Los griegos muchas veces representaban el alma humana con la imagen de una diminuta mariposa. Ellos sostenían que el espíritu precisa atravesar períodos de quietud casi absoluta para evolucionar y alcanzar así su libertad. Los asirios, quienes también hicieron un paralelo entre la mutación del espíritu y el desarrollo de la oruga a mariposa, compararon éste proceso con el de una virgen que dará a luz a un nuevo ser.
Muchos de nosotros hemos escuchado decir que la Humanidad atraviesa un momento de transición y que la crisis que el ser humano experimenta es pasajera. Sin embargo, quienes se sienten atrapados por las circunstancias que los rodean, limitados en sus anhelos de paz, de amor y de felicidad tienen una gran dificultad para conectarse con esa verdad esencial y realizar el trabajo espiritual que los tiempos exigen.
Sólo aquellos que fortalezcan la voluntad y comprendan su misión, romperán el capullo y verán la Luz (como la mariposa). Sólo quienes confíen en que toda crisis nos enseña a crecer dejará el dolor para siempre.
La Tierra se acerca rápidamente a la 4ª dimensión y es el momento de romper el capullo que nos aprieta y transformarnos en mariposas de Luz, que irradien su energía y conocimiento para toda la Humanidad.
¡Ahora es el tiempo en que el tiempo es ahora!
sábado, 12 de noviembre de 2011
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