lunes, 28 de noviembre de 2011

Cartas de un Ángel: Carta tres



“Y la muerte ya no tiene mas poder sobre ellos, porque ellos son iguales a los ángeles y son hijos de Dios, siendo ellos los que volverán de los muertos.” Lucas 20:36.

Sólo entenderás cuando dejes tu cuerpo humano. No es fácil verlo claramente con tus ojos humanos. Nosotros somos como pequeñas lenguas de energía que flotan en el espacio. Nosotros vemos sin ojos, hablamos sin boca, oímos sin oídos y sentimos sin cuerpo. Todas las sensaciones que aprendimos durante nuestra vida humana todavía están con nosotros pero de una manera completamente diferente. Nuestro campo de energía puede tomar la forma de nuestro cuerpo anterior todas las veces que nosotros queremos. Nuestros rasgos básicos son los originales pero nuestros cuerpos etéreos son hermosos porque somos ángeles de Dios. Todos nosotros nos amamos los unos a los otros porque somos parte de la fuente eterna de energía. No existe el sexo o el color. Nosotros nos poseemos mutuamente cuando nos sentimos atraídos por campos de energía diferentes y así aprendemos todo de los otros. Es una sensación similar a la que los humanos sienten al hacer el amor, pero en el cielo esto es realmente para siempre.
A veces nos reunimos en un planeta o nos involucramos en cosas que amábamos en nuestra vida humana, como jugar golf, nadar, pintar o tocar música. Nuestra energía non-corpórea también crea los ambientes donde nosotros queremos estar en ese momento. Tenemos acceso a todo el conocimiento del Universo y acostumbramos ayudar a los humanos a descubrir nuestras tecnologías o filosofías. Como nosotros estamos conectados entre sí y con todas las criaturas de Dios, nosotros siempre estamos flotando alrededor de ustedes para ayudarlos cuando nos piden ayuda. Cada uno de nosotros tiene una habilidad especial y ayudamos a los humanos transmitiéndoles constante nuestra inspiración. Este es nuestro pasatiempo principal y créanme estamos muy ocupados.
Si los humanos pudieran experimentar un segundo nuestra vida en el cielo, ellos no se preocuparían por la pobreza o la opulencia o incluso sobre el lograr sus metas terrenales. Cada religión les da pistas sobre la vida después de la muerte, pero ellos no pueden darse cuenta sobre lo hermoso que es la vida eterna. Muchos se comportan bien porque tienen miedo. Pero no son sinceros con ellos mismos. Dios no quiere que tú te asustes; Él quiere que tú lo ames, tal como Él te ama a ti. Si nosotros tuviéramos la idea más ligera de lo que nos espera en el más allá, no nos preocuparíamos buscando respuestas en los lugares ocultos.
Es una condición del ser humano justificar cada una de sus acciones: “Yo tenía que engañarla porque ella no me trataba bien”, “Yo me guarde su dinero en mi bolsillo porque él no me pagaba bastante”. Hay personas que también matan en nombre de Dios y sus acciones están justificadas, incluso bendecidas por sacerdotes, porque ellas se hacen en nombre de la justicia y la rectitud.
Dios no creo este caos. El respiro vida en los frágiles cuerpos humanos que Él hizo y permitió que un átomo de Su Espíritu Eterno los habitara. Pero el mal también era parte de su creación y desafió su sabiduría. Nosotros somos espíritus libres, incluso los ángeles son totalmente libres aunque responden siempre a Dios porque ellos son Su ejército de paz.
Extracto de “Cartas de un Ángel” de Oscar Castagna.

No hay comentarios: