miércoles, 4 de agosto de 2010

Un poco de Historia: Teotihuacán: Ciudad de los dioses



La leyenda cuenta que Teotihuacán fu e construida por “dioses gigantes llegados del cielo” y es conocida también como “ciudad de los Dioses”.
Los rastros arqueológicos permiten pensar que el inicio de su construcción data del 200 antes de Cristo y logró prolongar su hegemonía hasta el 750 después de Cristo. Su población, en los mejores momentos, debió alcanzar los 100.000 habitantes distribuidos en torno a unos 20 kilómetros cuadrados.
Hay dos lugares en Teotihuacán que merecen una atención particular: la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna. Se trata de las pirámides más grandes de Ibero América. Debió ser un lugar de culto y, sin duda, algo más que eso. Es fácil imaginar a grandes concentraciones humanas deambulando procesionalmente por la Vía de los Muertos, situada entre ambas pirámides convencidos de que aquellas moles gigantescas no podían ser construidas por seres humanos.
Es casi seguro que la Pirámide del Sol fue la primera construcción de Teotihuacán y se aprovechó su orientación para construir el resto de la ciudad. El eje de la pirámide coincide con el tránsito del sol por su cenit. No solo la forma piramidal remite a Egipto, sino que las dimensiones de la pirámide del Sol son extremadamente similares a la pirámide de Keops: si ésta tiene 226 metros de longitud en la base, la del Sol tiene 222 y, mientras que la altura de la Pirámide del Sol alcanza los 75 metros, la de Keops es justo el doble. Al igual que la pirámides faraónicas, también la Pirámide del Sol tiene galerías interiores y corredores que parecen tener que ver con las posiciones del astro al que está consagrada.
La Pirámide se levantó sobre una cueva natural y su uso debió ser fundamentalmente religioso y astronómico; frente a ella se encuentra la Pirámide de la Luna, de 42 metros de altura con cuatro niveles; fue construida sobre una plataforma más elevada con lo que, a pesar de ser más pequeña, coincide en altura con la Pirámide del Sol. También en esta segunda pirámide se han encontrado pozos subterráneos que se encuentran en estos momentos en fase de apertura y exploración. La Calzada de los Muertos situada entre ambas pirámides cuenta con cuatro kilómetros de longitud y fue uno de los dos ejes principales para la construcción de la ciudad. El volumen total de la pirámide del sol está calculado en torno a los 380.000 metros cúbicos de piedra.
El palacio de Quetzalpapalotl, situado al sur de la Plaza de la Luna, carece del carácter religioso del resto del conjunto y está ornamentado con el animal mitológico asociado al dios, el Quetzal-mariposa. Por su parte, el palacio de los Jaguares está ornamentado con estos animales y dedicado al Dios Tlaloc.
En su época de máximo esplendor (alrededor del año 500 d.C.), Teotihuacán era la ciudad más grande de Mesoamérica y una de las seis más grandes del mundo. Su poder político se extendía a cientos de kilómetros de distancia y alcanzaba a los países en los que actualmente está fragmentada Centroamérica.
Mil años a.C. se inició la civilización olmeca cuando estos pueblos se establecieron en Veracruz y Tabasco en México. Se ignora el origen de estos pueblos, pero lo más sorprendente es que, si observamos los rastros dejados y, en especial, algunas esculturas, se perciben rasgos negroides. Una vez más fallan los conocimientos facilitados por la arqueología ortodoxa. Los pueblos negroides habitaron África y, al menos que se sepa, no tuvieron ni grandes navegantes, ni grandes pilotos, ni siquiera naves de envergadura capaces de cruzar el Atlántico. Por otra parte, el subdesarrollo endémico de la mayor parte de África en tiempos remotos, contrasta con el esplendor de la civilización olmeca y su lejanía de las fuentes originarias del continente negro. Se ha comparado el esplendor olmeca al del mejor período egipcio. Pero, sea como fuere, la pieza no encaja en la evolución del mundo antiguo.
Teotihuacán fue parte del Imperio Olmeca. Cinco siglos antes de la legada de los aztecas al valle de México ya existía Teotihuacán y su colosal civilización.
Teotihuacán fue construida en la edad de Piedra, antes de que se inventara ninguna herramienta metálica. Se ignoraba la rueda y los animales de tiro y, aún así, los olmecas fueron capaces de construir una ciudad difícilmente igualable en monumentalidad en nuestros días. ¿Cómo fue posible que se levantara una metrópolis así sin ninguno de estos recursos y que se organizara a los 10.000 hombres requeridos para la obra durante 20 años? ¿Por qué en sus dibujos abundan animales mitológicos, especialmente dragones? ¿Y por qué en los frescos de sus muros hay animales marinos, cuando la ciudad está a 500 Km. de la costa más cercana? Y un buen día Teotihuacán murió. ¿Qué sucedió con sus habitantes? Se ignora. Se ha atribuido el fin de la ciudad a una epidemia o un incendio. ¿Qué fue de los olmecas? Tal como llegaron a la historia, con sus elevados conocimientos, desaparecieron sin dejar huellas... ¿Fueron barridos los olmecas por los toltecas? ¿Qué pasó tras la destrucción de Teotihuacán? No hay respuestas...

Extracto de Revista “Fenómeno OVNI”.

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