Cada año se generan entre 7000 y 10.000 millones de toneladas de residuos urbanos a nivel mundial. Hay ciudades que elaboran planes para reducir la cantidad que se genera y envía a disposición final
Ante las cada vez más abundantes toneladas de residuos urbanos a nivel mundial, es imperativo que las ciudades elaboren planes para reducir la cantidad que se genera y que envía a disposición final, ya sea relleno sanitario o incineración. Muchas vienen logrando ya muy buenos resultados. Vale la pena conocerlas.
-San Francisco, California, en Estados Unidos, logró reducir el envío de residuos a relleno sanitario en un 80 por ciento desde la adopción de una ordenanza en 2002. Estos resultados son fruto de una combinación de medidas: incentivos económicos (se paga menos si se piden contenedores más pequeños); tratamiento a escala de residuos orgánicos, adopción del principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP); disposición diferenciada de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE); obligación del reciclado de residuos específicos como los de construcción y eventos, y sitios de disposición específicos para residuos con componentes tóxicos como lámparas de bajo consumo, remedios y pinturas, entre otras.
-Capannori, en Toscana, Italia, es una ciudad de 45.000 habitantes que entre 2007 y 2014 logró que se trataran de forma selectiva el 80 % de los residuos y solo se envía a enterramiento alrededor del 20 %. Entre 2006 y 2011, se redujo de 340 kilos a 146 kilos por habitante de la “fracción residual”. Nuevamente, se implementó una estrategia integral sobre lo que se puede destacar: la reducción en la generación, por ejemplo, a través de la prohibición del uso de agua embotellada en escuelas; el reuso y reutilización, a través del Centro de Reutilización, en donde reciben artículos como ropa, calzado, juguetes, electrodomésticos y muebles que son reparados y puestos a la venta a bajos precios; reciclado, a través de un sistema puerta a puerta de orgánicos y reciclables y la promoción del compostaje domiciliario a nivel residencial y comunitario en espacios públicos como escuelas; la firma de acuerdos con empresas regionales para diseñar productos que sean más fácilmente reciclables y la creación de un Centro de Investigación a cargo de analizar qué tipo de residuos forman la fracción residual para así elaborar acciones específicas de reducción.
Por último, la capital de Eslovenia, Liubliana, adoptó un plan de Basura Cero en 2014 con metas de reducción de la generación de la fracción residual. En diez años, entre 2005 y 2015, aumentó la cantidad de residuos recolectados diferenciadamente de 16 kilos a 145 kilos por habitante, especialmente orgánicos. También ha diseñado un sistema integral, que fue variando en el tiempo, que incluye: sistema de cuatro contenedores -orgánicos, papel, packaging y fracción residual-, puntos de disposición (eco-islands) en el centro de la ciudad y Centros de recepción para fracciones específicas (neumáticos en desuso, RAEE, baterías, y productos farmacéuticos).
En la Argentina, si bien algunas ciudades han sancionado legislación avanzada, como la ciudad de Buenos Aires o Rosario, en los hechos la puesta en marcha de planes integrales no ha avanzado mucho, al igual que la legislación específica que contribuya a mejorar la gestión de los residuos, por ejemplo, una ley de envases a nivel nacional.
La clave es diseñar planes integrales que, acompañados de legislación, contemplen todas las corrientes de residuos, evaluar las mejores alternativas de tecnologías, logística e infraestructura de acuerdo con el tipo de ciudad, brindar a la población los medios necesarios para que separe en sus casas, tener una comunicación clara, coherente y sostenida en el tiempo y evaluar permanentemente la evolución, a través de indicadores, para saber qué hay que cambiar o cómo hay que intervenir para mejorar el sistema.Noticiaspositivas.net
viernes, 25 de agosto de 2017
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