viernes, 25 de junio de 2010

Lo que la ciencia no logra explicar: Mundos Paralelos : La Otra Realidad



“Lo Esencial es invisible a los ojos” decía El Principito, vivimos, en verdad, en un mundo engañoso que nuestros sentidos no pueden abarcar del todo.
Se sabe desde hace mucho tiempo que además de la materia existe una antimateria que es igual a la primera pero de signo contrario, todas las partículas conocidas tienen su antipartícula correspondiente, como si se vieran reflejadas en un espejo.
En el S.XVIII, el místico sueco Emanuel Sewdenborg tuvo una visión al mirar un día por la ventan de su casa. En vez de su acostumbrado jardín, observo con todo detalle un mundo pasado que coexistía con el presente y lo describió en su libro “Arcanos Celestes”. Describió seres reales y cosas concretas colocadas en una dimensión (4°?) a la cuál no es posible acceder hasta que no se cambia de estado y se pasa de la vida a la muerte. Fue el primero en hablar de “Mundos Paralelos” y su descripción es una descripción se simetría perdida. Si en nuestro mundo las cosas están contenidas en un espacio tridimensional, en el mundo paralelo el espacio sería cuadrimensional, no es extraño entonces que ambas dimensiones se ignoren mutuamente. Algunos físicos aseguran que en el futuro se podría utilizar túneles (agujeros de gusano) que servirían para viajar de una dimensión a la otra a una velocidad superior a la de la luz. (En la película “Milenium” se imagina un viaje en el tiempo según la teoría de los agujeros de gusano).
La teoría de la relatividad general de Einstein, contiene una consecuencia fascinante: el auténtico viaje en el tiempo.
Sobre la base de los trabajos de 2 teóricos notables como John Wheeler, Stephen Hawking, los cosmólogos Michel Morris, Kip Thorne, Ulvi Yurtsever y teniendo en cuenta las propiedades cuánticas de la materia, calcularon que el viaje en el tiempo era posible. La teoría de los llamados “agujeros de gusano” (formulada por Einstein) encuentra una solución matemática para conectar mundos separados, pero son tan efímeros en el tiempo que se cierran casi inmediato. Lo que hicieron los científicos antedichos es demostrar que los agujeros en el tiempo pueden permanecer abiertos el tiempo suficiente para que una nave se cuele por ellos y salga a otra dimensión.
Extractado de la revista “Descubrir” (2000)

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