“ El esfuerzo de cada instante en tu trabajo es como el golpe del hacha sobre el tronco de un roble enorme. El primer golpe no causa al árbol el más leve temblor y tampoco el segundo y el tercero. Cada golpe en sí mismo es insignificante en apariencia y al parecer sin consecuencia. Sin embargo, como efectos de golpes continuos, el roble al fin caerá. Así, tus constantes esfuerzos de hoy y mañana, provocarán tus logros. Los intentos repetidos, perseverantes, hacen realidad empresas portentosas. La persistencia es la condición de la victoria final. Persistiendo en colocar un ladrillo tras otro levantarás un muro”.
Tiberio López Fernández “366 Maravillosas motivaciones”
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