ENTRELAZAMIENTO CUÁNTICO
Es evidente que los dos fotones se comunican entre sí de forma instantánea, pero no se contradice por esto ni la lógica ni la física relativista, ya que, en primer lugar, estas ondas de información no contienen ni materia ni energía y, en segundo lugar, no es posible manipular el fotón proximal para hacer que el distal se comporte a nuestro antojo. Podemos saber lo que va a hacer el fotón distal cuando con él hagamos (o alguien haga) el mismo experimento que con el proximal, pero no forzarlo a hacer una u otra cosa. Definitivamente, aunque ambas partículas se comuniquen instantáneamente entre sí, no podemos utilizar este fenómeno para enviar mensajes instantáneamente (ni a una velocidad superior a la de la luz en el vacío). Es como si el universo tuviera canales de comunicación hiperlumínicos, pero nosotros tuviésemos vetado su uso. Las ondas hiperlumínicas de De Broglie no son manipulables. Está Claro. Pero, ¿y si intentásemos manipularlas para que dejen de ser hiperlumínicas? ¿Sería posible manipularlas con esta condición?
De esta forma no caeríamos en contradicciones de tipo lógico, aunque el hecho de que así no sea contradictorio tampoco quiere decir que sea necesariamente posible. Lo que sí está claro es que ahora sí merece la pena intentarlo. Y la sorpresa es mayúscula. De esta forma no sólo es posible, sino que el método es sorprendentemente simple. Colocamos un espejo que intercepta –no importa cuánto se haya alejado– el fotón distal, y lo hacemos regresar cuando ya hemos realizado el experimento con el fotón proximal. Por tanto, conocemos el resultado.
Ahora podemos dejar que el fotón distal –que está de vuelta– realice el experimento, si nos interesa el resultado que se va a producir. O bloquearlo, si no nos interesa. Hablando metafóricamente: no podemos hacer que la moneda caiga siempre de cara, pero sí que nunca salga cruz. Hemos creado una máquina del tiempo que nos permite saber el futuro sin utilizar el método deductivo (no hay relación causaefecto). Simplemente, lo sabemos. No podemos modificar el futuro, pero sí boicotearlo si lo que va a pasar no nos interesa, volviendo a lanzar la moneda…
PROCESOS DE LA FÍSICA DEL CAOS
Para mí, lo más intrigante de todo esto no es que podamos adivinar el futuro, ni que los procesos aleatorios que secularmente se ha afirmado que no son predecibles individualmente –sino que sólo podemos predecir tendencias– ahora resulte que sí lo son usando este procedimiento.
También quiero aclarar que lanzar una moneda al aire para ver si sale cara o cruz no es un proceso en verdad aleatorio (sólo se trata de una metáfora). Como tampoco lo son lanzar unos dados o el sorteo de Navidad. En realidad, todos ellos son procesos deterministas de relación causa-efecto crítica (lo que los físicos suelen llamar procesos de la física del caos). Los únicos procesos realmente aleatorios son aquellos que implican partículas subatómicas (partículas cuánticas). Estos procesos son los únicos que pueden predecir con mi «máquina del tiempo».
Por vez primera, el hombre puede manipular algo que está al margen del espacio y del tiempo. Algo que podemos decir que está «fuera» del universo. Pero hay algo más. Teniendo en cuenta que nuestro cerebro contiene poco más de un litro de capacidad, unas cien mil millones de neuronas (tantas como estrellas hay en la Vía Láctea), y que cada una está interconectada con otras por miles de filamentos microtubulares llamados dendritas y axones, es obvio que en nuestro órgano pensante se generan continuamente procesos de tipo cuántico que probablemente le permiten conectar su conocimiento con ese «algo» que existe al margen del espacio-tiempo (llámese ondas de información de De Broglie, inconsciente colectivo de Jung o Campos Morfogenéticos de Sheldrake) y que parece contener todo el conocimiento imaginable sobre nuestro universo y sobre nosotros mismos. En mi opinión, los seres conscientes podemos conectar con esos campos de conocimiento universal, sobre todo en estados alterados de consciencia o en situaciones de extrema necesidad.
CONOCIMIENTO ANTICIPATIVO
El siguiente ejemplo aclarará lo que quiero decir. En el tsunami de Indonesia ocurrió algo sorprendente: cuando las aguas se retiraron, las playas aparecieron sembradas de cadáveres, cientos y cientos de cadáveres. Sin embargo, prácticamente todos eran de personas, no había cadáveres de animales a excepción de algunos perros que estaban atados y que, obviamente, no pudieron escapar. De hecho, los investigadores descubrieron que los animales de un zoo habían huido en dirección contraria al mar una hora antes del tsunami. ¿Cómo es posible que, por ejemplo, elefantes traídos de África Central, que ni ellos ni sus ancestros en cientos de generaciones habían visto el mar, no sólo anticiparan que iba a ocurrir esa catástrofe sino que sabían en qué dirección debían escapar?… Pues bien, por mucho que se ha estudiado dicho comportamiento, la ciencia no ofrece una respuesta convincente. Pero, ¿no será porque, simplemente, no se han formulado las preguntas adecuadas? Quizá ocurre lo mismo que con los denominados fenómenos paranormales: ¿Cómo logra nuestra mente dirigir los procesos cuánticos que le permiten conectar con ese «Campo Universal de Conocimiento » y, a través de él, con otras mentes eludiendo las barreras del espacio y del tiempo? Trataremos de responder a esta cuestión en otro momento….
REV. Año Cero
miércoles, 26 de septiembre de 2018
La Frase:
“El vuelo de la mariposa nos enseñará, la importancia de la Libertad, para cumplir nuestra misión cósmica en la Tierra”
lunes, 24 de septiembre de 2018
La Frase:
"El hombre se mejora a sí mismo mientras sigue su camino; si se queda quieto, esperando mejorar antes de tomar una decisión, nunca se moverá".
Paulo Coelho
Paulo Coelho
viernes, 21 de septiembre de 2018
¿Qué es un niño índigo y por qué le llamamos índigo?
Un niño Índigo es un niño sano, de una gran sensibilidad, muy perceptivo e intuitivo, muy rápido, es en líneas generales un niño artista, con un desarrollo total de sus 5 sentidos y con un predominio muy marcado del hemisferio derecho, que por su actuar nos ayuda a reflexionar y por esto mismo a mejorar el mundo.
¿Por qué decimos esto?, porque ellos se han convertido en la señal de alerta para que el adulto cambie su actitud muchas veces violenta, actuando con los mecanismos mencionados y enfrentándose a sus progenitores, para que ellos a su vez reaccionen y busquen ayuda y de esa manera puedan abrir su conciencia.
Estos niños vienen con una vibración espiritual muy alta que se manifiesta en el color Azul Violeta o Índigo de su campo de energía. Fotografías tomadas con la cámara Kirlian revelan estos colores.
Todo es color en nuestro mundo, la luz es energía luminosa, que viaja en forma de ondas vibratorias y puede ser medida en unidades conocidas como unidades de Amstrong que viene a ser la diezmillonésima parte de un milímetro, por ejemplo: “el color índigo o añil tiene una longitud de onda de 4,700 a 5,100 Amstrong”. El poder vibrar estos niños en este color Índigo los ayuda a despertar ciertas capacidades y facultades que en los niños de generaciones pasadas no eran muy marcadas.
Los colores emiten una longitud de onda, una vibración. Así, sabemos que el cuerpo humano selecciona los rayos solares y los colores que necesita para balancear las vibraciones dentro del cuerpo. Índigo, además de ser el color que refleja la espiritualidad del hombre, significa grado de evolución, ésa que tenemos todos los seres humanos, desarrollada en mayor o menor medida y debido al avance que hayan alcanzado nuestros padres y al condicionamiento de nuestro entorno, desarrollamos facultades como la intuición, creatividad, telepatía y clarividencia. Todas estas facultades se manifiestan en vibraciones elevadas, nunca de otra forma.
El Niño y adolescente Índigo es un ser de luz que ingresa al planeta Tierra con el propósito de cambiar los sistemas de apoyo de los niños y, a medida que cambiemos estos métodos, los que sigan naciendo alcanzarán verdades más elevadas que las que tuvieron nuestros antecesores. En estos últimos años se podrá comprobar la energía que tendremos en los próximos años.
Estos niños tienen estructuras de energía diferentes a las tradicionales. La presencia de ellos genera un mecanismo de alerta en el padre de familia o el maestro para que cambie su conducta.
¿Por qué decimos esto?, porque ellos se han convertido en la señal de alerta para que el adulto cambie su actitud muchas veces violenta, actuando con los mecanismos mencionados y enfrentándose a sus progenitores, para que ellos a su vez reaccionen y busquen ayuda y de esa manera puedan abrir su conciencia.
Estos niños vienen con una vibración espiritual muy alta que se manifiesta en el color Azul Violeta o Índigo de su campo de energía. Fotografías tomadas con la cámara Kirlian revelan estos colores.
Todo es color en nuestro mundo, la luz es energía luminosa, que viaja en forma de ondas vibratorias y puede ser medida en unidades conocidas como unidades de Amstrong que viene a ser la diezmillonésima parte de un milímetro, por ejemplo: “el color índigo o añil tiene una longitud de onda de 4,700 a 5,100 Amstrong”. El poder vibrar estos niños en este color Índigo los ayuda a despertar ciertas capacidades y facultades que en los niños de generaciones pasadas no eran muy marcadas.
