jueves, 16 de junio de 2011
Un poco de Historia: El último Inca
Luego de la caída del Cuzco en manos de España (Pizarro y sus huestes) sobrevino la noche para el otrora esplendoroso imperio Inca, el Tiahuantinsuyo, había caído en desgracia y el último príncipe Inca Choque Auqui plantea una fuga colectiva rumbo a un lugar seguro para resguardar el conocimiento de “los antiguos”.
Para eso se contaría con la ayuda de los habitantes del Atuncancha, lugar donde residían, los sacerdotes y las vírgenes del Sol. Desde allí los evadidos entrarían en el Coricancha durante la noche, para ingresar en la Gran Chingana, túnel laberíntico subterráneo que va por debajo de la ciudad hacía la fortaleza de Sacsayhuaman y luego seguirían por otro túnel cercano en dirección a Paucartambo. El día marcado, lo aguardaban los sacerdotes con gran nerviosismo entre ellos asomó el sumo sacerdote Willka-Umu, se acercó a Choque y luego de hacer una respetuosa reverencia, puso sus manos sobre los hombros de aquel y mirándole fijamente a los ojos le dijo:
“Dos grandes serpientes se encargan de comunicar el Kay Pacha (la Tierra) con el Janan Pacha (el Cielo), saliendo del Ukju Pacha (subterráneo o intramundo) para pasar a este mundo terrestre. Son las energías que fluyen por el universo exterior e interior de cada ser humano y de todas las cosas. Una reptante en lo exterior posee la forma del gran río Amaru Mayu (Río Madre de Dios) y la conocemos bajo el nombre de Yaku Mama (Madre de las Aguas); la otra va caminando verticalmente, dotada de dos cabezas, una inferior que absorbe los bichos de la superficie, otra superior que se alimenta de insectos volátiles. Apenas se mueve y tiene la apariencia de un árbol seco, es la Sacha Mama (Madre de los Vegetales). Estas grandes serpientes pasan después al mundo de arriba, donde la Yaku Mama se convierte en illapa (rayo) y la Sacha Mama en koychi (arcoiris).
El Inca debía mantener dicha conexión entre los mundos, como Intipchurin (Hijo del Sol), pero esta relación hace tiempo se ha visto interrumpida por la ambición materialista, la ignorancia y la ausencia de espiritualidad, por lo que el caos se cierne sobre el mundo ... nuestros días están contados ... debes viajar cuanto antes, querido príncipe, como guerrero de la luz contra la oscuridad, al lugar donde puedes volver a enlazar los tres mundos, porque la conexión la hemos perdido todos los hombres. Para ello seguirás la ruta de la Pakarina (cavernas y lagunas). Y llegando a tu destino deberán tú y tus descendientes aguardar con paciencia el “Tiempo de Cambio”; un “Nuevo Amanecer de la Humanidad”. La tierra que dejas bajo nuestros pies y tras de ti se mantendrá por muchos siglos sujeta a una purificación dolorosa, a un pachacuti (500 años), para que en el futuro pueda albergar la simiente de una nueva humanidad basada en el amor, el conocimiento y la fe”.
(Del libro “El Umbral Secreto” de Sixto Paz Wells).
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