miércoles, 2 de noviembre de 2011

El misterio de Orión:



Durante miles de años, las grandes pirámides de Egipto se han erguido como testigos imponentes de un pasado pleno de enigmas sin resolver. Su sólo tamaño las ubica en una categoría aparte, por no hablar de la perfección de su geometría. Sigue siendo un misterio el modo que fueron construidas, aún hoy, pese a las ventajas de la tecnología moderna.
La gran pirámide ha fascinado a toda suerte de aventureros y ha atraído más atención que ningún otro edificio de la historia. A lo largo de los siglos se mantenía la sospecha de que ocultaba secretos en su interior.
Hoy podemos afirmar gracias a los estudios que los científicos han realizado, que la Gran Pirámide (y las otras pirámides de la meseta de Gizeh) tienen una importante significación religiosa que se relaciona con el origen de los egipcios y de su civilización.
Los egipcios creían en el sistema del orden cósmico y su transferencia a la tierra de Egipto, había sido establecida mucho tiempo atrás por los dioses. Egipto había sido gobernada por una raza de dioses durante muchos milenios, antes de que fuera confiado al linaje mortal, aunque divino, de los faraones. Los faraones eran el nexo sacerdotal con los dioses.
Los egipcios tenían un interés especial por la observación astronómica y con particular preferencia por Sirio y las estrellas de Orión (sus dioses habrían venido de allí). Gracias a los estudios realizados por Robert Bauval y Adrian Gilbert hoy sabemos que la construcción de las pirámides de Gizeh y de todo el complejo arquitectónico que forman junto a otras pirámides, respondieron a un minucioso y organizado “plan” de los sacerdotes egipcios. Las fotos satelitales de la zona muestran claramente que la “constelación de Orión” está representada en la meseta de Gizeh y las 3 pirámides son la representación en la Tierra del cinturón de Orión (lo que conocemos como las Tres Marías).
Hace 4.500 años, cerca de la actual ciudad de El Cairo, un grupo de arquitectos-sacerdotes-astrónomos planificó siete gigantescas estructuras piramidales, organizó los trabajos y finalizó los mismos en el transcurso de tres generaciones. Después de 100 años más de 8 millones de bloques de piedra, con un total de 22 millones de toneladas de rocas, habían sido encuadrados, transportados y alzados.
Las pirámides muestran unos alineamientos estelares, se alinean meridionalmente (de Norte a Sur) con las estrellas. La Gran Pirámide tiene 4 conductos que apuntan hacia importantes estrellas relacionadas con el culto del Renacimiento osiriano. Uno de estos puntos enfoca directamente el “cinturón de Orión” y específicamente, Al Nitak, la estrella más baja del cinturón de Orión. Haciendo la correlación entre está estrella y la Gran Pirámide, podemos ver el mismo padrón entre las pirámides de Gizeh y las 3 estrellas de la Constelación de Orión.
Todo éste conocimiento estaba registrado en los “Libros Sagrados”, libros que se adjudican al dios Thot (El Atlante) al que los griegos llamaron Hermes Trimegisto. Thot era un supuesto mensajero de Dios por lo que estaba imbuido de infinita sabiduría; sus escritos revelan el auténtico conocimiento divino.
En los dibujos egipcios, Thot es una figura con cabeza de Ibis, animal que simboliza la sabiduría. Suele vérselo sosteniendo una tabla y un instrumento para escribir, en su papel de transmisor de mensajes divinos y cronista de acontecimientos humanos.
Extracto de “El misterio de Orión” de R.Bauval y A.Gilbert.

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