jueves, 16 de octubre de 2014

SOBRE EL NUEVO TESTAMENTO Y LA IGLESIA

**El Evangelio de Marcos, según los expertos, es el más antiguo de los que disponemos. Marcos lo escribió sin haber conocido nunca a Jesús y - supuestamente - de acuerdo con lo que el apóstol Pedro le contó, ya que cuando crucificaron al Maestro, Marcos tenía sólo 12 años, y vivió siempre en Jerusalén. Lucas, que nunca vio a Jesús, era un cronista, para su evangelio recopila datos, supuestamente entrevistando a los que conocieron al Maestro, y teniendo también una fuerte referencia en el evangelio de Marcos. Mateo, que sí fue apóstol, redactó sin embargo su texto - inexplicablemente - basándose en el de Marcos (¿?), como lo afirman los historiadores. En cuanto a Juan - Juan el Anciano para ser precisos - fue un griego que fundió textos hebreos y esenios, así como los relatos de un sacerdote amigo de Jesús, para confeccionar su obra ya en el siglo II d.C. Es decir que aproximadamente el 79% del Nuevo Testamento procede de hombres que jamás conocieron a Jesús.
**Pocos creyentes saben que los dogmas de la Iglesia Católica, de los cuales muchos fueron heredados por las Iglesias Cristianas protestantes y sus derivadas, no están basados en la Biblia, sino en la Tradición. Es decir, en lo que en un momento determinado de la historia algún dirigente católico creyó, pensó o decidió que debíamos creer. Por lo tanto se afirma que la revelación se encuentra tanto en las Sagradas Escrituras como en la Tradición, cuando en realidad ésta última prevalece por encima del Texto sagrado.
**En esta actitud residen buena parte de las certezas de la fe de los creyentes. Las cuales nunca fueron instauradas, ni siquiera comentadas por Jesús, sino muchos siglos después por sus seguidores.
**Remontándonos al Concilio de Nicea (325 d.C.), vemos que fue cuando los primeros cristianos decidieron acotar las verdades de la fe. Aquel concilio determinó qué evangelios eran creíbles y cuáles no, y sirvió al emperador Constantino para desterrar a los defensores del arrianismo, una herejía que trataba de evitar la confusión entre Dios Padre y Dios Hijo que había calado hondo ya en todo Occidente. Fue en aquel concilio donde se decretó la certeza que Jesús fue consustancial al Padre. Todo se resolvió "democráticamente" entre los reunidos, pues a la hora de firmar las resoluciones, Constantino advirtió a los clérigos que aquellos que se negasen serían desterrados y perseguidos. La mayoría, claro está, firmó.
**Pero no es éste el único "detalle", que no se encuentra contenido en el Nuevo Testamento y que se defiende como verdad. Por ejemplo claramente se ve que Jesús no fundó, en ningún momento de los textos evangélicos, ninguna Iglesia. Es más, según los evangelistas él abomina siempre de ellas.
**Cuando Mateo (Mt. 16, 18) pone en boca de Jesús "Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia", utiliza una palabra semítica, ekklesía, que significa tanto ahí como a lo largo de todo el Antiguo Testamento, la asamblea del pueblo judío ante Dios. **Es más, de su celo por hacer cumplir la ley hebrea, se deduce claramente que su intención no fue nunca la de provocar un cisma o emprender una acción ajena al judaísmo. Entre otras cosas, por Jesús cree -y así lo afirma a lo largo de los Evangelios- que la llegada del reino de Dios, del final de los tiempos, es inminente. Incluso afirma que "no pasará esta generación antes de que todo esto suceda" (Mt. 24, 34). Desde esa óptica, qué sentido tendría que Jesús fundara ningún movimiento organizado? Es más, Jesús proscribe toda forma de sacerdocio profesional, lo que también está en los Evangelios, en Hebreos (Heb. 5,9-10 y 7,21-25) queda bien claro que Jesús vino a abolir el sacerdocio levítico, dedicado al servicio del templo. Él trae consigo un mensaje igualitario que asegura que sacerdote es cualquier miembro del pueblo de Israel. Pero eso fue ignorado por los "padres de la Iglesia" hasta que, entre finales del siglo II e inicios del III, las jerarquías eclesiásticas estaban ya bien asentadas.

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