jueves, 14 de mayo de 2009
La Conciencia de GAIA
Existe una conciencia colectiva que conecta el psiquismo de todos los seres del Planeta? Los científicos están detectando una mente planetaria que se corresponde con la Tierra?
Peter Westbroek (Universidad de Leiden, Holanda) piensa que nuestro Planeta podría estar dotado de conciencia. Esta interconectaría a todos los seres vivos y permitiría el acceso a información compartida, que también podría estar almacenada en el estrato mineral de la Tierra.
No cabe duda de que existe alguna base para ésta presunción. Las alteraciones producidas en las máquinas que estudian el “Proyecto conciencia Global” por el Tsunami del 26 de Diciembre del 2004 –que los animales advirtieron antes que los humanos- se iniciaron con un día de antelación al cataclismo, bastante antes que las generadas por el atentado a las Torres Gemelas del 11-S.
Estos datos son coherentes con la lógica de una mente más que humana, puesto que el Tsunami afecto a todas las formas de vida en una amplía región, los atentados del 11-S únicamente conmocionaron a la sociedad humana.
El nombre Uni-verso significa “un curso”, “una versión” o “un surco labrado en la tierra para sembrar”; en último término, ignoramos a que nivel o escala se encuentra el plano iniciador que, por irradiación y resonancia, trasmite una información que al final emerge como un patrón reconocible en la serie aleatoria de números del PCG.
En su novela Gaia, Isaac Asimov imaginó un escenario que recrea una fase avanzada de esta evolución. El Planeta Gaia habría llegado a tomar conciencia plena de sí a través de la interconexión de las mentes individuales en una sola psíque planetaria. Cualquier habitante de dicho planeta podría acceder a toda la información compartida por el resto de los seres vivos y almacenada en sus aguas, rocas y arenas.
Sus habitantes también podían emplear esa gran red del psiquismo colectivo para regular el ecosistema planetario. El resultado era un clima ideal. Un medio perfecto para unos seres más que humanos que vivían en plena comunión, cada uno de ellos dotado de idéntica sabiduría potencial, mediante el simple recurso de conectarse telepáticamente con la mente de Gaia.
Ahora los resultados del Proyecto Conciencia Global están demostrando que estamos ante un descubrimiento coherente, con una cosmovisión milenaria, común a todas las culturas anteriores. De modo que en realidad lo único que hacen “añicos” estos resultados es el concepto de mundo que sustenta la mayoría de los científicos actuales, empecinados en sostener que la evolución del Cosmos y de la vida, como la historia humana, carecen de sentido y significado. Si como empiezan a sospechar los investigadores implicados en el PCG, los resultados obtenidos mediante registro informático sugieren la existencia de una única Mente subconsciente que actúa sin que nos demos cuenta, es evidente que al “darnos cuenta” nos hallamos inmersos en el proceso de tomar plena conciencia. Esto no sólo resulta decisivo para corroborar la teoría, sino también para acelerar el proceso y generar un salto cualitativo que produzca una forma superior de vida, capaz de culminar en el modelo paradisíaco de Asimov en su novela.
Pero lo más importante es saber que si procesos como el Tsunami del 26 de Diciembre del 2004 son “presentidos” por esa conciencia global y generan un patrón, entonces el experimento también avala la eficacia de instrumentos como “la oración” y la “irradiación de energías” benéficas o el rechazo de la violencia.
Los tres reinos –animal,vegetal y mineral- supondrían una jerarquía que no puede evolucionar adecuadamente con una actitud predadora. Así como no es sensato sacrificar el hígado o los pulmones en beneficio del cerebro, tampoco se puede masacrar a otras criaturas y al Planeta con el pretexto de un progreso que nos ha conducido al borde del abismo. No hay bienestar posible del cerebro humano de Gaia a costa de sus pulmones (deforestación salvaje) o de la temperatura de su cuerpo (efecto invernadero) o del equilibrio de su flora(destrucción de la biodiversidad).
Si Gaia es un ser viviente como dicen ahora los científicos (los Indios lo sabían siglos antes) podría defenderse de los ataques humanos. Por lo pronto detectamos que la Tierra padece fiebre, escalofríos
repentinos, convulsiones y peligrosos desequilibrios. Calcular cuando acabará el hombre con los árboles o con el agua potable al ritmo de destrucción actual es un despropósito suicida. Mucho antes que desaparezcan los últimos árboles habrá desaparecido la Humanidad. Es ésta la que se juega su futuro, no la vida ¿Seremos capaces de entenderlo a tiempo?.
Extracto Revista Año Cero
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