Nacido en 1887 en la aldea de Pietralcina, cercana a Benevento, el Padre Pío, hijo de un campesino pobre, ingresó en un monasterio capuchino a la edad de 17 años. Durante 11 años estudio calladamente y cumplió sus deberes para con sus hermanos novicios. Para el 20 de Setiembre de 1915 comenzó a quejarse de dolores en las manos, en los pies y en el costado derecho del cuerpo. El 20 de Setiembre de 1918 mientras oraba en el altar de la iglesia de Foggia, se desplomó agonizante, los demás monjes lo encontraron inconsciente y sangrando por las manos, los pies y el costado derecho, heridas que se corresponden con las que sufrió Jesús en la cruz. El Padre Pío fue examinado por médicos especialistas, pero ninguno pudo dar una explicación sobre sus heridas. Tales heridas, llamadas estigmas, son consideradas como marcas de santidad por la cristiandad; las manifestaciones más comunes son las hemorragias de manos y pies, de los costados derecho o izquierdo del cuerpo, magulladuras sobre los hombros y en la frente. Otros han sido marcados por los cardenales de los azotes en la espalda.
El Padre Pío jamás trato de aprovecharse del extraño fenómeno del estigma, he hizo cuanto pudo para evitar la publicidad o notoriedad pública. En 1956 se inauguró en Foggia un hospital totalmente creado por las donaciones de sus devotos. Pietralcina comenzó también a prosperar por la llegada de los peregrinos a su lugar de nacimiento. Por dos veces fue suspendido de sus deberes por el Vaticano, a causa sobre todo del dinero que le enviaban de todo el mundo. Finalmente el Padre Pío fue dispensado del voto de pobreza y su fama de vidente continuó propagándose por todo el mundo. Su santuario en San Giovanni Rotondo (Apulia) es uno de los más visitados del mundo (al igual que su gruta en “La Aurora”, Salto).
Su devoción, su capacidad para realizar curaciones (aún a distancia) y su comprobado poder de bislocación (estar en varios lugares a la vez), lo hicieron uno de los sacerdotes más queridos y amados por la comunidad de fieles.
El 16 de Junio del año 2002 la Iglesia Católica canonizó al Padre Pío en el atrio de la basílica de San Pedro en Roma. Fue un acto de fe y agradecimiento al monje capuchino conocido popularmente como “el monje de los estigmas” que enseño al mundo como darse por los demás sin pedir nada a cambio y como “amar” en el más amplio sentido de la palabra.
(Extractado de libros varios y recortes de diarios).
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