miércoles, 18 de abril de 2012

Mensajes del Agua: La vibración existe (primera parte)



Una de las cosas que más hablamos en la misión, es de la vibración, fundamentada universalmente en la Ley que lleva su nombre. Siempre a través de experiencias diarias hemos podido comprobar la veracidad de ésta Ley, ya sea a través de la palabra o otras cosas. Pero nunca hemos podido demostrarlo científicamente, al menos de tan buena forma, como lo hace éste científico japonés. Les contamos su historia.
Masaru Emoto, licenciado en Relaciones Internacionales y más tarde en Medicina Alternativa, empezó a interesarse por las propiedades sanadoras del agua unos 15 años antes de la edición del libro que recopila su investigación; tras 5 años entabló contacto con un investigador californiano que estudiaba las vibraciones más sutiles de las moléculas de agua utilizando las técnica de la resonancia magnética... Trabajando con este científico el profesor Emoto se formuló la siguiente pregunta: ¿sería posible reflejar las cualidades sanadoras de diferentes tipos de agua de una manera visible y palpable? La “idea feliz” para llevar a cabo este estudio le llegó al probar de fotografiar los cristales hexagonales que formaban distintas muestras de agua al helarse. Y de las imágenes que obtuvo llegó la confirmación a su sorprendente hipótesis: Ciertas muestras de agua corriente de grandes urbes presentaban una estructura de cristalización muy tosca, mientras que muestras de agua de manantiales ofrecían cristales de una gran belleza. Extendió así su área de estudio al fotografiar cristalizaciones de agua de diversos lugares del mundo (glaciares, lagos,agua de lluvia, fuentes), obteniendo cristales de formas más bellas y sorprendentes cuanto más alejados se hallaban del quehacer humano.
La sorpresa mayor llegó al conseguir transformar irregulares patrones de agua contaminada en bellos cristales hexagonales al someter las muestras a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o bien música clásica. O bien al transformar “indiferentes” cristales de agua destilada en bellos patrones geométricos al susurrarles palabras de agradecimiento, o bien al contrario, obtener horrorosas estructuras al someterlas a frases desagradables. (Seguiremos tratando éste tema en siguientes boletines).

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