jueves, 16 de junio de 2011

El Santo Sudario (la “Sindone Sagrada”):



Es el objeto sagrado más enigmático del Mundo, se encuentra en Turín (Italia); se trata de una pieza de lino de 4.36mts. por 1.1mts., que tiene impresas dos imágenes cenicientas, una de frente y otra de espaldas, en tamaño natural, de un hombre que media 1,81 de estatura y pesaba unos 77 kilos; quizás Jesús, también conocido como el Nazareno, el hijo de David, Cristo, el Ungido, el Mesías, el Justo, el Señor o sencillamente Él, y que a menudo prefirió llamarse a sí mismo el “Hijo del Hombre”.
Guardado en una caja de plata forrada de amianto, el polémico lienzo que habría envuelto el cadáver de Cristo tras el martirio y la crucifixión conserva extrañas marcas de origen, todas auténticas y de innegable valor antropológico.
Esa doble impronta corporal (desleída en la tela) sería un negativo fotográfico que, curiosamente, copiado en papel sigue siendo un negativo, pero visto directamente en la película aparece en positivo. Es lo que le ocurrió al aficionado Secondo Pía en 1898 con sus fotos del Sudario, en su proceso de revelado de las placas, la imagen surgió “dada vuelta”, es decir, acabada, real. En 1931, Giuseppe Enrie, repitió experiencia y confirmó el fenómeno, en los negativos, Cristo salía en positivo. Pero hubo que esperar el nacimiento de la computación para “maravillarnos” con el fenómeno.
La “Jet Propulsion Laboratory” de la NASA afirma que la imagen del Sudario contiene información tridimensional, como si algo emanado del cuerpo de Jesús hubiera actuado “programadamente” sobre la tela. La técnica del “Morphing” aplicada al Sudario de Cristo, dio un claro retrato de Jesús, el Morphing consistió en un vaciado tridimensional de la información del Sudario y en la reconstrucción minuciosa empleando nuevas computadoras y exactos programas.
Con respecto al color de la doble estampa, una técnica llamada reflexiometría demostró que no existió acción de abrasivos, fuego o metal caliente sobre el Sudario y según los técnicos tampoco es pintura. Finalmente, el examen anatómico de la imagen impresa en la tela (fuerte contracción muscular, trazo sangrante en el pliegue de la muñeca, pulgar torcido, llagas en los pies, magullones en la espalda) confirmaría que Cristo recibió violentos golpes en la cara y 24 latigazos antes de ser crucificado (atado de las muñecas desde un punto elevado), que agonizó clavado en la cruz, que fue herido en un costado después de muerto y que se le había colocado en la cabeza una corona de espinas que causaron heridas circulares de 3 milímetros de ancho. Todos claros indicios de la pasión y muerte de Jesús de Nazaret según los Evangelios.
Se han realizado múltiples pruebas a lo largo del tiempo para verificar la autenticidad de la “Sindone” y varios “Simposios” organizados por el Vaticano con ese fin. Las conclusiones a las que han llegado los científicos ratifican la autenticidad del lienzo, lo que no se ha demostrado aún es como se realizó la impronta del cuerpo (de Cristo) en la sabana.
Los estudios de la NASA han demostrado que las imágenes de la sabana son tridimensionales, pero ¿cómo se llegó a producir la marca?, ¿una radiación potente y desconocida qué salió del cuerpo del difunto?, ¿desde cuando un cadáver puede “quemar” un lienzo?.
Los propios científicos nos dan la respuesta: la desmaterialización y materialización del cuerpo de Cristo sucedió en un segundo: primero se produce la aceleración molecular o hiperagitación molecular, es decir, la materia del cuerpo del Maestro Jesús empieza a vibrar vertiginosamente dentro de sus propios límites espaciales. En una segunda instancia se produce la inversión de masa, la vibración a la velocidad de la luz produce un campo electromagnético cambiando el estado molecular del cuerpo y haciéndole perder peso, esto hace levitar a Jesús en la tumba envuelto en el sudario. Aumenta 1½ vez el valor original de la masa y en forma inmediata vuelve a 0 transformando la materia en luz, se produce una implosión de 12 millones de gigavatios que produce la desmaterialización del cuerpo de Cristo y se hace un vacío que produce una explosión que hace saltar la tapa de piedra (de 700 kilos ) de la tumba.
Esto habría producido las marcas como un negativo fotográfico que quedaron por siempre en el sudario de Cristo.
Libros de consulta: Revista Conozca Más, “El Enviado” de J.J.Benítez"

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