viernes, 29 de julio de 2011

Un poco de Historia: Los Cátaros (“los hombres puros”)



(Ya habíamos tratado sobre ésta tan particular secta, los cátaros o albigenses. Pero en el afán de ampliar la información aportamos a todos los hermanos el siguiente material).
Los antecedentes más remotos de ésta secta eran los paulicianos, y ésta fue fundada en Armenia por el patriarca Constantino, hacia el año 650 DC. Su maestro inspirador fue el Apóstol Pablo.
Los paulicianos creían en dos principios antagónicos. Atribuían al Antiguo Testamento al demiurgo (el creador y ordenador), negaban la eucaristía y rechazaban la presencia de la cruz, que según ellos, al haber sido maldecida por Moisés y a la vez ser un instrumento de suplicio, no debió inspirar ningún motivo de veneración. La intolerancia hizo que ésta secta fuera exterminada hacia el año 878 de nuestra era por los bizantinos. Los Balcanes fue la tierra que dio cobijo y asilo a sus ideas.
A mediados del siglo X DC, en Macedonia, un aldeano que se hizo llamar Bogomil (amigo de Dios) se lanzó a predicar una religión de paz y no violencia, de aceptación del orden de las cosas (Leyes Universales), de serenidad y equilibrio. Sus seguidores fundaron monasterios y conventos predicando como máxima la bondad por excelencia. Su originalidad consistía en hacer de Satán un auxiliar aceptado por Dios, puesto que en la aventura de la vida el Hacedor había aceptado insuflar un espíritu libre en las criaturas de barro moldeadas por Satán.
Algunas de las ideas fundamentales de este movimiento se pueden hallar en el libro Misterio y mensaje de los cátaros de Jean Blum. Por ejemplo, en las páginas 26 y 27 se cita lo siguiente:
“Que sólo existe un Dios. Que para los católicos es todopoderoso. Que para los cátaros debe contar con la oposición de fuerzas caóticas nefastas.
Que el alma sobrevive a la muerte física. Que, según los católicos, su destino se juega en una sola vida. Que, según los cátaros, las puertas de las reencarnaciones llevan ese destino en este mundo hasta la purificación definitiva.
Que el universo sensible ha sido creado. Que, según los católicos, es obra de Dios. Que, según los cátaros, es obra de Satán, hijo de Dios, pervertido por el caos del principio del mal.
Que los ángeles y los hombres han pecado. Que, según los católicos, lo han hecho por ejercicio de su libre albedrío. Que, según los cátaros, lo han hecho por el dominio del principio del mal.
Que el pecado tienta permanentemente a los vivos. Que, según los católicos, sólo implica a su autor y encuentra su perdón en un sacramento. Que, según los cátaros, implica al universo entero y encuentra su redención con el esfuerzo consciente de una voluntad que acaba con el determinismo inicial.
Que Jesucristo fue enviado para la redención del Mundo. Que, para los católicos, la salvación recompensa el cumplimiento de su ley. Que, para los cátaros, el Amor lleva en sí mismo la salvación”.
En el año 1167 el patriarca bogomilo Niketas fue a predicar a Langúedoc (sur de Francia) y allí se instaló definitivamente la Iglesia Cátara. Fueron exterminados por la 3ª cruzada organizada por la Iglesia Católica y el Papa Inocencio III (1209-29).
Extracto de “La Antiprofecía” de Sixto Paz Wells.

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