martes, 9 de junio de 2020

La Atlántida: La búsqueda continúa (3° entrega)

A mediados de 1881 Donelly escribió un libro propio, el cuál llamó simplemente “Atlántida”, allí establece su conclusión de que los atlantes fueron los primeros hombres en construir una civilización y que las deidades de diversas mitologías antiguas (ej.: la griega o la egipcia) eran en realidad los miembros de la realeza de la Atlántida (recordemos a Thot “el atlante” y las tablas esmeralda en la civilización egipcia).
Hurgando en la literatura científica, Donelly encontró bastante material para alimentar sus ideas. Por ejemplo, la existencia del llamado “arrecife del océano medio”, una fractura punteada de volcanes que se extiende de norte a sur en el lecho oceánico.
La botánica también reafirma las teorías de Donelly, el botánico Otto Kuntze había escrito que las principales plantas tropicales domesticadas de Asia, América y África pertenecían a las mismas especies; Kuntze citó en especial a la banana, qué requería un extenso periodo de cultivo inteligente y deliberado para alcanzar su forma doméstica sin semillas. Donelly creyó ver en la Atlántida el lugar donde se había cultivado ese fruto.
Posteriormente otros estudiosos analizando antiguos textos mayas (ej.: el clérigo francés Charles Etienne Braseur y el arqueólogo Augustus le Plongeon) descubrieron intrincados símbolos que hablaban de una antigua tierra que se había hundido en el océano por una catastrófica erupción volcánica. Según los estudiosos tras el dramático acontecimiento, la reina Moo (de la Atlántida) huyó a Egipto y con el nombre de Isis hizo construir la esfinge y fundó la civilización egipcia. Otros sobrevivientes de la catástrofe escaparon al Yucatán donde erigieron grandes templos y fundaron la civilización maya.
Hacia 1932, Edgar Cayce, un predicador nacido en Kentucky (EEUU), comenzó a recibir en estado hipnótico frases y pensamientos que hablaban de la reencarnación, el renacimiento de las almas en nuevos cuerpos y acudía a una vida previa en la Atlántida.
Cayce ubicaba la Atlántida en el Océano Atlántico como había dicho Platón, tenía dimensiones muy grandes y habían logrado una civilización muy avanzada. De acuerdo a su relato, los talantes habían aparecido en la Tierra de forma espiritual, y solo de modo gradual evolucionaron hasta convertirse en seres materiales. Esto al parecer fue el comienzo del fin de la Atlántida, cuanto más carnales se volvieron sus habitantes, más perturbada su civilización. Además de contar la vida y muerte de la Atlántida, Cayce predijo que la región occidental empezaría a aparecer cerca dela isla caribeña de Bimini (en 1968 unos buzos encontraron frente a las costas de Bimini lo que parecía ser una larga ruta pavimentada con bloques rectangulares de piedra).
A mediados del siglo pasado (1955) tomó fuerza la teoría de los deslizamientos continentales y placas tectónicas, por 1° vez algunos creyeron ver en América lo que sería la antigua Atlántida. Si bien este concepto ganó credibilidad hoy está totalmente desechado, los movimientos continentales son muy lentos y es imposible creer que América fuera la Atlántida. (Próximo Boletín 4° y última entrega de la Atlántida: la civilización de Mestizos Cósmicos).
Extracto de Biblioteca Conozca Más: serie Misterios de lo desconocido.

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