Desde el punto de vista del saber, desde que surgió con fuerza la ciencia experimental, ha existido una gran dicotomía entre saberes prácticos y teóricos, es decir, entre ciencias y letras. La diferencia fundamental entre las ciencias del espíritu y las ciencias de la naturaleza es que el objeto de estudio es distinto y, por tanto, el método utilizado para la investigación también es diferente.
Las ciencias de la naturaleza estudian los fenómenos observables y medibles que pueden responder a leyes universales. Sin embargo, las ciencias del espíritu son aquellas que permiten a un ser humano conocerse mejor a sí mismo al estudiar aquello que le hace único.
El valor de la conciencia es un claro ejemplo de cómo la realidad no puede ser interpretada constantemente en términos matemáticos.
Estudio de la vida
Dilthey es uno de los pensadores que más profundizó en las ciencias del espíritu como una proyección de la vida misma. Dilthey es uno de los filósofos más importantes de la historia. Nació en el 19 de noviembre de 1833 en Alemania. Desde su punto de vista, la vida es una manifestación de la propia filosofía. En cierto modo y salvando las diferencias, las ciencias del espíritu están en relación con el valor de la psicología actualmente que accede a la interioridad del sujeto para comprender su esencia.
A suvez, afirma que la comprensión de la existencia humana no puede simplificarse a la enumeración de unas representaciones intelectuales. Desde este punto de vista, Dilthey como defensor de las ciencias del espíritu, se opone claramente al inteletualismo de Kant en su Crítica de la Razón Pura.
La separación de las ciencias de la naturaleza y del espíritu no implica establecer una mayor importancia de una sobre la otra sino aplicar el método adecuado a cada campo de estudio sin desvirtuar su esencia. Las ciencias del espíritu son las ciencias humanas a través de las que este filósofo quiere fundamentar el análisis del transcurso histórico y la entidad de la sociedad.
Búsqueda de la felicidad
Dilthey quiere reivindicar el valor de esta forma de conocimiento frente a la cada vez más poderosa ciencia experimental. El pensamiento de Dilthey tiene gran actualidad en nuestro tiempo si tenemos en cuenta cómo la máquina y la tecnología ha ido desplazando al hombre de su propio centro vital.
En la “Introducción a las Ciencias del Espíritu” Dilthey manifestó la necesidad de diferenciar el estudio de las llamadas ciencias del espíritu en contraposición de las ciencias naturales, esto a partir de la exposición de las diferencias que se presentan al abordar el método de estudio en ambas.
En éste contexto es menester el desarrollo de métodos de estudió característicos para cada una de estas dos grandes áreas del conocimiento, además de la de sensibilizar a sus contemporáneos sobre la importancia del estudio de ambas áreas, en una época en la que el estudio de lo humano se ha colocado en un segundo plano, dando preponderancia al estudio de lo físico y natural, subordinando el desarrollo social a esto.
El autor nos muestra entre otras, la diferencia de los objetos de estudio, al señalar por ejemplo que mientras las ciencias del espíritu se ocupan de objetos que se encuentran presentes en la mente, las ciencias naturales, en cambio, trabaja con objetos cuya percepción se ubica mas bien en los sentidos. De esta manera fija los límites de dichos estudios, al mencionar que es imposible derivar hechos espirituales del orden mecánico de la naturaleza, debido esto a la diversidad de la procedencia de estos, derivando de esto un género de incomparabilidad fundado entre las relaciones de los hechos espirituales y la uniformidad de los hechos materiales.
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