sábado, 6 de octubre de 2012

El mapa del Paititi: El corazón del corazón

El mapa fue confeccionado por los misioneros jesuitas, quienes en el siglo XVII llegaron a la región del Paititi. El mapa, que actualmente se encuentra en el Museo Eclesiástico del Cuzco, es una iconografía o dibujo compuesto por montañas, ríos, figuras humanas y animales diversos, y a primera vista parece sencillo e impreciso. Distribuidas en aparente desorden y alrededor del mapa, se aprecian tres leyendas: Corazón del corazón, tierra in-dia del Pai­titi a cuyas gentes se llama in-dios, todos los reinos limitan con el pero el no limita con ninguno Estos son los reinos del Paititi, donde se tiene el poder de hacer y desear, donde el burgués solo encontrara comida y el poeta tal vez pueda abrir la puerta, cerrada desde antiguo del mas purísimo amor. Aquí puede verse sin atajos el color del canto de los pájaros invisibles. El mismo contenido hace suponer que para interpretar el criptograma es necesario plantearse la existencia de otra realidad a la que solo se puede acceder con un mayor nivel de conciencia espiritual, de tal manera que nos tendríamos que dejar llevar por nuestra intuición. Lo primero que llama la atención es ver en la primera leyenda, que conforma un marco rectangular, la separación -quizá hecha a pro­pósito- de las palabras “india” e “indio”. De hecho, estas parecen quererse desprender del resto del texto, lo que curiosamente le da otro significado muy diferente: “Corazón del corazón, tierra en el día de Paititi (reino solar o a la espera de su tiempo) a cuyas gentes se les llama en Dios (llenos de Dios), to­dos los reinos limitan con él pero el no limita con ninguno (por ser un reino espiritual de realización sin limites)”. En las otras dos leyendas no se encuentra una estructura hermética, pero luego de haber descifrado la primera, el significado se revela casi automáticamente. En la segunda leyenda, escrita en la parte supe­rior del mapa, se refiere al Paititi como un lugar es­pecial que permite concretar y realizar todo aquello que uno se proponga, siempre que se cuente con una orientación positiva. Además, su enmarañada protec­ción impide que nadie que no este en la actitud co­rrecta encuentre lo que se mantiene reservado para los sensitivos, para aquellos que han aprendido a ver con los ojos del corazón y del alma, aquellos que, como niños, son capaces de abrir las puertas entre las dimensiones. El tercer grupo de palabras, plasmado en la parte inferior y a la derecha del mapa, indica que el Paititi es el lugar preciso para percibirse sin restar etapas en el proceso de aprendizaje; la vibración de las entidades portadoras del mensaje de los siglos. Los “pájaros invisibles” parecían ser entonces una alegoría de los Hermanos Mayores portadores del Men­saje del Cosmos. Análisis realizado por Sixto Paz Wells.

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