Los colores emiten una longitud de onda, una vibración. Así, sabemos que el cuerpo humano selecciona los rayos solares y los colores que necesita para balancear las vibraciones dentro del cuerpo. Índigo, además de ser el color que refleja la espiritualidad del hombre, significa grado de evolución, ésa que tenemos todos los seres humanos, desarrollada en mayor o menor medida y debido al avance que hayan alcanzado nuestros padres y al condicionamiento de nuestro entorno, desarrollamos facultades como la intuición, creatividad, telepatía y clarividencia. Todas estas facultades se manifiestan en vibraciones elevadas, nunca de otra forma.
El Niño y adolescente Índigo es un ser de luz que ingresa al planeta Tierra con el propósito de cambiar los sistemas de apoyo de los niños y, a medida que cambiemos estos métodos, los que sigan naciendo alcanzarán verdades más elevadas que las que tuvieron nuestros antecesores. En estos últimos años se podrá comprobar la energía que tendremos en los próximos años.
Estos niños tienen estructuras de energía diferentes a las tradicionales. La presencia de ellos genera un mecanismo de alerta en el padre de familia o el maestro para que cambie su conducta.
martes, 18 de septiembre de 2018
La máquina del tiempo (1ª parte)
Supongamos que hoy decidimos enviarnos a nosotros mismos, dentro de una semana, un mensaje que remontara el tiempo seis días atrás. Por tanto, lo recibiríamos mañana. Pero llegado el momento de enviarlo, olvidamos hacerlo. O, peor aun: justo antes de ese día, morimos. ¿Cómo hemos podido recibir un mensaje que nadie ha mandado?
Resulta evidente que hemos caído en una contradicción de tipo lógico. No podemos enviar mensajes hacia atrás en el tiempo. Otra cosa es ver el pasado pero sin interaccionar con él. Esto es perfectamente posible. De hecho, lo hacemos constantemente: vemos la Luna como era hace algo más de un segundo –recordemos que la velocidad de la luz en el vacío es de casi 300.000 kms por segundo y la Luna se encuentra a una distancia media de la tierra de 380.000 kms–; el Sol como era hace 8 minutos; Marte, cuando está en cuadratura con la Tierra, como era veinte minutos antes; Plutón, como hace seis horas… Y si miramos en dirección a la galaxia de Andrómeda, la más cercana a la nuestra, la observamos como era hace 2,5 millones de años.
También podríamos ver el pasado en nuestro propio planeta si imaginásemos –algo teóricamente posible, aunque técnicamente impracticable– que unos científicos extraterrestres de una galaxia lejana nos han obsequiado con unos espejos gigantescos orientados hacia la Tierra y, enfocando hacia ellos dichos artefactos, podríamos ver el pasado de nuestro planeta, aunque nuevamente tendríamos prohibido interactuar con él. Mas no nos desanimemos. Intentémoslo con el futuro: ¿Podríamos viajar algún día al futuro? La respuesta es un sí rotundo. De hecho, todos viajamos al futuro a razón de un día cada 24 horas. Esto es obvio, pero, ¿lograríamos hacerlo más deprisa? La respuesta a esta pregunta también es afirmativa.
Si viajáramos durante un año –según nuestro reloj– al 90% de la velocidad de la luz, cuando la nave espacial nos trajera de regreso, en la Tierra habrían pasado dos años. Y si el trayecto lo hubiéramos hecho a una fracción de la velocidad de la luz aún mayor, en ese año podríamos adentrarnos en el futuro 100, 200, 1.000 años o, literalmente, lo que quisiéramos. Aunque hay un problema: el turista del futuro sólo puede sacar billete de ida. Nunca podrá regresar al presente del que partió, porque ahora ese presente es su pasado. No hay vuelta atrás. El viaje al futuro es un viaje sin retorno. El viajero quedará para siempre atrapado en un tiempo que no es el suyo.
SIN MATERIA NI ENERGÍA
Con los viajes en el tiempo parece que estamos en un callejón sin salida, pero quizás no sea del todo así. Veamos por qué. Cuando era niño, le hice a mi padre una pregunta sobre un tema que me tenía intrigado. Era ésta: ¿Qué había antes de que existiera el universo? Yo daba por supuesto que mi padre –que era profesor de investigación del CSIC– saciaría mi curiosidad, pero no ocurrió así. Su respuesta fue la siguiente:
«Hijo, el propio tiempo se creó a la vez que el universo, por tanto no tiene sentido preguntar qué había antes del universo, porque ni siquiera existía el concepto ‘antes’». Su argumento me dejó sorprendido, insatisfecho y, por qué no decirlo, un tanto decepcionado.
En cualquier caso, intenté arreglarlo volviendo a preguntar: «Bueno, pero ¿qué había en lugar del universo?». Su respuesta me resultó aun más decepcionante que la anterior:
«El propio espacio se creó a la vez que el universo, por tanto tampoco tiene sentido preguntar qué había en lugar del universo, ya que ni siquiera había ‘lugar’».
Han pasado muchos años desde aquella charla. Ya no soy un niño. Tampoco cursé finalmente los estudios de Física. Pero mi afición a la Física permaneció intacta y mi deseo de conocer la respuesta a aquella pregunta, también.
Ahora tal cosa es posible, pero para ello debemos reconducir la pregunta. Sería así: ¿Conoce la ciencia algo cuya existencia esté al margen del tiempo y también al margen del espacio? Ahora la Física puede responder a esta pregunta y, sorprendentemente, la respuesta es afirmativa: se trata de un ente que no posee ni materia ni energía, sólo contiene información. Es información pura, sin vehículo material de transporte. Va de un punto a otro del universo instantáneamente, a velocidad infinita. Literalmente en tiempo cero. Además, no pasa a través del espacio tiempo. Lo hace, si se me permite la expresión, «por detrás del espacio y del tiempo». Virtualmente, «por detrás» del universo. Sin embargo, esta información, que se conoce como variables ocultas no locales u ondas de información de De Broglie, no es manipulable precisamente por ser híperlumínica.
Es muy fácil demostrar que si pudiéramos manipular un ente supralumínico, estaríamos en condiciones de enviar mensajes al pasado, cayendo en las contradicciones de tipo lógico ya explicitadas anteriormente. Por tanto, queda claro que este ente no se puede manipular, y es una pena, porque si pudiéramos hacerlo (siendo algo que trasciende al espacio y al tiempo), estaríamos en condiciones de crear una «máquina del tiempo». No nos serviría para viajar al pasado, pero sí para adivinar el futuro. Desgraciadamente, como ya hemos visto, tal cosa no es posible. ¿O tal vez sí? ¿Hemos pasado algo por alto? ¿Habrá algún resquicio por el que podamos penetrar y conseguir nuestro objetivo? ¿Podremos construir esa máquina del tiempo que se nos resiste?
La respuesta es sí, hay un resquicio, y ésta es mi pequeña y humilde aportación a la Física. A continuación les resumiré brevemente mi argumento:
Este ente supralúminico es el responsable de uno de los fenómenos más extraños de la Física Cuántica, conocido como entrelazamiento cuántico o paradoja EPR (por las iniciales de Einstein, Podolski y Rosen, que lo estudiaron en la década de los 30 del siglo pasado). El mismo consiste en que cuando dos partículas subatómicas tienen un origen común, por ejemplo dos fotones procedentes de la desintegración de un mesón Pi neutro, éstos saldrán disparados en la misma dirección pero en sentidos opuestos y quedarán hermanados de tal forma que, cuando uno de ellos (llamémosle «proximal») sea sometido a un experimento genuinamente aleatorio, por ejemplo el paso o no a través de un espejo semitransparente (semitransparente, como es obvio, para fotones de una determinada longitud de onda), el otro fotón (llamémosle «distal»), cuando con él se realice el mismo experimento, se comportará de la misma forma que el que hemos llamado proximal, a pesar de que ambos experimentos son completamente aleatorios e independientes el uno del otro, y aunque el experimento sobre el fotón distal se haga mucho más tarde (no importa cuánto) o éste se encuentre tan lejos como queramos imaginar (a años luz de distancia o incluso en los confines del Universo), el resultado será siempre el mismo: ambos fotones colaborarán independientemente del tiempo y del espacio que los separe.(Revista Año Cero)
Resulta evidente que hemos caído en una contradicción de tipo lógico. No podemos enviar mensajes hacia atrás en el tiempo. Otra cosa es ver el pasado pero sin interaccionar con él. Esto es perfectamente posible. De hecho, lo hacemos constantemente: vemos la Luna como era hace algo más de un segundo –recordemos que la velocidad de la luz en el vacío es de casi 300.000 kms por segundo y la Luna se encuentra a una distancia media de la tierra de 380.000 kms–; el Sol como era hace 8 minutos; Marte, cuando está en cuadratura con la Tierra, como era veinte minutos antes; Plutón, como hace seis horas… Y si miramos en dirección a la galaxia de Andrómeda, la más cercana a la nuestra, la observamos como era hace 2,5 millones de años.
