viernes, 1 de junio de 2012

Un poco de Historia: Glastonbury: La legendaria Avalón



El otero (cerro aislado) de Glastonbury se eleva sobre las llanuras de Somerset, con las ruinas de una Iglesia en su cima que señalan, de manera inconfundible, uno de los lugares más misteriosos de Inglaterra, Glastonbury, donde se construyeron los primeros edificios cristianos del país; esta inmerso en la tradición y la leyenda, el mito y la ficción.
Esta pequeña población atrae a todo tipo de visitantes, el romántico acude atraído por las leyendas del Rey Arturo; el peregrino, por su antigua tradición cristiana; el místico pretende encontrar el Santo Grial y el astrólogo se siente atraído por el rumor de que hay un zodíaco trazado sobre el paisaje.
Glastonbury era casi una isla rodeada de pantanos y tierras abnegadas cuando se establecieron los primeros cristianos, la fecha más antigua corresponde al año 705 DC, cuando el Rey Ine fundó un monasterio. Entre los siglos XII y XIII se construyó una Iglesia dedicada a la Virgen. La leyenda indica también que aquella primer Iglesia había sido construida por José de Arimatea, el hombre que amortajó y sepultó el cuerpo de Jesús. Otra leyenda asegura que José llego en una canoa a la colina de Wearyall y se apoyó en su bastón con el propósito de rezar. El bastón hecho raíces y se convirtió en el espino de Glastonbury, que aún florece en Pascua y Navidad en los terrenos de la Abadía.
Posiblemente, el mayor misterio de Glastonbury reside en saber si el cuerpo del Rey Arturo esta enterrado en los terrenos de la Abadía. A pesar de que los monjes aseguran haber encontrado su cuerpo y el de su esposa Ginebra en 1190, sigue sin confirmarse. Otras evidencias indican que se halla enterrado en Gales del Sur, cerca de Bridgend. Después de su última batalla de Camlam, el rey moribundo fue transportado a la mítica isla de Avalón, momentos antes Arturo ordenaba a Sir Bedivere que arrojara a un lago su espada Excalibur y cuando el caballero así lo hizo surgió una mano del agua y sujetó la espada.
Lo que da más valor a la historia de los monjes es la losa que cubría las tumbas halladas en el 1190, en la cual aparecía una inscripción que decía “hic iacet sepultus inclitus rex Arturius in insula avalonia” (“Aquí yace enterrado el ínclito -ilustre- rey Arturo, en la isla de Avalón”).
En los terrenos de la Abadía se halla también un pozo cuyas aguas resuenan como el latido de un corazón. Se hallan teñidas de rojo por el óxido de hierro, por lo que también se le llama “fuente de la sangre”, pero su denominación más famosa es “pozo del cáliz”, pues según la tradición, allí está oculto el Santo Grial, el legendario cáliz que utilizó Jesús en la última cena y que José de Arimatea llevó a Inglaterra.
Un cronista del S. XII, Willian de Malmesbury, escribió que la Abadía de Glastonbury tenía “un cierto aroma de santidad celestial desde sus mismos cimientos y lo exhalaba por toda la región”, a pesar de los cambios posteriores y el desarrollo moderno, Glastonbury sigue siendo, como dijo Malmesbury: un santuario celestial en la Tierra.

(Extracto del “Atlas de lo Extraordinario: Lugares misteriosos”).

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