miércoles, 11 de agosto de 2010

Viajes en el Tiempo: Mitos y verdades sobre una antiguo sueño



Viajar en el tiempo ha sido desde siempre un sueño humano en apariencia imposible. Sin embargo, hoy los científicos afirman que ese anhelo logrará convertirse en realidad, en cuanto los avances tecnológicos lo permitan.
Los seres humanos creemos que el tiempo avanza de forma lineal, como si se tratase de un vagón de tren que recorre distintas estaciones, rumbo a un lejano destino final. Suponemos que es imposible regresar al ayer o explorar el mañana, ya que nosotros cotidianamente no podemos realizar tal proeza a voluntad.
Pero, desde un punto de vista esotérico, el tiempo y el espacio son infinitos, eternos e indivisibles. Por lo tanto, no tiene ningún sentido dividirlo en presente, pasado y futuro, aunque exista la necesidad humana de clasificar la realidad para llegar a comprenderla.
Muchos místicos, videntes y psíquicos afirman que son capaces de viajar en el tiempo. Y a su vez, la ciencia desde una posición teórica muy distinta, considera que esto es posible, aunque para lograrlo sea preciso disponer de una tecnología más avanzada.
Ciertas escuelas de pensamiento sostienen que todos los sucesos transcurren todo el tiempo, sólo que en diferentes dimensiones. Los seres humanos conocemos un espacio de tres dimensiones y por eso solamente logramos percibir un tiempo lineal. En el campo teórico, aunque aún no se ha podido demostrar en la práctica, los científicos no dudan que es posible adelantarse en el tiempo o retroceder al pasado.
A partir de la teoría de la relatividad, enunciada por Albert Einstein, los físicos comprendieron que si fuera posible viajar a una velocidad igual a la de la luz, sería factible adelantarse en el tiempo. Para graficar esta idea, pensemos que si un astronauta pudiera viajar a una velocidad cercana a la de la luz, el tiempo transcurriría más lentamente en su reloj que en el reloj de su colega que está en la Tierra.
Lo cierto es que hasta el momento, el hombre aún no tiene medios técnicos para aproximarse a la velocidad de la luz y por ese motivo esta teoría no se puede comprobar en la práctica. Hasta el momento, la nave espacial más rápida que existe, es diez mil veces más lenta que la luz.
Siguiendo la lógica de esta teoría, si el hombre pudiera desplazarse aún más rápido que la luz, sería posible volver al pasado. Pero esta posibilidad, es aún mucho más compleja e impracticable con los medios técnicos disponibles en la actualidad. Fundamentalmente, la limitación reside en que si un objeto se acerca a esa velocidad, su masa aumenta rápidamente, de manera que cada vez necesitaría una cantidad mayor de energía para acelerarse.
Además, si un objeto lograra vencer la velocidad de la luz, vulneraría el principio de causalidad, que enuncia que las causas deben preceder a los efectos; y esto, desde el punto de vista físico, es inconcebible.

El paseo astral
En términos parapsicológicos se conoce como bilocación el fenómeno por el cual una persona puede estar en dos lugares distintos al mismo tiempo. En realidad, lo que se desplaza es el cuerpo astral de esa persona, no el cuerpo físico.
Un caso típico de bilocación involuntaria, es el de una madre que, estando su hijo de vacaciones lejos del hogar, lo veía sin embargo pasar durante las noches caminando por su habitación. Al poco tiempo, se enteró que el joven había estado enfermo y había deseado, muy fervientemente, regresar junto a su madre. En esta situación particular la bilocación fue involuntaria, pero hay quienes pueden producir este desdoblamiento a conciencia y voluntad.
Los guerreros vikingos conocían perfectamente el fenómeno de la bilocación, y la denominaban “Vardogr”; actualmente este término también se utiliza en la parapsicología. En el seno de aquella sociedad el desdoblamiento era utilizado como medio para adelantarse al futuro; las familias de los guerreros que se encontraban navegando podían enterarse del próximo regreso de sus seres queridos.

Las paradojas temporales
Un viaje por el tiempo implica un trayecto de ida y vuelta, un recorrido que debe permitir al viajante temporal volver al aquí y ahora, al punto de partida.
Desde un punto de vista lógico, existe un problema de sentido común que nos plantea que el concepto de viajar en el tiempo, puede encerrar contradicciones insuperables, que se pueden ejemplificar con la paradoja del abuelo que rompe el principio de causalidad: un hombre viaja al pasado, en dónde de encuentra con su propio abuelo, cuando éste aún no ha tenido un hijo, (que será el futuro padre del viajero). Si el nieto matara a su abuelo, éste no podrá tener un hijo; el viajero se quedará sin padre, por lo que no podría haber nacido. Pero si no ha nacido, tampoco habrá podido desplazarse en el tiempo, ni matar a su abuelo. Es la historia sin fin.
Sin embargo, en la literatura de ciencia ficción, se encontró una salida ingeniosa a esta paradoja. La idea consiste en que los viajeros pueden trasladarse al futuro de su universo, sin complicaciones, porque en realidad viajan a un universo paralelo, y cada uno de ellos posee su propio curso temporal. En uno de ellos, el viajero podría matar a su abuelo porque él proviene de otra dimensión, en la que éste no ha muerto. O sea que para modificar el pasado es necesario hacerlo desde otra dimensión temporal.
Una interpretación de la teoría de la mecánica cuántica, concebida en 1957 por Hugh Everette, es conocida también como la teoría de los mundos múltiples. Esta descripción formula que el universo se ramifica cada microsegundo en un sinfín de mundos paralelos, cada uno de los cuales es una de las posibles combinaciones de “microacontecimientos” que pudieran ocurrir en ese instante. De aquí surge una infinidad de universos que representan cada posible combinación, de posibles acontecimientos. Semejante visión resolvería el conflicto de las paradojas.

Extracto de Revista “Predicciones”.

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