También podríamos ver el pasado en nuestro propio planeta si imaginásemos –algo teóricamente posible, aunque técnicamente impracticable– que unos científicos extraterrestres de una galaxia lejana nos han obsequiado con unos espejos gigantescos orientados hacia la Tierra y, enfocando hacia ellos dichos artefactos, podríamos ver el pasado de nuestro planeta, aunque nuevamente tendríamos prohibido interactuar con él. Mas no nos desanimemos. Intentémoslo con el futuro: ¿Podríamos viajar algún día al futuro? La respuesta es un sí rotundo. De hecho, todos viajamos al futuro a razón de un día cada 24 horas. Esto es obvio, pero, ¿lograríamos hacerlo más deprisa? La respuesta a esta pregunta también es afirmativa.
Si viajáramos durante un año –según nuestro reloj– al 90% de la velocidad de la luz, cuando la nave espacial nos trajera de regreso, en la Tierra habrían pasado dos años. Y si el trayecto lo hubiéramos hecho a una fracción de la velocidad de la luz aún mayor, en ese año podríamos adentrarnos en el futuro 100, 200, 1.000 años o, literalmente, lo que quisiéramos. Aunque hay un problema: el turista del futuro sólo puede sacar billete de ida. Nunca podrá regresar al presente del que partió, porque ahora ese presente es su pasado. No hay vuelta atrás. El viaje al futuro es un viaje sin retorno. El viajero quedará para siempre atrapado en un tiempo que no es el suyo.
SIN MATERIA NI ENERGÍA
Con los viajes en el tiempo parece que estamos en un callejón sin salida, pero quizás no sea del todo así. Veamos por qué. Cuando era niño, le hice a mi padre una pregunta sobre un tema que me tenía intrigado. Era ésta: ¿Qué había antes de que existiera el universo? Yo daba por supuesto que mi padre –que era profesor de investigación del CSIC– saciaría mi curiosidad, pero no ocurrió así. Su respuesta fue la siguiente:
«Hijo, el propio tiempo se creó a la vez que el universo, por tanto no tiene sentido preguntar qué había antes del universo, porque ni siquiera existía el concepto ‘antes’». Su argumento me dejó sorprendido, insatisfecho y, por qué no decirlo, un tanto decepcionado.
En cualquier caso, intenté arreglarlo volviendo a preguntar: «Bueno, pero ¿qué había en lugar del universo?». Su respuesta me resultó aun más decepcionante que la anterior:
«El propio espacio se creó a la vez que el universo, por tanto tampoco tiene sentido preguntar qué había en lugar del universo, ya que ni siquiera había ‘lugar’».
Han pasado muchos años desde aquella charla. Ya no soy un niño. Tampoco cursé finalmente los estudios de Física. Pero mi afición a la Física permaneció intacta y mi deseo de conocer la respuesta a aquella pregunta, también.
Ahora tal cosa es posible, pero para ello debemos reconducir la pregunta. Sería así: ¿Conoce la ciencia algo cuya existencia esté al margen del tiempo y también al margen del espacio? Ahora la Física puede responder a esta pregunta y, sorprendentemente, la respuesta es afirmativa: se trata de un ente que no posee ni materia ni energía, sólo contiene información. Es información pura, sin vehículo material de transporte. Va de un punto a otro del universo instantáneamente, a velocidad infinita. Literalmente en tiempo cero. Además, no pasa a través del espacio tiempo. Lo hace, si se me permite la expresión, «por detrás del espacio y del tiempo». Virtualmente, «por detrás» del universo. Sin embargo, esta información, que se conoce como variables ocultas no locales u ondas de información de De Broglie, no es manipulable precisamente por ser híperlumínica.
Es muy fácil demostrar que si pudiéramos manipular un ente supralumínico, estaríamos en condiciones de enviar mensajes al pasado, cayendo en las contradicciones de tipo lógico ya explicitadas anteriormente. Por tanto, queda claro que este ente no se puede manipular, y es una pena, porque si pudiéramos hacerlo (siendo algo que trasciende al espacio y al tiempo), estaríamos en condiciones de crear una «máquina del tiempo». No nos serviría para viajar al pasado, pero sí para adivinar el futuro. Desgraciadamente, como ya hemos visto, tal cosa no es posible. ¿O tal vez sí? ¿Hemos pasado algo por alto? ¿Habrá algún resquicio por el que podamos penetrar y conseguir nuestro objetivo? ¿Podremos construir esa máquina del tiempo que se nos resiste?
La respuesta es sí, hay un resquicio, y ésta es mi pequeña y humilde aportación a la Física. A continuación les resumiré brevemente mi argumento:
Este ente supralúminico es el responsable de uno de los fenómenos más extraños de la Física Cuántica, conocido como entrelazamiento cuántico o paradoja EPR (por las iniciales de Einstein, Podolski y Rosen, que lo estudiaron en la década de los 30 del siglo pasado). El mismo consiste en que cuando dos partículas subatómicas tienen un origen común, por ejemplo dos fotones procedentes de la desintegración de un mesón Pi neutro, éstos saldrán disparados en la misma dirección pero en sentidos opuestos y quedarán hermanados de tal forma que, cuando uno de ellos (llamémosle «proximal») sea sometido a un experimento genuinamente aleatorio, por ejemplo el paso o no a través de un espejo semitransparente (semitransparente, como es obvio, para fotones de una determinada longitud de onda), el otro fotón (llamémosle «distal»), cuando con él se realice el mismo experimento, se comportará de la misma forma que el que hemos llamado proximal, a pesar de que ambos experimentos son completamente aleatorios e independientes el uno del otro, y aunque el experimento sobre el fotón distal se haga mucho más tarde (no importa cuánto) o éste se encuentre tan lejos como queramos imaginar (a años luz de distancia o incluso en los confines del Universo), el resultado será siempre el mismo: ambos fotones colaborarán independientemente del tiempo y del espacio que los separe.(Revista Año Cero)
viernes, 14 de septiembre de 2018
La Frase :
"La muerte debe ser algo extraordinario, como es la vida. Para comprender la muerte tenemos que comprender la totalidad de la vida, no tomar sólo un fragmento de ella y vivir con ese fragmento, como lo hace la mayoría de nosotros. En la comprensión de la vida está la comprensión de la muerte, porque ambas no están separadas". - Krishnamurti
martes, 11 de septiembre de 2018
"... Amados hermanos de la Tierra, nuestro mensaje es un llamado de
alerta para que la humanidad cambie y reaccione frente al gran efecto
destructivo que ha venido acumulándose, como consecuencia de un
sinfín de causas resumidas en el egoísmo y el desamor.
La alerta que cobró actualidad a partir de la década de los años 40
del presente siglo vuestro, ha empezado en los ochenta a rendir sus
frutos, pues vemos con beneplácito giros trascendentales en la
población del mundo procurando llegar a disfrutar de la solidaridad,
la paz y la justicia.
Hay un despertar de conciencia que incluso ha escapado a nuestras
previsiones. Estamos sorprendidos y a la vez maravillados por cuanto
ahora sí es posible hablar de cambiar el futuro. Hasta fines de los
70 sólo podíamos recomendarles estar preparados para enfrentar lo
mejor posible, y sobrevivir, a los acontecimientos que venían
desencadenándose o ustedes mismos permitiendo que ocurrieran.
Amados hermanos, no deben confiarse demasiado, pero deben aprovechar
en ganar terreno ahora que la balanza se inclina hacia la luz; y aún
no han llegado los verdaderos momentos de oscuridad, de falta de fe y
de esperanza, así como de gran confusión; y que pueden manifestarse
de un momento a otro.
Cierto es que hay que guiar a la masa humana y lo harán pues los
medios y recursos de todo tipo se os facilitarán como para lleguen a
divulgar como nadie antes lo hizo, el mensaje de esperanza para la
humanidad.
Este año (1990) traerá cambios en los países que parecía que no
necesitaban un cambio, y en aquellos que se creía que el cambio no
llegaría jamás.
Acabarán dictaduras y sólo el pueblo de cada ciudad elegirá
gobernarse.
Las fuerzas oscuras arremeterán a mediados y finales del año, pero
sólo apresurarán definiciones positivas.
Estén atentos que éste año empieza con acontecimientos graves, pero
que serán la ventana a la esperanza y la puerta hacia el nuevo día:
la nueva humanidad .
Están a punto de hacer girar el Apocalipsis convenientemente para el
Hombre Espiritual; porque a una revelación se le opone otra que se
establece cuando hay quienes reaccionan, y son pocos los necesarios
para ello, ya lo saben ...".Oxalc
alerta para que la humanidad cambie y reaccione frente al gran efecto
destructivo que ha venido acumulándose, como consecuencia de un
sinfín de causas resumidas en el egoísmo y el desamor.
La alerta que cobró actualidad a partir de la década de los años 40
del presente siglo vuestro, ha empezado en los ochenta a rendir sus
frutos, pues vemos con beneplácito giros trascendentales en la
población del mundo procurando llegar a disfrutar de la solidaridad,
la paz y la justicia.
Hay un despertar de conciencia que incluso ha escapado a nuestras
previsiones. Estamos sorprendidos y a la vez maravillados por cuanto
ahora sí es posible hablar de cambiar el futuro. Hasta fines de los
70 sólo podíamos recomendarles estar preparados para enfrentar lo
mejor posible, y sobrevivir, a los acontecimientos que venían
desencadenándose o ustedes mismos permitiendo que ocurrieran.
Amados hermanos, no deben confiarse demasiado, pero deben aprovechar
en ganar terreno ahora que la balanza se inclina hacia la luz; y aún
no han llegado los verdaderos momentos de oscuridad, de falta de fe y
de esperanza, así como de gran confusión; y que pueden manifestarse
de un momento a otro.
