viernes, 3 de octubre de 2008

La Gran Misión


La Gran Misión

Dios estaba en el cielo mirando como actuaban los hombres en la Tierra. Entre ellos la desolación reinaba, ¡Más de 7.000.000 millones de Seres Humanos son pocos para alcanzar la magnificencia divina del Amor! Suspiró el Señor.
El Padre vio tantos humanos en guerra, esposos y esposas que no se contemplaban sus carencias, ricos y pobres apartados, sanos y enfermos distantes, libres y esclavos separados, que un buen día reunió a sus ángeles y les dijo:
¿Veis a los seres humanos? ¡Necesitan ayuda! Y tendréis que bajar vosotros a la Tierra

¿Nosotros? Dijeron los ángeles ilusionados, asustados y emocionados, pero llenos de fe.

Si, vosotros sois los indicados, nadie más podría cumplir esta tarea. ¡Escuchad!:
Cuando cree al ser humano, lo hice a mi imagen y semejanza, pero con talentos especiales a cada uno. Permití diferencias entre ellos para que juntos formasen el reino. Así lo planee. Unos alcanzarían riquezas para compartir con los pobres, otros gozarían de buena salud para cuidar a los enfermos. Unos serían sabios y otros, muy simples para procurar entre ellos sentimientos de amor, admiración, respeto y solidaridad.
Los buenos tendrían que rezar por los que actuaran como si fueran malos. El paciente toleraría al neurótico. En fin, mis planes deben cumplirse para que el hombre goce, desde la tierra, la felicidad eterna. Y para hacerlo vosotros bajaréis con ellos dijo Dios a sus ángeles.
Entonces el Señor explicó su deber. Como los hombres se han olvidado de que los hice distintos para que se complementaran unos a otros y así formaran el cuerpo de mi hijo amado; como parece que no se dan cuenta de que los quiero diferentes para lograr la perfección, bajaran ustedes con francas distinciones. Y dio a cada uno su tarea:

Tu tendrás memoria y concentración de excelencia, serás ciego.
Tu serás elocuente con tu cuerpo y muy creativo para expresarte, serás sordomudo.
Tu tendrás pensamientos profundos, escribirás libros, serás poeta, tendrás parálisis cerebral.
A ti te daré el don del amor y serás su persona, habrá muchos otros como tú en toda la Tierra y no habrá distinción de raza porque tendrás la cara, las manos y el cuerpo como si fueran hermanos de sangre, tendrás síndrome de Down.
Tu serás muy bajo de estatura y tu simpatía y sentido del humor llegaran al cielo, serás gente pequeña.
Tu disfrutarás la creación tal como lo planee para los hombres, tendrás discapacidad intelectual. Y mientras otros se preocupan por los avances científicos y tecnológicos, tu disfrutarás mirando a una hormiga, una flor o un pájaro. Serás feliz, muy feliz porque amarás a todos y no harás juicios a ninguno. Tu vivirás en la Tierra, pero tu mente se mantendrá en el cielo, preferirás escuchar mi voz a la de los hombres, tendrás autismo.
Tu serás como ninguno, te faltarán los brazos y harás todo con piernas y boca.
Y al último ángel le dijo: serás genio, te quitare las alas antes de llegar a la tierra y bajarás con la espalda ahuecada. Los hombres repararán tu cuerpo, pero tendrás que ingeniártelas para triunfar; tendrás mielomeningocelle, que significa miel que vino del cielo.

Los ángeles se sintieron felices con la distinción de Dios, pero les causaba enorme pena tener que apartarse del cielo para cumplir su misión. ¿Cuánto tempo viviremos sin verte? ¿Cuánto tiempo lejos de Ti? Preguntaban
No os preocupéis, dijo el Señor, estaré con vosotros todos los días, Además, esto durará sólo 60 u 80 años terrenos.

Está bien, Padre. Será como dices. 80 años pasan en un instante en el reloj eterno. Aquí nos vemos en un ratito, dijeron los ángeles al unísono y bajaron a la Tierra emocionados. Cada uno llegó al vientre de una Madre, ahí se formaron durante 7. 8, 9 meses, al nacer fueron recibidos con profundo dolor, causaron miedo y angustia.
Algunos padres rehusaron la tarea, otros la asumieron enojados, otros se echaron culpas para disolver su matrimonio y otros más lloraron con amor y aceptaron el deber. Sea cual fuere el caso, como los ángeles saben de su misión y sus virtudes son la fe, la esperanza y la caridad, además de otras, todas gobernadas por el amor, ellos han sabido perdonar, y con paciencia pasan la vida iluminando a todo aquel que los ha querido amar.
Siguen bajando ángeles a la Tierra con espíritus superiores en cuerpos limitados y seguirán llegando mientras haya humanidad en el Planeta. Dios quiere que estén entre nosotros para darnos la oportunidad de trabajar con ellos y aprender de ellos.

No hay comentarios: