miércoles, 6 de enero de 2016

LA GUERRA ES PARA FAVORECER A WALL STREET


Un alto jefe militar de Estados Unidos, el mayor general Smedley Butler, quien sirvió en la Marina por más de 33 años, refiere en una carta escrita en 1933 que todas las guerras norteamericanas fueron de usurpación y latrocinio. Este documento no tiene obviamente mucha discusión en el país del norte, pero su actualidad es dramáticamente esclarecedora. Transcribimos un extracto:
“La guerra es un latrocinio. Sólo un pequeño grupo interno sabe de qué se trata y se conduce para el beneficio de esos pocos con el costo de las masas.
El problema con Estados Unidos es qué cuando un dólar sólo gana un 6 por ciento aquí, se inquieta y se va al extranjero para ganar ciento por ciento. Entonces la bandera sigue al dólar y los soldados siguen a la bandera. Yo no regresaría de nuevo a la guerra como lo he hecho antes para proteger a una despreciable inversión de banqueros.
“Hay sólo dos cosas por las cuales deberíamos luchar. La defensa de nuestros hogares y la Carta de Derechos. La guerra por cualquier otra razón es sólo un latrocinio.
“No hay truco en la bolsa del latrocinio a la cual los militares son ciegos. Tiene a sus hombres del dedo para señalar a nuestros enemigos, a sus “hombres de músculo” para destruir al enemigo, a sus “hombres de cerebro” para planear los preparativos de guerra “gran jefe”, el capitalismo supernacionalista.
“Podría parecer raro que yo, un militar estadounidense, adopte tal comparación. La verdad me lo obliga. Dediqué 33 años y cuatro meses al servicio militar activo como miembro de la fuerza militar más ágil de este país. Los marine corps. Serví en rangos comisionados desde segundo teniente a mayor general. Y durante ese periodo dediqué la mayoría de mi tiempo a ser un 9 “hombre de músculo” de alta categoría para el gran empresariado, para Wall Street y para los banqueros.
En suma, fui un estafador, un ganster para el capitalismo. Sospechaba que era sólo una parte del latrocinio en ese tiempo. Ahora estoy seguro de ello.
“En 1913 ayudé a hacer seguro a México, especialmente Tampico, para los intereses petroleros estadounidenses. Ayudé a hacer de Haití y Cuba un lugar decente en donde los chicos del National City Bank pudieran recaudar ingresos. Ayudé al saqueo de media docena de repúblicas centroamericanas para beneficio de Wall Street.
“La historia del latrocinio es larga. Ayudé a purificar a Nicaragua para la casa banquera internacional de Brothers en 1909-12. Traje la luz a República Dominicana para los intereses azucareros estadounidenses en 1916. En China ayudé a asegurar que la Estándar Oil pudiera avanzar sin ser molestada.
“Durante esos años tenía, como decían los cuates en el cuarto vecino, un latrocinio padre. Viendo hacia atrás, creo que le podría haber ofrecido algunas indicaciones a Al Capone. Lo más que él logró fue operar su latrocinio en tres distritos. Yo operé en tres continentes”. JMT (Fuente: periódico “El excelcior”)

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