Cierto es que hay que guiar a la masa humana y lo harán pues los
medios y recursos de todo tipo se os facilitarán como para lleguen a
divulgar como nadie antes lo hizo, el mensaje de esperanza para la
humanidad.
Este año (1990) traerá cambios en los países que parecía que no
necesitaban un cambio, y en aquellos que se creía que el cambio no
llegaría jamás.
Acabarán dictaduras y sólo el pueblo de cada ciudad elegirá
gobernarse.
Las fuerzas oscuras arremeterán a mediados y finales del año, pero
sólo apresurarán definiciones positivas.
Estén atentos que éste año empieza con acontecimientos graves, pero
que serán la ventana a la esperanza y la puerta hacia el nuevo día:
la nueva humanidad .
Están a punto de hacer girar el Apocalipsis convenientemente para el
Hombre Espiritual; porque a una revelación se le opone otra que se
establece cuando hay quienes reaccionan, y son pocos los necesarios
para ello, ya lo saben ...".Oxalc
EL CAMPO FUENTE: SOMOS UNO CON EL UNIVERSO
La ciencia de vanguardia promueve revolucionarias ideas que cuestionan las caducas creencias respecto a cómo funciona el mundo. Los nuevos hallazgos demuestran que somos algo mucho más misterioso que un simple ensamblaje de carne y huesos. Estos estudios ofrecen información fidedigna acerca de una fuerza central o «campo», que gobierna tanto nuestros cuerpos como el resto del universo que nos rodea. Éste es el apasionante punto de partida de El Campo (Sirio), best-seller de la escritora y periodista Lynne McTaggart, algunos de cuyos conceptos centrales resumimos a continuación.
Durante varias décadas, en todo el mundo, respetados científicos de muy diversas disciplinas han llevado a cabo experimentos bien diseñados cuyos resultados dejan perplejos a los biólogos y a los físicos. En conjunto, estos estudios nos ofrecen abundante información respecto a la fuerza central organizadora que gobierna nuestros cuerpos y el resto del cosmos.
Sus descubrimientos sólo pueden clasificarse como asombrosos. En nuestro aspecto más elemental, no somos una reacción química, sino una carga energética. Los seres humanos y todos los seres vivos son una configuración energética dentro de un campo de energía conectado con todas las demás cosas del mundo. Este campo de energía pulsante es el motor central de nuestro ser y de nuestra conciencia, el alfa y el omega de nuestra existencia.
ANTEPROYECTO DEL MUNDO
No existe una relación dual «yo»/«no yo» entre nuestros cuerpos y el resto del universo, sólo hay un campo energético subyacente. Este campo es responsable de las funciones más elevadas de nuestra mente, y es la fuente de información que guía el crecimiento de nuestros cuerpos. Es nuestro cerebro, nuestro corazón, nuestra memoria: es en todo momento un anteproyecto del mundo. Más que los gérmenes o los genes, el Campo es la fuerza que determina finalmente si estamos sanos o enfermos, y es la fuerza con la que debemos contactar para curarnos. Estamos vinculados e involucrados, somos inseparables de nuestro mundo y nuestra única verdad fundamental es nuestra relación con él. «El campo», como dijo Albert Einstein sucintamente en una ocasión, «es la única realidad».
Hasta hoy, la biología y la física han sido sirvientas de los puntos de vista expuestos por Isaac Newton, el padre de la física moderna. Todo lo que creemos sobre nuestro mundo y el lugar que ocupamos dentro de él se deriva de ideas formuladas en el siglo XVII, que aún siguen formando la columna vertebral de la ciencia moderna; teorías que presentan los elementos del universo como si fueran divisibles, como si estuvieran aislados unos de otros y completamente autocontenidos.
UNA VIDA PREDADORA
Dichas ideas, en esencia, han creado una visión del mundo basada en la separación. Newton describió un mundo material en el que las partículas individuales de materia seguían ciertas leyes de movimiento a través del espacio y del tiempo: pensó en el universo como si fuera una gran máquina. Antes de que Newton formulara sus leyes del movimiento, el filósofo francés René Descartes enunció la que en su tiempo era una noción revolucionaria, que nosotros –representados por nuestras mentes– estábamos separados de esta materia inerte y sin vida de nuestros cuerpos, que no eran sino otra máquina bien engrasada. El mundo estaba compuesto por una serie de pequeños objetos discretos que se comportaban previsiblemente. El más separado de ellos era el ser humano. Estábamos fuera del universo y lo observábamos. Hasta nuestros cuerpos estaban separados de algún modo y eran otra cosa que nosotros mismos, las mentes conscientes que realizaban la observación. (AÑO/CERO ).
Durante varias décadas, en todo el mundo, respetados científicos de muy diversas disciplinas han llevado a cabo experimentos bien diseñados cuyos resultados dejan perplejos a los biólogos y a los físicos. En conjunto, estos estudios nos ofrecen abundante información respecto a la fuerza central organizadora que gobierna nuestros cuerpos y el resto del cosmos.
Sus descubrimientos sólo pueden clasificarse como asombrosos. En nuestro aspecto más elemental, no somos una reacción química, sino una carga energética. Los seres humanos y todos los seres vivos son una configuración energética dentro de un campo de energía conectado con todas las demás cosas del mundo. Este campo de energía pulsante es el motor central de nuestro ser y de nuestra conciencia, el alfa y el omega de nuestra existencia.
ANTEPROYECTO DEL MUNDO
No existe una relación dual «yo»/«no yo» entre nuestros cuerpos y el resto del universo, sólo hay un campo energético subyacente. Este campo es responsable de las funciones más elevadas de nuestra mente, y es la fuente de información que guía el crecimiento de nuestros cuerpos. Es nuestro cerebro, nuestro corazón, nuestra memoria: es en todo momento un anteproyecto del mundo. Más que los gérmenes o los genes, el Campo es la fuerza que determina finalmente si estamos sanos o enfermos, y es la fuerza con la que debemos contactar para curarnos. Estamos vinculados e involucrados, somos inseparables de nuestro mundo y nuestra única verdad fundamental es nuestra relación con él. «El campo», como dijo Albert Einstein sucintamente en una ocasión, «es la única realidad».
Hasta hoy, la biología y la física han sido sirvientas de los puntos de vista expuestos por Isaac Newton, el padre de la física moderna. Todo lo que creemos sobre nuestro mundo y el lugar que ocupamos dentro de él se deriva de ideas formuladas en el siglo XVII, que aún siguen formando la columna vertebral de la ciencia moderna; teorías que presentan los elementos del universo como si fueran divisibles, como si estuvieran aislados unos de otros y completamente autocontenidos.
UNA VIDA PREDADORA
Dichas ideas, en esencia, han creado una visión del mundo basada en la separación. Newton describió un mundo material en el que las partículas individuales de materia seguían ciertas leyes de movimiento a través del espacio y del tiempo: pensó en el universo como si fuera una gran máquina. Antes de que Newton formulara sus leyes del movimiento, el filósofo francés René Descartes enunció la que en su tiempo era una noción revolucionaria, que nosotros –representados por nuestras mentes– estábamos separados de esta materia inerte y sin vida de nuestros cuerpos, que no eran sino otra máquina bien engrasada. El mundo estaba compuesto por una serie de pequeños objetos discretos que se comportaban previsiblemente. El más separado de ellos era el ser humano. Estábamos fuera del universo y lo observábamos. Hasta nuestros cuerpos estaban separados de algún modo y eran otra cosa que nosotros mismos, las mentes conscientes que realizaban la observación. (AÑO/CERO ).
El santuario de las nubes
Monte Albán es una metrópoli que se concibió como un sofisticado marcador astronómico. Esta ciudad-estado impuso un aplastante dominio político y religioso durante más de mil años. Edificada por un pueblo llegado de las nubes, los zapotecas, que convirtieron esta ciudad en legendaria. Paco González.
A vista de pájaro, la contemplación de Monte Albán causa tanto asombro como observar las pirámides egipcias a bordo de un globo aerostático. Hay algo desasosegante en estos enormes centros ceremoniales de la antigüedad, ajenos a su entorno actual. O ésa es la impresión que provocan en la mayoría de espectadores occidentales e incluso en muchos de quienes hoy siguen viviendo junto a ellos.
