En el inmenso estado brasileño de Mato Grosso, se esconde un enigma de proporciones similares a la geografía selvática que enfrentamos: En la zona de las chapadas zonas bajas y pantanosas de las Sierras del Roncador, se hallaría el ingreso a un mundo perdido que se protege tras la impenetrable selva y las flechas de los aguerridos indios del Parque Xingú. Al dar un vistazo a este paisaje, es inevitable asociarlo con el enigma de Paititi en la jungla peruana, aun más al encontrar claros indicios que apuntan a una raza de seres superiores que vivirían en las entrañas de la tierra y que, por si fuera poco, estarían custodiando la "verdadera historia de la humanidad, su origen y misión".
Ya en 1925, el investigador George Lynch sostenía en la prestigiosa revista Science at Vie que en el Mato Grosso se hallaba el origen de todas las civilizaciones de occidente. Recordemos que ese mismo año, el Coronel inglés Percy Harrison Fawcett (medalla de oro de la Real Sociedad de Geografía de Inglaterra y jefe de la comisión encargada de delimitar las fronteras entre Perú y países vecinos) llevó a cabo una arriesgada expedición en pos de aquellas misteriosas selvas, de donde nunca más regresaría.
Fawcett iba en busca de una ciudad perdida, denominada "Z". Hasta hoy no se sabe qué ocurrió con el esquivo Coronel, que estaba acompañado aquel entonces por su hijo Jack (22) y el fotógrafo Raleigh Rimmel. Un detalle intrigante en torno a su desaparición en el Roncador fue revelado en 1952 por otro de sus hijos, Brian, quien afirmó que si su padre entró en la ciudad perdida que buscaba, la "gente" de allí no lo habría dejado salir... ¿Quiénes no lo habrían dejado salir?
Matalir-Araracanga sería la ciudad subterránea que genera aquellos "sonidos", aunque algunos místicos suponen que en verdad nos hallamos ante los Mantrans o cánticos sagrados de los intraterrestres del Mato Grosso.
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