sábado, 31 de agosto de 2024

PRACTICA PARA RECORDAR LOS SUEÑOS.

 

 

 

 




Lo primero que se recomienda, para empezar a recordar los sueños, es acostarse temprano. Una persona cansada, agotada y tensa, con déficit de descanso, difícilmente podrá recordar sus sueños; por ello se requiere, compensar esos déficit, durmiendo más temprano y luego, llegar a hacer un hábito, el de acostarse temprano, para levantarse temprano, o sea en armonía con el Sol y la Luna.


Al acostarnos temprano, tenemos tiempo como para relajar el cuerpo, y realizar una breve meditación, lo cual nos induce al mundo Astral, en una buena vibración y actitud mental.


Nos acostamos en la cama sin almohada para empezar la programación, pudiéndola usar posteriormente. Ya horizontales, pondremos las yemas de los dedos sobre nuestro pecho, debajo del esternón (ligeramente por encima del ombligo), los brazos flexionados permanecen a los lados del cuerpo, talones juntos o rozándose.


Entonces tomaremos tres respiraciones muy profundas, concentrando el esfuerzo de la succión, en la respiración a través de la tráquea, no en la nariz; pero la boca se mantiene cerrada, produciéndose una respiración silenciosa, que procura llenar al máximo la capacidad de los pulmones.


Durante las cinco respiraciones, se realiza el acostumbrado triángulo perfecto: inhalando hasta 1 0, reteniendo hasta 1 0, y exhalando hasta 1 0. Mientras efectuamos este proceso, nos iremos repitiendo mentalmente frases como: “recordaré mi sueño”. “sabré que estoy soñando y seré guiado por seres de luz, a un mayor aprendizaje”...


Al término de las respiraciones profundas, podremos emplear la almohada si queremos, y nos acostaremos sobre el lado derecho, en la llamada posición del León; esto es la pierna derecha y el brazo derecho estirados, mientras que el brazo izquierdo. y la pierna izquierda, permanecen flexionados. El mentón se apoyará sobre el hombro. Toda esta posición facilita el desdoblamiento y la respiración, no oprimiendo el corazón.


Se recomienda asumir esta postura, después de haber realizado nuestras acostumbradas y folklóricas, evoluciones en la cama.


Una parte importante, en el proceso de recordar los sueños, es el de no abrir los ojos cuando nos despertamos en la mañana, ni moverse siquiera, sino por el contrario, permanecer quieto y con los ojos cerrados, haciendo de inmediato y allí mismo, memoria de la experiencia Astral.


Esto lo hacemos así, porque si nos moviéramos, agitando nuestros vehículos sutiles, confundiendo la memoria Astral con la consciente o subconsciente, dependiendo del nivel de consciencia alcanzado en ese momento,


También si abrimos los ojos, dirigimos la atención interna, hacia lo externo, perdiendo de inmediato la memoria Astral, distrayéndonos y olvidando automáticamente, lo vivenciado. La memoria Astral, al ingresar al consciente, se hace muy frágil, porque hay mecanismos llamados “velos Astrales”, que impiden los recuerdos y la conciencia Astral, para quién aún no está preparado.

está preparado.


Debemos pues, con los ojos cerrados y con un mínimo movimiento, que sería el que nos demandaría estirar el brazo, para alcanzarnos el cuaderno y el lápiz, disponernos para tomar nota de la experiencia Astral, que previamente procuraremos recordar al detalle y en el momento.


Al dejarla anotada, podremos seguir durmiendo sin temor a olvidar, ya que al despertar definitivamente, lo escrito nos servirá como clave de memoria.

No hay comentarios: