Los residentes de estar formaciones tendrían que trasladarse a vivir a otros lugares más elevados porque el aumento del nivel del mar va a ocasionar que queden sumergidas.
Un nuevo estudio publicado en la revista especializada Science Advances tiene malas noticias para los residentes de atolones bajos: si las actuales tasas de emisión de gases de efecto invernadero continúan, el cambio climático ocasionará que la mayoría de estas islas tipo atolón sean inhabitables para mediados de siglo y no para fines de siglo como previamente creído.
Esto podría convertir a más de medio millón de personas que viven en los atolones en refugiados climáticos, según informó The Guardian este miércoles. La diferencia dramática entre estos y los hallazgos anteriores se debe a que los estudios previos solo analizaron el aumento del nivel del mar y no medían los efectos directos sobre los atolones.
El estudio, realizado por el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), Deltares, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y la Universidad de Hawaii en Mānoa, también analizó el impacto de las inundaciones debido al incremento en la intensidad de los oleajes, especialmente cuando las olas incrementadas por tormentas inundan las islas. Los científicos descubrieron que este tipo de inundaciones representaría una seria amenaza para el suministro de agua potable de las islas, que podría dejar de ser potable para entre 2030 y 2050.
rodeados de agua pero con sed
Un atolón es una isla formada por corales, arena y alguna pequeña sección de tierra fértil que puede tener palmeras y alguna que otra planta comestible. Por lo general tiene forma de anillo más o menos circular, o también puede estar estructurado como el conjunto de varias islas pequeñas que forman parte de un arrecife de coral, con una laguna interior que se comunica con el mar.
“El punto de inflexión se dará cuando el agua potable subterránea en la mayoría de las islas atolón no esté disponible, algo que se prevé que llegue a pasar a más tardar a mediados del siglo XXI”, dijo el autor principal y geólogo del USGS, Curt Storlazzi, en un comunicado de prensa.
Las inundaciones excesivas, consecuencia del aumento del mar por el derretimiento de los polos, también afectarán la infraestructura y los hábitats de la vida silvestre, pero el peligro que representa para el agua potable es especialmente grave: tanto los humanos como los animales se quedarán sin agua y, si no se hace algo por ellos -como un traslado a otro lugar- podrían morir de sed.
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