sábado, 18 de diciembre de 2010
Sobre el ego...
¿Por qué nos cuesta tanto amar? - pregunto Pedrito.
Porque todos tenemos dentro de nosotros una barrera que impide o frena nuestros mejores sentimientos. - dijo Ami.
¿Cuál es esa barrera?
El ego. Una falsa idea acerca de nosotros mismos, un yo falso. Mientras mayor es el ego, más nos aísla e insensibiliza, y nos hace sentir mas importantes que los demás. El ego nos hace creer que estamos autorizados para menos preciar, dañar, dominar y utilizar a los demás; para disponer de sus vidas inclusive. Como el ego es una barrera al amor, nos impide sentir compasión, ternura, cariño, afecto... amor. El ego nos vuelve inconscientes ante la vida....
El ego fue concebido como una protección para las criaturas que tienen que vivir en ambientes de muy poca evolución, en mundos en donde la ley es “sálvese quien pueda”. En esos lugares, el ego ayuda a sobrevivir, pero cuando un planeta está en condiciones de ingresar a otra etapa de evolución, como la Tierra, entonces el ego excesivo ya no tiene justificación y se transforma en un obstáculo para la evolución de la persona y de todo su mundo.
Ego-ísta: Que se interesa por sí mismo y no por los demás.
Egó-latra: No adora a nadie mas que a sí mismo.
Ego-céntrico: Piensa que el universo gira alrededor de su persona.
La evolución humana consiste en la disminución del ego, para que crezcan el amor y la sabiduría”.
Extracto de “Ami, el niño de las estrellas” de Enrique Barrios.
La Respiración: Energía Vital
El aliento es la vida. Podemos vivir días enteros sin alimento o sin agua, pero si nos privan de respirar, la muerte sobreviene en pocos minutos. En vista de ello, es pasmosa la poca atención que prestamos, en la vida normal, a la importancia que tiene respirar correctamente. Una adecuada respiración cumple dos funciones principales: aportar más oxigeno a la sangre, y por consiguiente al cerebro, y controlar el prana o energía vital, con lo que se llegará a controlar la mente. El pranayama -la ciencia del control de la respiración- consiste en una suerte de ejercicios pensados especialmente para satisfacer unas necesidades y mantener el cuerpo en un estado de vibrante salud.
Hay tres tipos básicos de respiración: clavicular (superficial), intercostal (media) y abdominal (profunda). La respiración yóguica completa combina las tres, comenzando con una inhalación profunda que se continúa después en la intercostal y finalmente en la clavicular.
La mayoría de las personas se han olvidado de la correcta manera de respirar, hacen una respiración superficial, por la boca, y hacen poco o ningún uso del diafragma, ya sea porque levantan los hombros o porque contraen el abdomen cuando inhalan. De esta manera sólo se incorpora una pequeña cantidad de oxigeno, y no se usa más que por la parte superior de los pulmones, lo que da por resultado una carencia de vitalidad y una resistencia diminuida a las enfermedades.
La práctica del yoga exige de sus adeptos que inviertan estos hábitos. Respirar correctamente significa por la nariz, manteniendo la boca cerrada, y pone en juego una inhalación y una exhalación completa, que hacen trabajar a los pulmones en su totalidad. Cuando se exhala, el abdomen se contrae y el diafragma se sube, masajeando el corazón; al inhalar, el abdomen se expande y el diafragma desciende, y masajea los órganos abdominales.
Así como en una asana -posturas de yoga- hay tres etapas, también en el pranayama se distinguen tres partes en cada respiración: inhalación, retención y exhalación. Con frecuencia, la gente cree que la inhalación es la etapa más esencial del proceso, pero, de hecho, la clave de este se encuentra en la exhalación, puesto que cuanto más rancio se exhale, más aire fresco se podrá inhalar. Los ejercicios de respiración yóguica ponen el acento especialmente en la prolongación de la retención y de la exhalación; en algunos ejercicios, incluso, la duración de la exhalación duplica el tiempo de la inhalación, en tanto que la retención lo cuadruplica.
