jueves, 20 de enero de 2011
Cartas de un Ángel: Carta veinticuatro
“Y la muerte ya no tiene mas poder sobre ellos, porque ellos son iguales a los ángeles y son hijos de Dios, siendo ellos los que volverán de los muertos.” Lucas 20:36.
Muchas personas creen que ellos representan la palabra de Dios en la Tierra. Todos ellos son buenas personas con normas y alto nivel moral, que leyeron los libros sagrados según su religión y siguen palabra por palabra, estrictamente, lo que ellos creen es la palabra de Dios. Estas personas piensan que son los dueños de Dios. Ellos hablan con los otros desde un pedestal, siempre más alto que los demás, y miran hacia abajo, como si ellos estuvieran diciendo al resto de las personas que tienen la verdad y ellos son los escogidos. Ellos son los que juzgan a los demás y incluso los envían a la condenación eterna si los otros no siguen sus direcciones.
Estos seres humanos que proclaman ser los verdaderos creyentes, muchos de ellos miembros de organizaciones religiosas diferentes, no comprenden que Dios es todo amor y la primera virtud de Cristo era ser humilde y perdonar. Cada ser humano tiene su cuota de debilidad e inseguridad. Dios nunca envió sus mensajeros para condenar a la humanidad entera. El siempre ha enviado mensajeros de paz y amor, y ustedes los destruyeron. Cristo estaba allí para salvarlos y ustedes lo crucificaron. No importa que millones de personas ahora crean en él. Ustedes lo siguen crucificando todos los días con su envidia, su odio y su arrogancia. El significado real de la paz es la sonrisa del alma. No importa lo que los otros te dicen o te hacen. Tu alma les tiene que sonreír. Ése es el testamento de Dios.
Extracto de “Cartas de un Ángel” de Oscar Castagna.
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