jueves, 14 de diciembre de 2023

La maceta vacía

 

 

 



Hay historias orientales que nos enseñan importantes valores. Este cuento tradicional chino nos da toda una lección de honestidad. La transparencia que demuestra el protagonista de esta historia con sus actos, nos enseña que la honestidad conduce al éxito.

Hache muchos siglos, en China, gobernaba un emperador muy sabio. Ya era anciano y no había tenido hijos que heredaran su trono.
A este emperador le gustaba la jardinería, por eso, mandó traer a palacio a un grupo de niños y niñas de diferentes provincias. A cada uno de ellos le daría una semilla y, quien trajera en un año las flores más hermosas, heredaría el trono.
La mayoría de niños que acudieron a por las semillas eran hijos de familias nobles, a excepción de uno, Ping, el de la provincia más pobre. Este había sido enviado por sus dotes como jardinero.

El joven Ping llegó a su casa y plantó la semilla en una maceta. La cuidó con mucho cariño durante un tiempo, pero la planta no brotaba.
Llegó el día de presentar las plantas al emperador. Ping llevó su maceta vacía, mientras otros niños tenían macetas con hermosas flores. El resto de niños se burlaban de él.
El emperador se acercó y dijo a los presentes:
—Sepan que todas las semillas que entregué eran infértiles. No podían dar flores. Ping es el único que ha sido honesto y leal, por eso será el emperador.
Es así como Ping se convirtió en uno de los mejores emperadores del lugar. Siempre se preocupó por su pueblo y gestionó su imperio con prudencia.

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