Cuando se inhala por la nariz, el aire se calienta y se filtra en el proceso, pero, desde el punto de vista del yoga, la más importante de las razones para la respiración nasal es el prana, así como es necesario inhalar por la nariz para recibir los aromas del aire, también se debe inspirar por la nariz para llevar al máximo la cantidad de prana que se absorbe, pues en la parte del fondo de la nariz están los órganos olfatorios a través de los cuales pasa el prana para alcanzar el sistema nervioso central y el cerebro.
Los ejercicios de respiración yóguica enseñan a controlar el prana y, por ende, a controlar la mente, dado que entre ambos hay interdependencia. Cuando uno está enfadado o asustado, la respiración es superficial, rápida e irregular; por el contrario, cuando está uno relajado o sumido en sus pensamientos, la respiración se vuelve lenta, puedes comprobarlo muy fácilmente tu mismo. Escucha durante un momento el ruido o sonido más quedo que haya en la habitación, y te darás cuenta de que, al concentrarte, inconscientemente hiciste más lenta la respiración, o incluso la contuviste.
Como el estado de ánimo se refleja en la forma en que respiramos, de ello se sigue que al controlar el aliento podemos aprender a controlar nuestra mente, nuestros estados anímicos. Al regular la respiración, pues, no estamos solamente intensificando la toma de oxigeno y de prana, sino también preparándonos para la práctica de la concentración y la meditación.
El punto central de todas las prácticas psico-físicas (yoga), es el movimiento del prana, la fuerza vital o energía vital. El prana se encuentra en la materia, pero no es la materia. Está en el aire, pero no es oxigeno. Es una forma sutil de energía que, trasportada por el aire, el agua, los alimentos y la luz solar, anima todas las fuerzas materiales. Mediante la práctica de las asanas y del pranayama, se absorbe mayor cantidad de prana y se lo almacena en el cuerpo, con lo que se logra gran vitalidad y energía. Además del cuerpo físico, los yoguis consideran que el posee otros dos cuerpos que lo rodean: el cuerpo astral y el cuerpo causal. El prana es el vínculo vital entre el cuerpo astral y el cuerpo físico, existe a la vez como energía positiva y como energía negativa, y en este caso se lo conoce como “apana”. El prana como tal es un impulso aferente, cuya naturaleza consiste en moverse hacia arriba; el apana es eferente, y se mueve hacia abajo.
Hipócrates escribía cuatro siglos antes de nuestra era, que el aire era el “primero de los alimentos y la primera medicina”; no andaba muy equivocado.
Aporte de Wilson Sosa (Profesor de Yoga).
domingo, 12 de diciembre de 2010
Sabías que...
*Los druídas eran los sacerdotes Celtas y ejercían funciones políticas y judiciales, además de religiosas. Se reunían en los bosques bajo las encinas. Tenían conocimientos de astronomía, meteorología y astrología. Creían en la inmortalidad del alma y en la metempsicosis (doctrina filosófica que afirma que el alma transmigra después de la muerte del cuerpo a otro cuerpo).
*El N° 4 de la estrella Rahma simboliza la presencia de los guías extraterrestres provenientes de Morlen (satélite de Júpiter). También es la Tierra, los 4 puntos cardinales y los 4 elementos.
*La cromoterapia (manejo de los colores como elemento curativo, antidepresivo, estimulante, regenerativo y armónico) ya era empleada en el antiguo Egipto y fue venerada por las antiguas civilizaciones de China e India.
*La clave 22 representa el haber llegado a recibir mucho y el estar descuidando su aplicación. Cuando esta clave activadora se repite, es una llamada de atención por cuanto se está dejando de hacer lo que se debería. Por ello el alerta frente a la omisión.
*Aunque los Sabios de la Gran Hermandad Blanca Intraterrestre pueden "conectarse" mentalmente con nosotros, inspirándonos sentimientos de paz, amor y armonía, el método de contacto más usado por ellos es a través de los sueños.
Ciudades sagradas del Mundo: Jerusalén: La ciudad de la Paz
Iniciamos una nueva sección que esperemos guste a nuestros lectores y en la cual viajaremos con la imaginación a ciudades “marcadas” por la historia de la Humanidad. En ellas murieron o impartieron doctrina grandes Maestros y creadores de religiones. Seducen exteriormente por su gran belleza, pero también son para el verdadero peregrino, una auténtica aventura interior.
