Es maravilloso Señor; tener mis brazos perfectos,
Cuando hay tantos mutilados.
Mis ojos perfectos, cuando tantos no tienen luz.
Mi voz canta cuando otras enmudecen.
Mis manos trabajan, cuando tantas mendigan.
Es maravilloso, Señor, volver a casa,
Cuando tantos no tienen adonde ir;
Es maravilloso, poder sonreír, amar, soñar, vivir;
Cuando hay tantos que lloran, odian y mueren
Sin haber vivido la vida.
Es maravilloso Señor, tener un Dios en quien creer,
Cuando tantos no te conocen.
Es maravilloso, sobre todo, tener tan poco que pedir
Y tanto que agradecer.
lunes, 17 de noviembre de 2008
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