martes, 5 de julio de 2011

Editorial: Julio 2003

Se acercan tiempos difíciles para la Humanidad, tiempos de cambio ya previstos en varias profecías (Mayas, Templarios y Cátaros) y en el propio Apocalipsis de la Biblia. Cada vez se hace más necesario poner en práctica todo lo que nos han enseñado los Guías y crear definitivamente “la conciencia espiritual”, esto significa comprender la existencia de un proyecto terrestre y de un destino mágico para la Humanidad.
“Ya es momento –nos dice Sixto Paz– de que el ser humano se eleve sobre sus limitaciones espacio-temporales, dejando atrás el materialismo egoísta y la autodestrucción. Sólo aquellos que tengan fuerza de voluntad y una sólida fe. Basada en el amor, podrán resistir los tiempos de prueba y encontrar el camino hacia la paz y la convivencia fraterna”.
Por lo dicho, en la Misión no hay lugar para intereses mezquinos, egos, apegos y divisiones, todos, absolutamente todos, debemos tirar para el mismo lado. No hacerlo sería olvidar el sacrificio de Cristo, que nos enseñó a perdonar y a dar la vida por la Humanidad.
Nos corresponde crear en nuestro interior y en el ambiente donde nos encontramos un campo propicio para las semillas de un nuevo modo de vida. Si observamos la cantidad de situaciones que nos indican que la vida superior es la única opción que tenemos; si comprendemos que todo converge para llevarnos a despertar a estados de conciencia inéditos, donde no existen los conflictos, veríamos realizada una buena parte del “Plan Cósmico” trazado para la Tierra.
Nos encontramos ante la perspectiva de vivir tiempos de gloria, incluso en medio del desorden que tanto se expande en la faz de la Tierra.
Una verdadera Humanidad, debe estar basada en niveles de existencia superiores, de no ser así no mereceríamos acompañar el pasaje de la Tierra a la 4° dimensión.

Que la Fe, el Amor y la Paz acompañen a todos los hermanos. Que así sea y así será.

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