Jerusalén es sin duda la más santa de todas las ciudades santas del Mundo, pues tras las murallas de la ciudad vieja, construida hace 4 siglos por Solimán el Magnifico, se alzan tres importantes santuarios de las tres grandes religiones monoteístas: el Muro de los Lamentos, la Iglesia del Santo Sepulcro y la Cúpula de la Roca.
El Judaísmo, el Cristianismo y el Islam se dan cita en ésta antigua ciudad, testimonio de su herencia común. La ciudad de Jerusalén se halla a unos 64km. del Mediterráneo, en medio de las colinas de Judea y muy cerca de la frontera de Israel con Jordania.
Jerusalén Este encierra en su interior otra pequeña urbe: la ciudad vieja, con apenas 2km. cuadrados, encierra las piedras más reverenciadas. El Muro de los Lamentos (Judaísmo) es el resto del último templo del Rey Herodes, cuya reconstrucción anunciará la venida del Mesías en el final de los tiempos, es el lugar más venerado por los judíos. Más de 1 millón de ellos lo visitan en peregrinación cada año; los hombres en la parte izquierda y las mujeres a la derecha, una separación que obedece a que algunos fanáticos interpretaron en el Talmud que “para elegir amigo hay que subir un peldaño, para elegir esposa hay que bajarlo”.
En el caso de los cristianos el valor atribuido a Jerusalén radica, esencialmente, en ser el lugar donde murió Jesús. Consecuentemente, el punto más sagrado de la ciudad es la Iglesia del Santo Sepulcro donde presuntamente falleció Jesús.
Finalmente para los musulmanes, Jerusalén es después de La Meca y Medina, una de sus más importantes ciudades sagradas, pues en ella se encuentran la tumba de Moisés y las Mezquitas de Al Aqsa y Omar. Respecto a ésta última, la tradición sostiene que desde la roca que alberga en su interior Mahoma inició su viaje al séptimo cielo montado en una yegua alada con cara y pecho de mujer. En dicha roca, judíos y cristianos sitúan el Armagedón (la lucha final antes del advenimiento del Mesías). Para algunos Jerusalén sigue siendo la ciudad de Dios y otros se preguntan si su voz podría ser oída entre las disputas de las diversas facciones. (Extracto de “Atlas de lo extraordinario y lo misterioso”).
Mensajes de los Hermanos Mayores:
“El camino hacía la luz divina es una ascensión lenta pero segura, donde el Ser sabrá comprender que éste era el camino verdadero que había perdido y que hoy, con la intervención de Jesús, encuentra el sendero de la verdad”. Los Guías.
“Manténganse fuertes en todo momento, pues se acercan tiempos difíciles, la luz brilla con intensidad e ilumina ya a todos aquellos que sienten la llamada en su corazón, eliminen toda negatividad de sus mentes, pues el maligno aprovecha los estados de baja vibración para hacerles perder la valiosa energía que necesitaran para emprender una nueva etapa de arduo trabajo. Nada debe fallar en estos momentos cruciales, controlen sus egos y practiquen la humildad, pues el devenir de los acontecimientos está por confirmar cuanto se les dijo: ¡Todos deben ser uno!
Con Amor, Sampiac (13-5-99).
“Orienten la misión al cumplimiento de objetivos; mantengan la conexión para poderles decir donde, cuando y con quienes nos veremos. Únanse y manténganse unidos a la distancia, que el apoyo se manifieste en el intercambio continuo y constante. Que ese sea vuestro compromiso: el mantener a todos informados y procurar aclararse y ver claras las cosas haciéndolas claras”. Con Amor, Sampiac (16-05-03).
Los guerreros de la Luz:
“El guerrero de la luz siempre procura mejorar. Cada golpe de su espada trae consigo siglos de sabiduría y meditación. Cada golpe necesita tener la fuerza y la habilidad de todos los guerreros del pasado, que aún hoy continúan bendiciendo la lucha. Cada movimiento en combate honra los movimientos que las generaciones anteriores procuraron trasmitir a través de la tradición. El guerrero de la luz desarrolla la belleza de sus golpes”.
