viernes, 30 de septiembre de 2011

Lo dijo Sixto:

“La vigencia del conocimiento de las leyes o principios universales, podría llevarnos a contrarrestar el momento actual, con una conciencia superior. Porque si “uno puede crear lo que cree”, como dice la primera ley, debemos transformar no sólo el futuro planetario sino también nuestra propia realidad actual. Si “las mismas leyes que regulan el Universo infinito, funcionan igualmente en nuestra vida“, como indica el segundo principio, aprendamos definitivamente a ser Dioses creadores de nuestra propia trascendencia. Si “todo es vibración”, según la tercera ley, entonces aprendamos a decretar con el poder de la palabra el cambio positivo y el triunfo de la espiritualidad sobre el materialismo; del Amor frente al egoísmo; de la Paz frente a la
violencia. Si “a toda fuerza se le opone otra contraria de igual intensidad” como menciona la cuarta ley, evaluemos y midamos nuestras fuerzas sin menospreciarnos, dándonos a nosotros mismos valor frente a la asechanza y también confianza en la capacidad de responder a la responsabilidad que se nos presenta.
Si “todo va y viene”, como cita el quinto principio, ya llegó el momento que venga lo bueno, que es la luz, la paz, la belleza, el orden, la justicia, etc..
Si “todo lo que sembramos, eso cosechamos”, según la sexta ley, sembremos la mejor semilla, la de la esperanza y el Amor, para que rápidamente y obedeciendo a estos tiempos de cambio, veamos y cosechemos el mejor fruto. Y si finalmente “todo en el universo busca su complementación y equilibrio”, como reza el séptimo principio, ya llegó entonces el tiempo como para que lo que llene el vacío sea lo bueno y positivo”.

Extracto de “Una Insólita Invitación” de Sixto Paz Wells.

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