sábado, 20 de agosto de 2011
Los Mantras:
El sonido es una forma de energía constituida por vibraciones o longitudes de onda, ciertas longitudes de onda tienen el poder de curar; otras son capaces de hacer trizas una copa. Los mantras son sílabas, palabras o frases (sánscritas) que, cuando se las repite en la meditación, llevan al individuo a un estado de conciencia superior. Son sonidos o energías que han existido siempre en el universo, y no se los puede crear ni destruir. Hay seis cualidades comunes a cualquier verdadero mantra: fue originalmente revelado a un sabio que mediante él alcanzó la autorrealización, y después lo transmitió; tiene cierto metro (medida) y una deidad que los preside; tiene energía en su esencia un “bija” o semilla, que lo inviste de un poder especial; tiene energía cósmica divina o “shakti”, y finalmente, tiene una llave que ha de ser destrabada mediante la repetición constante antes de que se revele la conciencia pura. El “japa”, o repetición del mantra, no sólo proporciona un punto tangible sobre el cual concentrar la mente, sino que también libera la energía encapsulada en ese sonido. La energía se manifiesta literalmente, creando en la mente una pauta específica de pensamiento, por lo que la pronunciación correcta es de suma importancia. Mediante una práctica sincera, la repetición de un mantra conduce al pensamiento puro en que la vibración del sonido se mezcla con la vibración del pensamiento, y no hay percepción del significado. De esta manera, el mantra te conducirá a la verdadera meditación, a un estado de unidad, de no dualidad. Hay tres tipos principales de mantras: los mantras “saguna” invocan deidades o aspectos específicos de lo absoluto; los mantras “nirguna” son abstractos, y declaran la identificación del meditador con lo absoluto; y los “bijas” o mantras seminales son aspectos del “om”, y se derivan directamente de los cincuenta sonidos primitivos.
Puedes repetir tu mantra en voz alta (diciéndolo o salmodiándolo), en un susurro o mentalmente. El “japa” mental es el más efectivo, porque los mantras están en una longitud de onda que trasciende el sonido físico. Pero al principio, cuando a uno le cuesta más mantener la concentración mental, se ha de comenzar la meditación pronunciando el mantra, y después susurrándolo, antes de pasar a la repetición mental, sea cual fuere la forma del “japa” que uses te ayudará si coordinas el mantra con la respiración.
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