lunes, 1 de octubre de 2012

Pura Poesía: El placer de servir

Toda la naturaleza es una anhelos de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Sé el que aparta la piedra del camino, el que quita el odio entre los corazones y las dificultades del problema. Hay la alegría de ser sano y la de ser justo; pero hay, por sobre todo, la inmensa alegría de servir. Aquél es el que critica, éste es el que destruye; tú sé el que sirve. El servir no es sólo tarea de seres inferiores; Dios que da el fruto y la luz, sirve. Podrías llamarle así: El que sirve. Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: ¿serviste hoy?, ¿a quien?, ¿al árbol?, ¿a tu amigo, a tu familia, a tu semejante? Gabriela Mistral.

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