jueves, 12 de enero de 2012
El Undécimo Mandamiento: Honrarás a tu Planeta
Mucho se podría decir sobre el número once y su significado como por ejemplo el once de Septiembre a las once de la mañana cuando las dos torres gemelas (que parecían un once) se cayeron. A su vez la numerología dice que el once representa el espíritu ante las fuerzas físicas.
Pero el desasosiego generalizado para con la Pacha Mama nos lleva a plantear la necesidad de honrar a nuestro medio de la misma manera que defendemos y peleamos por la conservación de nuestros puestos de trabajo y la educación de nuestros hijos; la conciencia del cuidado de nuestro entorno debe transformarse en prioridad. La urgencia de las catástrofes ambientales es sobrecogedora desde la comida que consumimos hasta el estancamiento de las aguas servidas contribuyen a tomar más conciencia de la situación.
Hemos olvidado que somos el aspecto consiente del planeta y que estamos tan encarnadamente unidos a él como las raíces de los árboles al suelo. Toda situación de tensión social y estrés afecta directamente las corrientes del aire, del agua y del fuego; los temblores de tierra se suceden en un planeta que supuestamente debería enfriarse. Mientras seguimos dormidos peleando entre nosotros para satisfacer falsas e ilusorias necesidades como si fuera la única forma conocida de vivir.
Nosotros como humanos deberíamos recordar nuestra función enzimática para con la Tierra; ya que las enzimas a nivel humano son unos catalizadores bioquímicos segregados por el páncreas, cumplen su mejor función cuando ayunamos ya que limpian todo el torrente sanguíneo.
Aunque son mucho mas que esto solo, según el Dr. Eduard Howell dietista norteamericano, asegura haber descubierto cierto tipo de radiación mientras estas enzimas trabajan que no es común en los catalizadores.
Si a nivel humano microcósmico sucede esto al trasladar al nivel planetario la mayoría hace lo opuesto a las enzimas ya que emite una radiación negativa en este momento, además de ensuciar. De ahí la importancia del pensamiento positivo en nosotros.
Cuando en el cuerpo sucede esto la vida de la persona se agota apareciendo canceres por doquier. Y esto le está pasando en parte a la Tierra debemos irradiarla más; cada vez la situación empeora a nivel material ocasionando más personas que por ignorancia caen en la negatividad. Tenemos que impedir las profecías y hacer de esta transición más llevadera para todos.
Vivimos en un planeta tipo UR, eso quiere decir que tiene aura azulada o índigo y que los seres que aquí vivimos somos espirituales por naturaleza. No fuimos creados para ser una civilización hipertecnológica, nosotros no necesitamos de ese estilo de vida para ser felices. Dios tiene otros planes para nosotros y nos entrego la Tierra que es un planeta de agua símbolo de las emociones para que amemos. El undécimo mandamiento nos recuerda que no debemos seguir profanando a esta doncella que amorosamente espera de nosotros el ascenso a la cuarta dimensión. Este planeta (Gaia, Merla, Urrantia) es la semilla de una estrella que puede albergar una supercivilización espiritual.
Ya es hora de creer en nosotros.
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