Y eso que se trata de «ruinas». Cuesta imaginar el aspecto original de los monumentos de Monte Albán, aunque sabemos que estaban pintados con brillantes y llamativos colores, nada que ver con el tono grisáceo y apagado que presentan en la actualidad. No obstante, se ignora mucho más de lo se conoce acerca de este inquietante sitio arqueológico. Para empezar, ¿por qué el nombre de Monte Albán?…
ORIGEN MISTERIOSO
Obviamente, por lo «hispanizada», ésta no fue su denominación original. Pero, de hecho, difícilmente podríamos deducirla, pues no sabemos quiénes pusieron las primeras piedras de este santuario mesoamericano, se supone que allá por el año 800 a. C. Si acaso, nos han llegado los nombres por los cuales lo conocieron zapotecas y mixtecos, dos de las etnias que contribuyeron a su esplendor. En el caso de los primeros, el lugar pudo llamarse Dani Baá, algo así como «Montaña Sagrada». Por su parte, los mixtecos lo habrían conocido como Yucu Cúi (Cerro Verde). Se supone que lo de Monte Albán vino de traducir muy libremente alguna de estas denominaciones –o ambas–, aunque también se especula con que el autor de la «ocurrencia» fuese de origen italiano o conociera los relatos sobre el legendario Monte Albano (por Albanus Mons, enclave sagrado del Lacio en cuya cumbre se erigía un santuario a Júpiter). O, más sencillo, que el calificativo Albán tuviera que ver con la blancura de las flores que cubren este promontorio en primavera…
Para enredar aún más esta cuestión, que no nos parece menor –los nombres dicen mucho sobre la esencia de los lugares–, los actuales zapotecas continúan autodenominándose Ben’Zaa (Pueblo de las Nubes). Según la interpretación más prosaica, dicha atribución provendría de la situación elevada de este complejo ceremonial, levantado sobre un cerro desde el que se domina un gran valle. No obstante, los propios zapotecas de los Valles Centrales no se reconocen en esta asociación, por simplista; si bien no aclaran de dónde procede tan evocadora imagen, que algunos investigadores han interpretado como «evidencia» de una conexión estelar, extraterrestre. Ellos ni lo niegan ni lo asumen. Son «el pueblo de las nubes» porque sus antepasados «descendieron de las nubes», insisten…
Lo mismo reclaman para sí los mixtecos, cuyos remotos predecesores también ocuparon Monte Albán e igualmente se autoproclaman Ñuu Savi, «pueblo de la lluvia» o «de las nubes»… va en gusto del traductor. Polémicas etimológicas aparte, el carácter pluriétnico de Monte Albán –rasgo compartido con otras urbes mesoamericanas– no ayuda a descifrar qué secretos ocultan sus muros milenarios. Pese a todo, las piedras hablan, aunque sea en susurros…
CIUDAD SACRALIZADA
Como hemos mencionado, Monte Albán se erigió sobre un cerro, en un enclave elevado unos 400 metros por encima del Valle de Oaxaca. Así, desde el centro ceremonial debió resultar fácil controlar las incursiones de posibles enemigos o, mejor, estudiar los movimientos de los astros y detectar ciertos eventos celestes.
Aunque es probable que su etapa de máximo esplendor coincidiera con su «explotación» por parte de los zapotecas (ci. 500 a. C. a 900 d. C.), la fundación del primer centro ritual seguro fue muy anterior.
Cuestión distinta, insistimos, resulta identificar quiénes fueron aquellos primeros «hombres de las estrellas» y qué vieron en este enclave amén de su privilegiada situación estratégica. En cualquier caso, la tarea de construir sobre este promontorio de difícil acceso debió suponer un esfuerzo inimaginable, dado el volumen de mineral y otros recursos necesarios para levantar sus impresionantes edificios… Los arquitectos de Monte Albán no construyeron al azar.
Existió un plan premeditado que comenzó con el allanamiento y nivelado del terreno, lo que confiere a la explanada donde se asientan sus monumentos la apariencia de una gran pista de aterrizaje. Con aproximadamente 300 metros de largo por 200 de ancho, en dicha plataforma se dispusieron cuidadosamente decenas de elementos arquitectónicos, ocupando un inmenso rectángulo casi perfecto. Es probable que tales precauciones se debieran a que Monte Albán, en realidad, fue un sofisticado complejo ceremonial de marcado carácter astronómico.
Revista Año Cero
A vista de pájaro, la contemplación de Monte Albán causa tanto asombro como observar las pirámides egipcias a bordo de un globo aerostático. Hay algo desasosegante en estos enormes centros ceremoniales de la antigüedad, ajenos a su entorno actual. O ésa es la impresión que provocan en la mayoría de espectadores occidentales e incluso en muchos de quienes hoy siguen viviendo junto a ellos.
Y eso que se trata de «ruinas». Cuesta imaginar el aspecto original de los monumentos de Monte Albán, aunque sabemos que estaban pintados con brillantes y llamativos colores, nada que ver con el tono grisáceo y apagado que presentan en la actualidad. No obstante, se ignora mucho más de lo se conoce acerca de este inquietante sitio arqueológico. Para empezar, ¿por qué el nombre de Monte Albán?…
ORIGEN MISTERIOSO
Obviamente, por lo «hispanizada», ésta no fue su denominación original. Pero, de hecho, difícilmente podríamos deducirla, pues no sabemos quiénes pusieron las primeras piedras de este santuario mesoamericano, se supone que allá por el año 800 a. C. Si acaso, nos han llegado los nombres por los cuales lo conocieron zapotecas y mixtecos, dos de las etnias que contribuyeron a su esplendor. En el caso de los primeros, el lugar pudo llamarse Dani Baá, algo así como «Montaña Sagrada». Por su parte, los mixtecos lo habrían conocido como Yucu Cúi (Cerro Verde). Se supone que lo de Monte Albán vino de traducir muy libremente alguna de estas denominaciones –o ambas–, aunque también se especula con que el autor de la «ocurrencia» fuese de origen italiano o conociera los relatos sobre el legendario Monte Albano (por Albanus Mons, enclave sagrado del Lacio en cuya cumbre se erigía un santuario a Júpiter). O, más sencillo, que el calificativo Albán tuviera que ver con la blancura de las flores que cubren este promontorio en primavera…
Para enredar aún más esta cuestión, que no nos parece menor –los nombres dicen mucho sobre la esencia de los lugares–, los actuales zapotecas continúan autodenominándose Ben’Zaa (Pueblo de las Nubes). Según la interpretación más prosaica, dicha atribución provendría de la situación elevada de este complejo ceremonial, levantado sobre un cerro desde el que se domina un gran valle. No obstante, los propios zapotecas de los Valles Centrales no se reconocen en esta asociación, por simplista; si bien no aclaran de dónde procede tan evocadora imagen, que algunos investigadores han interpretado como «evidencia» de una conexión estelar, extraterrestre. Ellos ni lo niegan ni lo asumen. Son «el pueblo de las nubes» porque sus antepasados «descendieron de las nubes», insisten…
Lo mismo reclaman para sí los mixtecos, cuyos remotos predecesores también ocuparon Monte Albán e igualmente se autoproclaman Ñuu Savi, «pueblo de la lluvia» o «de las nubes»… va en gusto del traductor. Polémicas etimológicas aparte, el carácter pluriétnico de Monte Albán –rasgo compartido con otras urbes mesoamericanas– no ayuda a descifrar qué secretos ocultan sus muros milenarios. Pese a todo, las piedras hablan, aunque sea en susurros…
CIUDAD SACRALIZADA
Como hemos mencionado, Monte Albán se erigió sobre un cerro, en un enclave elevado unos 400 metros por encima del Valle de Oaxaca. Así, desde el centro ceremonial debió resultar fácil controlar las incursiones de posibles enemigos o, mejor, estudiar los movimientos de los astros y detectar ciertos eventos celestes.
Aunque es probable que su etapa de máximo esplendor coincidiera con su «explotación» por parte de los zapotecas (ci. 500 a. C. a 900 d. C.), la fundación del primer centro ritual seguro fue muy anterior.
Cuestión distinta, insistimos, resulta identificar quiénes fueron aquellos primeros «hombres de las estrellas» y qué vieron en este enclave amén de su privilegiada situación estratégica. En cualquier caso, la tarea de construir sobre este promontorio de difícil acceso debió suponer un esfuerzo inimaginable, dado el volumen de mineral y otros recursos necesarios para levantar sus impresionantes edificios… Los arquitectos de Monte Albán no construyeron al azar.
Existió un plan premeditado que comenzó con el allanamiento y nivelado del terreno, lo que confiere a la explanada donde se asientan sus monumentos la apariencia de una gran pista de aterrizaje. Con aproximadamente 300 metros de largo por 200 de ancho, en dicha plataforma se dispusieron cuidadosamente decenas de elementos arquitectónicos, ocupando un inmenso rectángulo casi perfecto. Es probable que tales precauciones se debieran a que Monte Albán, en realidad, fue un sofisticado complejo ceremonial de marcado carácter astronómico.
Revista Año Cero
miércoles, 5 de septiembre de 2018
Puma Punku, el sitio arqueológico más intrigante del planeta
Puma Punku es el nombre de un gran complejo de templos situado cerca de Tiwanaku, en Bolivia, y es parte de un sitio arqueológico más grande conocido como Tiahuanacu. El origen de estos templos es un misterio, pero basado en la datación por carbono del material orgánico que se encuentra en el sitio, los arqueólogos creen que el complejo pudo haber sido construido por el imperio Tiwanaku -una de la civilizaciones más importantes antes del Imperio Inca- que floreció entre 300 y 1000 después de Cristo.
Lo más intrigante de Puma Punku es el trabajo de la piedra. Puma Punku era un montículo de tierra en terrazas originalmente enfrentado con bloques megalíticos, cada uno con un peso de varias decenas de toneladas. Las piedras de arenisca y andesita rojas fueron cortadas en formas geométricas que encajan perfectamente entre sí sin utilizar mortero. La finura técnica y la precisión que se muestra en estos bloques de piedra es asombrosa. Es tal su precisión que ni siquiera una hoja de afeitar puede deslizarse entre las rocas.
Algunos de estos bloques están acabados con calidad de "máquina" y con agujeros perforados de un modo perfecto. Esto se supone que fue realizado por una civilización que no tenía ningún sistema de escritura y que era ignorante incluso de la existencia de la rueda. Algo no cuadra.
