miércoles, 10 de agosto de 2011
Editorial: Diciembre 2005
Y llegamos a Diciembre, como decía aquel programa de TV: “Aunque Ud. no lo crea”, un año difícil para el Uruguay y para el Mundo donde vemos crecer lo negativo, los conflictos, las catástrofes. Parece que el mal está ganando la batalla y que el Plan maestro no se va a cumplir; el desaliento, los problemas, las crisis están a la orden del día y a veces nos dan ganas de bajar los brazos, de abandonar.
Pero siempre (oh, causalidad) aparece algo o alguien que nos saca del pozo, que nos da una mano y nos tira para arriba; a veces la palabra de aliento de un hermano, otras la sonrisa de un niño, una canción que nos trae lindos recuerdos, una noticia agradable que nos reconcilia con la Humanidad.
Y llegó Diciembre, y en todo el mundo se festeja la Navidad, el “año viejo”, el “año nuevo” y los seres humanos por un corto tiempo bajamos la guardia, escuchamos al otro y hasta comprendemos al otro, y por un breve espacio de tiempo, nos ponemos en el lugar del otro y lo tratamos de entender.
Y si bien en la Misión sabemos que no es la verdadera Navidad, ya que Jesús nació un 19 de Marzo, no debemos desaprovechar el momento de trasmitir el Mensaje que los Hermanos del Cosmos nos vinieron a recordar. Un mensaje que no es nuevo, pero que el ser humano se olvidó o le hicieron olvidar y que ahora adquiere una importancia vital; un mensaje tan simple y sencillo que una sola palabra lo define: Amor.
¡Qué el Amor llene nuestras conciencias, nuestros hogares y familias! ¡Qué así sea!
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