Qué enigmática conexión existe entre una montaña volcánica en el norte de California, el fenómeno OVNI y la inquietante historia de un presunto continente desaparecido en el océano Pacífico?
La observación de extrañas luces que recuerdan sospechosamente las "entidades lumínicas" del Uritorco en Argentina ; la impactante formación de nubes lenticulares sobre la cima de la montaña, y que invita a pensar en un posible origen sobrenatural; el reporte de los lugareños de hombres con túnicas blancas caminando en la nieve, además de las insistentes historias que corren por todo el Pueblo y Dios sabe desde cuándo asegurando que en las entrañas del Monte Shasta existe una civilización subterránea, sobrevivientes de MU y Atlántida, son tan sólo algunos destellos de la imponente luz que parece surgir de entre las nieblas del misterio que rodean la antigua montaña.
Alzándose a 14. 162 pies de altitud, mostrando siempre una sábana de nieve cubriendo sus delineadas cumbres, Monte Shasta parece ser el guardián de un antiguo paraje volcánico que actualmente se encuentra en calma.
Alrededor de cinco a seis horas toma el viaje en automóvil desde San José hasta el pintoresco pueblo de Shasta. Ya desde el camino que parte de Redding (a dos horas de la montaña) se puede percibir una energía especial que parece cargar de magia todo el bosque.
La Gran Montaña Blanca, posible traducción de "IEKA", nombre con el cual los antiguos habitantes identificaban aquella mole que emitía y aún lo hace extraños sonidos, como música, al mismo tiempo que fulgurantes luces se desplazaban erráticamente como llamando la atención, es uno de los puntos más poderosos de contacto en EE.UU. y, sin llegar a exageración, del mundo entero.
La constante observación de OVNIs ha despertado el interés a tal punto que no faltan aseveraciones con ciertos argumentos de una base espacial extraterrestre oculta en la montaña. No obstante, el mayor enigma de Shasta se halla en sus orígenes, en un mundo perdido...
Las leyendas Hopi nos hablan de Kasskara (MU), su lugar de origen que pereció ante un cataclismo, y que grupos humanos fueron "trasladados" en "escudos volantes" y "pájaros de fuego" por dioses cósmicos llamados Katchinas. Este dato no es sorprendente teniendo en cuenta que los indios Hopi actualmente afincados en Arizona consideran a Monte Shasta como un lugar poderoso y sagrado.
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