lunes, 9 de abril de 2018

Top Secret: los OVNIs de la NASA (1ª entrega)

Desde que el lanzamiento del Sputnik-1, el 4 de octubre de 1957, fuese un éxito, han sido cientos los viajes que se han realizado al espacio, incluyendo trayectos con lanzaderas espaciales, operaciones de establecimiento orbital de satélites geoestacionarios, pruebas balísticas, viajes interplanetarios de sondas, misiones científicas de emisión y recepción de todo tipo de señales de radio, programas de análisis de efectos físicos y componentes químicos e incluso fascinantes seguimientos de cuerpos celestes como cometas y lunas más allá de nuestra vista. Un crisol científico en el que el hombre vuelve a comportarse como aquellos antiguos exploradores y descubridores de tierras y continentes a lo largo del siglo XV.
Ante tal variedad de actividades, hay un elemento que une a todas y cada una de las misiones realizadas por las potencias de la Tierra en el espacio: el acompañamiento, la presencia continua, sea cual sea la naturaleza e intencionalidad de cada incursión, de objetos voladores no identificados o de naturaleza desconocida, anomalías imposibles de explicar bajo un punto de vista científico y racional. Son fenómenos luminosos idénticos a los que encontramos a día de hoy en los avistamientos en fotos y vídeos que protagonizan cientos de personas en todo el mundo. Es el variado enigma de los no identificados mirando de cerca todos nuestros pasos en el espacio.

UN CATÁLOGO MUY INQUIETANTE
Y hablamos de variedad, ya que la cantidad de muestras en fotografías y vídeos que a día de hoy se han desclasificado o filtrado, reúne un abanico de avistamientos y cuerpos a cada cual más interesante. Desde objetos con una constitución aparentemente mecánica, más similares a los míticos platillos volantes de las décadas de los 60 y 70, hasta complejas estructuras bioluminiscentes capaces de fusionarse entre sí y aparecer y desaparecer a voluntad, en una especie de operación de teletransporte cuántico a años luz de la tecnología manejada por las potencias del mundo. Ahora me ves, ahora no me ves.
Algunos de esos cuerpos han sido observados desde diferentes perspectivas, en distintas fechas y misiones. Otros presentan una curiosa interfase prácticamente orgánica que deja incógnitas sobre una posible naturaleza biológica de parte del fenómeno. Aunque también se han constatado avistamientos que sugieren una especial querencia por operaciones de transferencia de materia y energía entre varios objetos, tal y como ocurre históricamente en los avistamientos de OVNIs junto a volcanes y centrales eléctricas, como denotando cierto interés por el magnetismo.

Con esta última característica relativa a la energía comenzamos nuestro recorrido por lo más increíble que se ha visto allende el cielo, porque si hay un caso espectacular en el mundo de los «OVNIs a las puertas de la Tierra» es el ocurrido el día 25 de febrero de 1996, durante el famoso Tether incident.
Aquel día, a 300 km de altura, la lanzadera espacial Columbia estaba realizando maniobras y acciones en el espacio sobre la vertical de Malí, país situado en el noroeste de África. Y de entre ellas llamaba la atención un experimento llamado Tethered Satellite System (TSS-1R), en el que se colocaba en órbita un generador de electricidad de forma alargada que aprovecharía el campo magnético de la tierra para abastecer de energía a las futuras misiones. El experimento fracasó, ya que el generador de gran longitud se partió en el transcurso de las maniobras de colocación en órbita. Pero, para sorpresa del operador de cámara de la NASA, en ese mismo momento, comenzaron a aparecer decenas de objetos voladores no identificados en torno al generador roto. Una vez más, los OVNIs volvían a interesarse por la electricidad, ya que el material semiconductor del TSS-1R estaba interactuando con la ionosfera generando electricidad. Aquella interacción energética pudo captar la atención de la inteligencia que supuestamente habita tras el fenómeno de los no identificados.
Las imágenes en el espectro del infrarrojo muestran dos tipos de objetos, unos más pequeños, similares a los orbes circulares vistos en miles de vídeos alrededor del mundo en la actualidad (habiéndose descartado la presencia de lámparas chinas y meteoritos a esa altura), y otros más grandes, con forma de circulo semitransparente con un agujero en el medio y una especie de muesca en el borde del radio exterior, exactamente igual al que se ve en otro avistamiento de la misión STS-80, y también observado en un avistamiento OVNI cerca del estadio Greenpoint, en Sudáfrica, tras el mundial de 2010.

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