Un artículo de Wikipedia describe la fantástica ingeniería empleada en la construcción del templo: "En el montaje de las paredes de Puma Punku, cada piedra fue finamente cortada para entrelazarse con las piedras de alrededor. Los bloques encajan como un rompecabezas. Una técnica común de ingeniería consiste en cortar la parte superior de la piedra inferior con un cierto ángulo, colocando otra piedra en la parte superior de la misma que fue cortada con el mismo ángulo. La precisión con la que se han utilizado estos ángulos para crear juntas al ras es indicativo de un conocimiento altamente sofisticado del corte de piedra y un conocimiento profundo de la geometría descriptiva. Muchas de las uniones son tan precisas que ni siquiera una hoja de afeitar encaja entre las piedras. Gran parte de la mampostería se caracteriza por bloques rectilíneos cortados con precisión de tal uniformidad que podían ser intercambiados uno por el otro mientras se mantiene una superficie plana. Los bloques fueron cortados de manera tan precisa como para sugerir la posibilidad de prefabricación y producción en masa, con una tecnología que llegaría cientos de años más tarde".
Las piedras son de la proporción de un mamut. El más grande de estos bloques es 8 metros de largo, 5 metros de ancho y 1 metro de espesor, y se estima que pesa alrededor de 131 toneladas. Debido a su tamaño, el método por el que fueron transportadas a Puma Punku ha sido otro tema de interés desde el descubrimiento del templo. El análisis químico reveló que los bloques de arenisca roja fueron transportados hasta una pendiente pronunciada de una cantera cercana al Lago Titicaca, que se encuentra a unos 10 kilómetros de distancia. Los bloques de andesita más pequeños fueron utilizados para el revestimiento de piedra y tallas y provenían de canteras dentro de la península de Copacabana a unos 90 kilómetros de distancia del lago Titicaca.
Un ejemplo de alta precisión son estos pequeños agujeros. Con una base en evidencias circunstanciales, se puede argumentar que Puma Punku nunca fue construido por los Tiwanaku, sino por una civilización que era más avanzada. Tal vez los resultados de la datación de carbono están equivocados debido a la contaminación de las muestras, o que Puma Punku fue construida por otra civilización que llegó a través del océano, construyó el complejo y se fue.
Algunos creen que Puma Punku no podría haber sido construida sin la ayuda de seres extraterrestres. El complejo hoy está en completa ruina, con enormes bloques de granito distribuidos sobre otros. El sitio parece haber sido destruido por un terremoto, que tal vez fue acompañado de una ola gigante del lago Titicaca.
Infobae.com
lunes, 3 de septiembre de 2018
Sabías que....la Sanación Reconectiva
La Sanación Reconectiva es una terapia altamente avanzada que utiliza en su desarrollo la interacción de diversos procesos cuánticos. Va a establecer una reconexión de los meridianos del cuerpo con la carga energética del Planeta, energía que empezará a ejercer conexión con todo el Universo.
Aún más claro, la “Sanación Reconectiva es la Nueva Energía, la Luz e Información de nuestro Planeta. Estas frecuencias vibratorias abarcan los sistemas energéticos y beneficios de todas las técnicas de sanación energética, pero son accesibles sin pasos complicados, procedimientos o rituales” (Alfredo Lorenzo Nieto)
Esta técnica terapéutica va a permitir que tú y yo podamos reestablecer la conexión que al enfermar perdimos con nuestra armonía vital y equilibrio emocional. ¡Aquí la salud de cada paciente se revestirá de sorprendente calidad!
La Sanación Reconectiva nos premia con una apertura hacía una nueva información en la que interactuamos con todo aquello que está a nuestro alrededor. Información real, nueva y diferente, que cada persona puede desarrollar sin ningún límite ni obstáculo.
Normalmente, esta terapia se desarrolla en tres sesiones, sin embargo, dependiendo de la receptividad y evolución del paciente, es posible que se desarrolle en una o dos sesiones.
Ahora, es posible que, durante las sesiones, el paciente presente movimientos oculares, leves contracciones musculares y respiración alterada.
En primera instancia, el terapeuta sanador ayudará al paciente para que su equilibrio vital se restablezca. A partir de este momento, cada persona dará inicio a un proceso distinto, en el que buscará evolucionar e integrar la nueva información que ha recibido en cada una de las sesiones celebradas.
En estas terapias no se presenta ningún tipo de contacto con la persona, se utiliza el flujo de energía para desbloquear los campos que tengan alteraciones que no permitan poseer un equilibrio vital.
Realmente, la Sanación Reconectiva es un tema bastante complejo y muy exacto, “a vuelo de pájaro” he querido darte a conocer lo más importante; por ello, te invito para que hagas investigación personal de los ítems que más te apasionen de este tema.
Y… ¿a quiénes está dirigida la Sanación Reconectiva?
Las sesiones de Sanación Reconectiva están dirigidas a todas aquellas personas que posean la necesidad de sanar y recuperar su salud de tipo físico, emocional, mental o espiritual.
Para estas sesiones no tienes que quitarte ninguna prenda, tampoco necesitas de música ni inciensos, e incluso, puedes recibir sanación a distancia.
Para su desarrollo, necesitarás de una camilla, la presencia del sanador y la persona que recibirá la sanación.
Es importante que no uses perfumes ni aromatizantes, la idea es que las sensaciones sean puras sin ningún tipo de intervención externa.
La Sanación Reconectiva es eficaz en Seres Humanos, Animales y Plantas.
Ahora, la Sanación Reconectiva no busca sanar en su totalidad una enfermedad, por el contrario, busca ser una forma de acompañamiento y complemento a los tratamientos médicos, y de recuperación para aquellos pacientes que han tenido que enfrentarse a cirugías y operaciones difíciles.
¿Qué puedes lograrRealmente, los beneficios para tu salud son abundantes, sin embargo, quiero detallarte aquellos favores más importantes, a saber:
Reestablecerás tu equilibrio físico, mental y emocional, ¡tu vida armonizará! La Sanación Reconectiva permitirá que las personas sean más intuitivas, paulatinamente irán logrando todo aquello que necesitan y se han propuesto en su camino.
Este tipo de terapia es supremamente aconsejable para eliminar angustias, recuerdos desagradables y dañinos, también para contrarrestar el estrés. Va a ofrecerte una nueva Luz, Energía e Información, logrando superar todos tus bloqueos y frustraciones.
Serás como un imán que atraerá todo aquello que necesitas, vivirás de manera más positiva, y el Universo estará vibrando a tu favor.
Serás totalmente bendecido(a) y afortunado(a) si tu sanación tomó la forma que tú deseabas.
Tu sanación vendrá en la forma más maravillosa, será la forma más clara y específica que el Universo ha escogido para ti, aquella forma que más beneficios tendrá para ti.
Al ser un proceso terapéutico personal, cada persona vive y experimenta su experiencia de sanación de forma distinta.
La persona podrá experimentar un sentimiento profundo de paz, puede percibir colores, imágenes, sentimientos, olores y sensaciones acompañados de “Registros”.
La persona que haya recibido Sanación Reconectiva aumentará sus sentidos, vista panorámica, audición y olfato, son extremadamente intuitivos.
Ahora, es posible que haya personas que no sientan absolutamente nada, no obstante, pese a esta situación, su proceso de sanación continúa abierto a la multidimensión.
Allí, a través de mecanismos diversos de auto-sanación, se reorganiza el cuerpo y se armoniza la vida. Te cuento que todos estos beneficios puedes recibirlos inmediatamente o pasado el tiempo.
Cuando este proceso de auto-sanación esté en marcha, aquellos tratamientos médicos que poseas empezarán a operar de modo más seguro y rápido, e incluso, podría ser necesario disminuir la cantidad de tiempo al tratamiento ordenado por el profesional de la salud.
Como podéis ver, la Sanación Reconectiva también puede utilizarse como terapia cuántica preventiva, esto, debido a que el paciente sanará más rápido y enfermará menos tiempo, o menos veces.
¡Sorprendente!, ¿verdad?
En conclusión, la Sanación Reconectiva permitirá que tú y yo podamos re-conectarnos con la Plenitud del Universo y con el Ser que verdaderamente somos, utilizándose esa nueva gama de frecuencias sanadoras.
Frecuencias sanadoras que han sido materia de investigación médica, realidad que incluso ha sido demostrado en la práctica y en los laboratorios científicos.
Esta terapia cuántica actúa a nivel de ADN, es capaz de modificar, reparar, o alterar si es el caso. Esto, debido a que la energía circula por nuestros canales, repartiéndose por todo nuestro organismo.
Así, cuando se origine algún desequilibrio emocional, mental, físico o espiritual, nuestro cuerpo lo sufre y es posible que enferme si esta actitud es duradera. Se trata de un llamado de atención para que logremos una reorientación y un cambio a nuestra existencia.
Aún más claro, la “Sanación Reconectiva es la Nueva Energía, la Luz e Información de nuestro Planeta. Estas frecuencias vibratorias abarcan los sistemas energéticos y beneficios de todas las técnicas de sanación energética, pero son accesibles sin pasos complicados, procedimientos o rituales” (Alfredo Lorenzo Nieto)
Esta técnica terapéutica va a permitir que tú y yo podamos reestablecer la conexión que al enfermar perdimos con nuestra armonía vital y equilibrio emocional. ¡Aquí la salud de cada paciente se revestirá de sorprendente calidad!
