La magia de las comunicaciones satélites y el prodigio de las aeronaves que superan la velocidad del sonido nos han creado la ilusión de conocer nuestro planeta como la palma de nuestra mano. Sin embargo, en él continúan ocultándose misterios, para develar, los cuáles nuestra tecnología más sofisticada parece impotente. En Perú, por ejemplo, existe una meseta desértica sobre cuya superficie, por cientos de kilómetros cuadrados aparecen extraños y gigantescos dibujos grabados en el terreno mismo. Se las conoce como las líneas de Nazca, y sobreviviendo a los siglos, muestran la perfección de su trazado, la ciclópea labor de realizarlos y su oculto significado. Fueron descubiertas en 1939 por el investigador Paul Kosoc en forma fortuita; acompañado de su esposa, había llegado a Perú para estudiar los antiguos sistemas de regadío Incas y para obtener una mejor visión alquilo una avioneta; surcando el cielo sobre el Desierto de Ocucaje (Nazca) observo extraños dibujos de enormes proporciones. Las figuras que divisaba eran hechas con intención (cuál?) y no un azar geológico, enmarcado en este panorama desértico, miles de líneas se extienden por 520 km² y llegando una de ellas a tener 65 km de longitud.
Pero hay más, estás no son sólo líneas, forman dibujos: rectángulos, triángulos, trapecios, etc.. Y también animales: monos, arañas, pájaros. Desde el punto de vista técnico las líneas de Nazca son impecables. Las rectas ostentan una linealidad perfecta, con insignificantes desviaciones a lo largo de kilómetros. Las curvas parecen trazadas con compás. Todas las líneas y figuras de Nazca se han trazado raspándose la capa superficial hasta dejar al descubierto la tierra amarilla subyacente. Resulta factible que ésta tarea fuese manual, pues no han aparecido huellas de animales de tiro. Las líneas fueron trazadas por los indios nazca, que precedieron a los Incas y habitaron grandes extensiones de la región costera del Perú, durante un período de 1.000 años entre el 500AC y el 500DC.
Las líneas de Nazca podrían ser un calendario astronómico que permitía anticipar los solsticios y los eclipses (teoría de Paul Kosoc). Para otros eran pistas de aterrizaje de naves extraterrestres (Erich Von Daniken). También se ha llegado a decir que las pistas eran para realizar fiestas religiosas y que “corredores” (chasquis) circulaban y corrían carreras por ellas en honor de sus dioses.
El estudio de las líneas de Nazca ha sido posible gracias a Marie Reiche “La anciana de Nazca” que dedicó su vida al mantenimiento y estudio de las líneas. Como dice la propia Reiche: “Soy posiblemente la mujer que más escobas ha usado en su vida”.
El misterio de Nazca permanece impenetrable, no faltan quienes sostienen que las líneas no son sino partes de un vasto mensaje grabado para durar hasta que convenga que lo entendamos y quizás por eso hoy todavía los indios andinos siguen la costumbre de caminar a lo largo de las hendiduras, en parte para usarlas como caminos y en parte por un secreto ritual, un silencio respetuoso a sus Dioses civilizadores.
(Extracto del “Atlas de lo extraordinario y lo misterioso”).
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