Del “Manual del guerrero de la luz” de Paulo Coelho.
Los Laberintos: Símbolos del Alma
Todos los pueblos, a pesar de sus diferencias, han recurrido al símbolo del Laberinto, pues éste apela a experiencias comunes y posee un significado subconsciente al que no están ajenos razas ni culturas. Esto ha quedado demostrado por el empleo del mismo símbolo básico en múltiples formas a lo largo de los siglos: ritos de fertilidad, ritos funerarios, complemento religioso, trazado de jardinería y diseño decorativo.
El Laberinto es un símbolo de gran fuerza en todo el Mundo, y el origen de la fascinación humana por él se ha perdido en la noche de los tiempos. Los primeros conocidos se encuentran en la cuenca del Mediterráneo, sobre todo en Europa. La palabra “laberinto” de origen griego, alude al mito del Minotauro (mitad hombre mitad toro) y Dédalo (hoy el arqueólogo -Arthur John Evans- afirman que esa leyenda se explicaría por el Palacio de Cnosos, que con sus tres pisos y cientos de habitaciones era un verdadero laberinto, donde además vivía el Rey Minos).
Los laberintos más antiguos se hallaron en la península Ibérica (Pontevedra) y datan del período del 900 AC al 500 AC y los de Val Calmónica (Italia) entre el 750 AC y el 550 AC. También se ha encontrado el símbolo del Laberinto en tejas, vasijas, tablillas, monedas, etc. e incluso en diseños de mosaicos. Con el tiempo se han diseminado por todo el Planeta (India, África y América).
Para muchos estudiosos del tema, el Laberinto representa un juego o un acertijo; dado que los laberintos parecen tener más de 5.000 años de antigüedad, descubrir las formas y significado no es tarea fácil.
Pero está claro que el símbolo del laberinto guardaba estrecha relación con la muerte, como lo atestiguan los hallados en la Tumba de Perabsen y Luzzanas en Cerdeña y en algunas tumbas egipcias.
Es posible que los laberintos fueran mapas del más allá, pero de igual forma podrían haber simbolizado la Reencarnación, pues En la lejana Isla de Malekula (Nuevas Hébridas), hubo un laberinto trazado en la arena, llamado “el camino”. El espíritu de todo hombre difunto tenía que recorrer este camino a la tierra de los muertos, y en él encontrar al espíritu guardián; cuando un alma se aproximaba, su protectora borraba parte del camino, obligando al espíritu a recomponer el itinerario para continuar su viaje y renacer a una nueva vida.
El escritor, escultor y pintor Michael Ayrton (1921-1975) que dedicó varios años a reconstruir el Laberinto de Creta en las montañas Catskill (Estado de Nueva York) nos dice: “toda vida humana es un laberinto, en cuyo centro está la muerte e incluso después de la muerte es posible que haya que atravesar un nuevo y definitivo laberinto antes de que todo haya terminado”.
También los laberintos sirvieron para realizar rituales de fertilidad, en Finlandia y Suecia existen varios laberintos de piedra, relacionados con el retorno de la fertilidad en Primavera, allí los jóvenes debían ingresar con el fin de rescatar a una joven muchacha aprisionada en el centro (danzas de la virgen).
En algunas épocas y lugares los laberintos eran talismanes de buena suerte. Los cristianos adoptaron el laberinto transformándolo en el difícil camino a la salvación y recorrerlos ayuda a los peregrinos a meditar sobre los ideales cristianos. Aparecen en Iglesias y Catedrales góticas, como por ejemplo el que está en la Parroquia de San Quintín en Francia, mide 10.5 metros de diámetro y los peregrinos debían atravesarlo antes de pasar a la nave central.
Una inscripción en latín grabada en un laberinto hallado en la Catedral de Lucca (Italia) dice: “Este es el laberinto que construyó Dédalo, del que nadie logró salir una vez que hubo entrado, a excepción de Teseo. Y tampoco él lo hubiera conseguido de no haber contado con el hilo que Ariadna le entregó por Amor”.
(Extractado del “Atlas de lo extraordinario y misterioso”).
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