La Sanación Reconectiva nos premia con una apertura hacía una nueva información en la que interactuamos con todo aquello que está a nuestro alrededor. Información real, nueva y diferente, que cada persona puede desarrollar sin ningún límite ni obstáculo.
Normalmente, esta terapia se desarrolla en tres sesiones, sin embargo, dependiendo de la receptividad y evolución del paciente, es posible que se desarrolle en una o dos sesiones.
Ahora, es posible que, durante las sesiones, el paciente presente movimientos oculares, leves contracciones musculares y respiración alterada.
En primera instancia, el terapeuta sanador ayudará al paciente para que su equilibrio vital se restablezca. A partir de este momento, cada persona dará inicio a un proceso distinto, en el que buscará evolucionar e integrar la nueva información que ha recibido en cada una de las sesiones celebradas.
En estas terapias no se presenta ningún tipo de contacto con la persona, se utiliza el flujo de energía para desbloquear los campos que tengan alteraciones que no permitan poseer un equilibrio vital.
Realmente, la Sanación Reconectiva es un tema bastante complejo y muy exacto, “a vuelo de pájaro” he querido darte a conocer lo más importante; por ello, te invito para que hagas investigación personal de los ítems que más te apasionen de este tema.
Y… ¿a quiénes está dirigida la Sanación Reconectiva?
Las sesiones de Sanación Reconectiva están dirigidas a todas aquellas personas que posean la necesidad de sanar y recuperar su salud de tipo físico, emocional, mental o espiritual.
Para estas sesiones no tienes que quitarte ninguna prenda, tampoco necesitas de música ni inciensos, e incluso, puedes recibir sanación a distancia.
Para su desarrollo, necesitarás de una camilla, la presencia del sanador y la persona que recibirá la sanación.
Es importante que no uses perfumes ni aromatizantes, la idea es que las sensaciones sean puras sin ningún tipo de intervención externa.
La Sanación Reconectiva es eficaz en Seres Humanos, Animales y Plantas.
Ahora, la Sanación Reconectiva no busca sanar en su totalidad una enfermedad, por el contrario, busca ser una forma de acompañamiento y complemento a los tratamientos médicos, y de recuperación para aquellos pacientes que han tenido que enfrentarse a cirugías y operaciones difíciles.
¿Qué puedes lograrRealmente, los beneficios para tu salud son abundantes, sin embargo, quiero detallarte aquellos favores más importantes, a saber:
Reestablecerás tu equilibrio físico, mental y emocional, ¡tu vida armonizará! La Sanación Reconectiva permitirá que las personas sean más intuitivas, paulatinamente irán logrando todo aquello que necesitan y se han propuesto en su camino.
Este tipo de terapia es supremamente aconsejable para eliminar angustias, recuerdos desagradables y dañinos, también para contrarrestar el estrés. Va a ofrecerte una nueva Luz, Energía e Información, logrando superar todos tus bloqueos y frustraciones.
Serás como un imán que atraerá todo aquello que necesitas, vivirás de manera más positiva, y el Universo estará vibrando a tu favor.
Serás totalmente bendecido(a) y afortunado(a) si tu sanación tomó la forma que tú deseabas.
Tu sanación vendrá en la forma más maravillosa, será la forma más clara y específica que el Universo ha escogido para ti, aquella forma que más beneficios tendrá para ti.
Al ser un proceso terapéutico personal, cada persona vive y experimenta su experiencia de sanación de forma distinta.
La persona podrá experimentar un sentimiento profundo de paz, puede percibir colores, imágenes, sentimientos, olores y sensaciones acompañados de “Registros”.
La persona que haya recibido Sanación Reconectiva aumentará sus sentidos, vista panorámica, audición y olfato, son extremadamente intuitivos.
Ahora, es posible que haya personas que no sientan absolutamente nada, no obstante, pese a esta situación, su proceso de sanación continúa abierto a la multidimensión.
Allí, a través de mecanismos diversos de auto-sanación, se reorganiza el cuerpo y se armoniza la vida. Te cuento que todos estos beneficios puedes recibirlos inmediatamente o pasado el tiempo.
Cuando este proceso de auto-sanación esté en marcha, aquellos tratamientos médicos que poseas empezarán a operar de modo más seguro y rápido, e incluso, podría ser necesario disminuir la cantidad de tiempo al tratamiento ordenado por el profesional de la salud.
Como podéis ver, la Sanación Reconectiva también puede utilizarse como terapia cuántica preventiva, esto, debido a que el paciente sanará más rápido y enfermará menos tiempo, o menos veces.
¡Sorprendente!, ¿verdad?
En conclusión, la Sanación Reconectiva permitirá que tú y yo podamos re-conectarnos con la Plenitud del Universo y con el Ser que verdaderamente somos, utilizándose esa nueva gama de frecuencias sanadoras.
Frecuencias sanadoras que han sido materia de investigación médica, realidad que incluso ha sido demostrado en la práctica y en los laboratorios científicos.
Esta terapia cuántica actúa a nivel de ADN, es capaz de modificar, reparar, o alterar si es el caso. Esto, debido a que la energía circula por nuestros canales, repartiéndose por todo nuestro organismo.
Así, cuando se origine algún desequilibrio emocional, mental, físico o espiritual, nuestro cuerpo lo sufre y es posible que enferme si esta actitud es duradera. Se trata de un llamado de atención para que logremos una reorientación y un cambio a nuestra existencia.
"Es una locura creer que somos los únicos"
Lo dijo George Coyne, del observatorio pontificio.
Según el religioso jesuita hay que debatir la cuestión aunque esto haga "temblar un poco" la doctrina de la iglesia católica
Aunque dice que no existen pruebas científicas sobre la existencia de vida fuera de la Tierra, considera el tema un desafío
Sostiene que la ciencia no destruye la fe: la estimula
CASTEL GANDOLFO.- Los cielos se han abierto. Alrededor de las estrellas lejanas los astrónomos han descubierto numerosos planetas similares a los nuestros que quizás escondan vida. Los telescopios han llevado el ojo casi hasta el umbral de nuestros orígenes, cuando el universo comenzaba, hace 15.000 millones de años, con un poderoso Big Bang, y nos muestran los primeros tiempos de la creación.
Los científicos más aventurados hacen hipótesis, además, sobre la posibilidad de otros universos existentes en espacios paralelos y en dimensiones inconcebibles para nuestra imaginación. El cielo, en resumen, ha despertado algunas preguntas acerca de la posible y nueva relación entre el hombre y sus ideas sobre el mundo astral que lo circunda.
George Coyne, jesuita y astrónomo, eleva los ojos desde el Observatorio Vaticano, que tiene sus cúpulas en Castel Gandolfo. "Pero aquí, ahora, podemos sólo examinar los instrumentos y dar lecciones a los estudiantes -dice-. Nuestro verdadero observatorio está sobre una alta montaña de Arizona, en los Estados Unicos, donde la atmósfera es límpida y transparente."
El desafío y la evolución:
George Coyne es norteamericano. Juan Pablo I, Papa Luciani, lo llamó para dirigir el observatorio en 1978. Entre los misterios celestes ama estudiar el "canibalismo cósmico", un fenómeno violentísimo por el cual los astros más grandes se devoran a los más pequeños.
-¿Cómo ve un hombre de la Iglesia y de ciencia el nuevo universo, la creación donde quizás existan otros seres pensantes?
-El universo es la cuna de la humanidad, y en nosotros la pasión por conocer no está jamás satisfecha. Pero cuanto más conocemos, más reconocemos nuestra ignorancia. Indudablemente, no ha habido jamás una época en la que la astronomía, el conocimiento de los cielos, haya progresado tanto.
-Frente a la posibilidad de vida en otros planetas, ¿cuál es su pensamiento y la posición de la Iglesia?
-Es una posibilidad que apasiona, pero es necesario ir con cautela. Por el momento no hay evidencia científica alguna de vida. Pero estamos acumulando observaciones que indican tal posibilidad. El universo es tan grande que sería una locura creer que somos los únicos. El debate está abierto y es complejo.
-¿Qué implicaría la existencia de vida extraterrestre?
-Si fuera así, demostraría que Dios ha repetido en otro lugar lo que existe sobre la Tierra y, al mismo tiempo, quitaría a la fe el egocentrismo, el egoísmo que, podemos decir, aún la caracteriza. La posibilidad de vida extraterrestre inteligente y espiritual nos presenta muchos interrogantes. La ciencia para un creyente, de todos modos, no destruye la fe, sino que la estimula.
-¿Se debe creer también en una evolución de la fe?
-Sí. Cuando estudiaba como joven seminarista, no imaginaba que hoy estaría aquí, hablando de estos temas. En cincuenta años la humanidad llegó a este punto. Desgraciadamente la Iglesia no siempre sigue el paso, especialmente hoy.
-¿La aceleración de la ciencia quizás ha incomodado a los teólogos que no la ven como un desafío o no ven la necesidad de una evolución?
-No puedo decirlo. Encuentro un cierto ambiente ideológico en la Iglesia que parece decir: "Son sus asuntos, los de los científicos". Por lo tanto no creen que el tema deba ser estudiado y discutido. No creen en los resultados científicos y no desean en absoluto enfrentar las discusiones que podrían hacer temblar un poco las doctrinas.
-Después del pronunciamiento de Papa sobre Galileo y su rehabilitación ante los ojos de la historia católica, ¿no ha habido un cambio también por parte de los teólogos?
