Editorial: Octubre 2005

Es el tiempo de los satélites, la fibra óptica, la informática y la cibernética; la información nos llega por todos lados en fracciones de segundos (TV, radio, cable satelital, etc.). Con los teléfonos celulares podemos enviar una fotografía a otra persona instantáneamente; los gobiernos ya no pueden ocultar información tan fácilmente y un claro ejemplo fue lo sucedido en Febrero de éste año con la flotilla de OVNIs que avistó la Fuerza Aérea de México. El fenómeno de los “no identificados” está presente y es una realidad; se han escrito libros, se han hecho películas y documentales, existen horas y horas de filmación y millones de fotografías que así lo aseveran. Ya la mayoría de las personas no dudan de la existencia de vida en otros planetas y si usamos la razón (que es lo que nos diferencia de los animales) fácilmente llegaremos a esa conclusión. Lo que la mayoría de la raza humana no sabe o no quiere saber, es para que vienen estos seres de otros planetas, por que es evidente que para destruirnos no es. Gracias al contacto y las prácticas que aprendemos en la Misión, nosotros si lo sabemos y entendimos que somos parte de un Plan Cósmico creado por Dios, para dar una alternativa de cambio en el Universo y que el ejemplo de los seres humanos sea imitado por otros para continuar su evolución. Debemos trasmitir a otros éste Mensaje y formar una cadena de ayuda, para despertar las conciencias dormidas de nuestros hermanos, y así todos lograr el objetivo de alcanzar la 4° Dimensión. ¡Que así sea!