondió:
-Busco una aguja.Llevo horas buscándola y no aparece.
-¿ Se te ha caído por aquí?
No –gimoteo la mujer- .La he perdido en mi casa. Pero como allí no tengo luz, he venido a buscarla junto a este farol.
A menudo ansiamos hallar fuera de nosotros sólo lo que en nosotros mismos puede ser hallado.
jueves, 30 de octubre de 2008
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