-Sobre esto no debo hablar, realmente. Los estudios en los seminarios no ofrecen una formación científica. El que entra en un seminario es un sacerdote que ejerce un ministerio y no un hombre del mundo actual, trabaja a medias, es un miembro incompleto
-Las observaciones astronómicas nos revelan, siempre con mayor precisión, lo que sucedió después de la creación, después del Big Bang. ¿Influye esto en la visión de la Iglesia?
-Sí, pero cuidado. Es verdad que la cosmología del Big Bang es ya un modelo científico seguro. Pero eso dice poco acerca de la creación, quizá nada, porque la creación como la entiende la Biblia no responde a la pregunta sobre el origen del universo, sino a por qué existe algo en lugar de la nada. Y ésta es una respuesta teológica y una pregunta relacionada con la fe.
-¿Y cuál es la diferencia con el campo científico?
-La ciencia, en cambio, se ocupa de descubrir de dónde viene la materia que conocemos. En otras palabras, las Sagradas Escrituras y la teología misma no hablan sobre el modo en que Dios creó el universo. Las dos preguntas aún no están en conflicto, no se enfrentan, y cuando parezca que sucede, podrán nacer malentendidos muy graves. Por esto también se equivocaba Pío XII. Cuando salió la teoría del Big Bang, impresionado por el resultado, quería pronunciar un discurso solemne para afirmar que los científicos estaban descubriendo lo que la Iglesia sabía desde el Génesis. Entonces el presidente de la Academia Pontificia le explicó cómo la hipótesis de los científicos no tenía ninguna relación con las Sagradas Escrituras y lo convenció para que no dijera nada.
-¿Habló alguna vez con Stephen Hawking?
-¿Sí. Según este científico, el universo no habría tenido un origen porque no habría existido jamás un tiempo cero. Y por ello, concluye Hawking, para el nacimiento del universo no hay necesidad de un Dios. En realidad, aun cuando su idea fuese verdad, no excluye para nada a Dios porque éste es una realidad que necesitamos en cuanto a que se dio espontáneamente a nosotros. Pero Hawking no tiene ninguna formación filosófica ni teológica. Es solamente un científico.
-¿El papa Juan Pablo II se interesa en la astronomía?
-Sí, desde el inicio de su papado, y ha venido a visitarnos al observatorio. Sobre todo, está interesado en la confrontación entre ciencia y fe. Pero más allá del caso de Galileo, cuando fue el aniversario de la publicación de los "Principia" de Newton nos preguntó qué debía hacer la Iglesia para celebrar el acontecimiento. En lugar de realizar una celebración vacua le propusimos una serie de conferencias sobre temas científicos relacionados con la fe.Estuvo muy contento con ello y el primer encuentro fue él mismo quien lo abrió.>
LA NACION
Según el religioso jesuita hay que debatir la cuestión aunque esto haga "temblar un poco" la doctrina de la iglesia católica
Aunque dice que no existen pruebas científicas sobre la existencia de vida fuera de la Tierra, considera el tema un desafío
Sostiene que la ciencia no destruye la fe: la estimula
CASTEL GANDOLFO.- Los cielos se han abierto. Alrededor de las estrellas lejanas los astrónomos han descubierto numerosos planetas similares a los nuestros que quizás escondan vida. Los telescopios han llevado el ojo casi hasta el umbral de nuestros orígenes, cuando el universo comenzaba, hace 15.000 millones de años, con un poderoso Big Bang, y nos muestran los primeros tiempos de la creación.
Los científicos más aventurados hacen hipótesis, además, sobre la posibilidad de otros universos existentes en espacios paralelos y en dimensiones inconcebibles para nuestra imaginación. El cielo, en resumen, ha despertado algunas preguntas acerca de la posible y nueva relación entre el hombre y sus ideas sobre el mundo astral que lo circunda.
George Coyne, jesuita y astrónomo, eleva los ojos desde el Observatorio Vaticano, que tiene sus cúpulas en Castel Gandolfo. "Pero aquí, ahora, podemos sólo examinar los instrumentos y dar lecciones a los estudiantes -dice-. Nuestro verdadero observatorio está sobre una alta montaña de Arizona, en los Estados Unicos, donde la atmósfera es límpida y transparente."
El desafío y la evolución:
George Coyne es norteamericano. Juan Pablo I, Papa Luciani, lo llamó para dirigir el observatorio en 1978. Entre los misterios celestes ama estudiar el "canibalismo cósmico", un fenómeno violentísimo por el cual los astros más grandes se devoran a los más pequeños.
-¿Cómo ve un hombre de la Iglesia y de ciencia el nuevo universo, la creación donde quizás existan otros seres pensantes?
-El universo es la cuna de la humanidad, y en nosotros la pasión por conocer no está jamás satisfecha. Pero cuanto más conocemos, más reconocemos nuestra ignorancia. Indudablemente, no ha habido jamás una época en la que la astronomía, el conocimiento de los cielos, haya progresado tanto.
-Frente a la posibilidad de vida en otros planetas, ¿cuál es su pensamiento y la posición de la Iglesia?
-Es una posibilidad que apasiona, pero es necesario ir con cautela. Por el momento no hay evidencia científica alguna de vida. Pero estamos acumulando observaciones que indican tal posibilidad. El universo es tan grande que sería una locura creer que somos los únicos. El debate está abierto y es complejo.
-¿Qué implicaría la existencia de vida extraterrestre?
-Si fuera así, demostraría que Dios ha repetido en otro lugar lo que existe sobre la Tierra y, al mismo tiempo, quitaría a la fe el egocentrismo, el egoísmo que, podemos decir, aún la caracteriza. La posibilidad de vida extraterrestre inteligente y espiritual nos presenta muchos interrogantes. La ciencia para un creyente, de todos modos, no destruye la fe, sino que la estimula.
-¿Se debe creer también en una evolución de la fe?
-Sí. Cuando estudiaba como joven seminarista, no imaginaba que hoy estaría aquí, hablando de estos temas. En cincuenta años la humanidad llegó a este punto. Desgraciadamente la Iglesia no siempre sigue el paso, especialmente hoy.
-¿La aceleración de la ciencia quizás ha incomodado a los teólogos que no la ven como un desafío o no ven la necesidad de una evolución?
-No puedo decirlo. Encuentro un cierto ambiente ideológico en la Iglesia que parece decir: "Son sus asuntos, los de los científicos". Por lo tanto no creen que el tema deba ser estudiado y discutido. No creen en los resultados científicos y no desean en absoluto enfrentar las discusiones que podrían hacer temblar un poco las doctrinas.
-Después del pronunciamiento de Papa sobre Galileo y su rehabilitación ante los ojos de la historia católica, ¿no ha habido un cambio también por parte de los teólogos?
-Sobre esto no debo hablar, realmente. Los estudios en los seminarios no ofrecen una formación científica. El que entra en un seminario es un sacerdote que ejerce un ministerio y no un hombre del mundo actual, trabaja a medias, es un miembro incompleto
-Las observaciones astronómicas nos revelan, siempre con mayor precisión, lo que sucedió después de la creación, después del Big Bang. ¿Influye esto en la visión de la Iglesia?
-Sí, pero cuidado. Es verdad que la cosmología del Big Bang es ya un modelo científico seguro. Pero eso dice poco acerca de la creación, quizá nada, porque la creación como la entiende la Biblia no responde a la pregunta sobre el origen del universo, sino a por qué existe algo en lugar de la nada. Y ésta es una respuesta teológica y una pregunta relacionada con la fe.
-¿Y cuál es la diferencia con el campo científico?
-La ciencia, en cambio, se ocupa de descubrir de dónde viene la materia que conocemos. En otras palabras, las Sagradas Escrituras y la teología misma no hablan sobre el modo en que Dios creó el universo. Las dos preguntas aún no están en conflicto, no se enfrentan, y cuando parezca que sucede, podrán nacer malentendidos muy graves. Por esto también se equivocaba Pío XII. Cuando salió la teoría del Big Bang, impresionado por el resultado, quería pronunciar un discurso solemne para afirmar que los científicos estaban descubriendo lo que la Iglesia sabía desde el Génesis. Entonces el presidente de la Academia Pontificia le explicó cómo la hipótesis de los científicos no tenía ninguna relación con las Sagradas Escrituras y lo convenció para que no dijera nada.
-¿Habló alguna vez con Stephen Hawking?
-¿Sí. Según este científico, el universo no habría tenido un origen porque no habría existido jamás un tiempo cero. Y por ello, concluye Hawking, para el nacimiento del universo no hay necesidad de un Dios. En realidad, aun cuando su idea fuese verdad, no excluye para nada a Dios porque éste es una realidad que necesitamos en cuanto a que se dio espontáneamente a nosotros. Pero Hawking no tiene ninguna formación filosófica ni teológica. Es solamente un científico.
-¿El papa Juan Pablo II se interesa en la astronomía?
-Sí, desde el inicio de su papado, y ha venido a visitarnos al observatorio. Sobre todo, está interesado en la confrontación entre ciencia y fe. Pero más allá del caso de Galileo, cuando fue el aniversario de la publicación de los "Principia" de Newton nos preguntó qué debía hacer la Iglesia para celebrar el acontecimiento. En lugar de realizar una celebración vacua le propusimos una serie de conferencias sobre temas científicos relacionados con la fe.Estuvo muy contento con ello y el primer encuentro fue él mismo quien lo abrió.>
LA NACION
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