A finales de los años 70 aparecieron en Australia los primeros Crop Circles o Círculos de los Campos de Cosecha. Eran huellas circulares sobre las espigas de trigo, en donde el patrón común era que las plantas aparecían como acostadas no aplastadas, en espiral hacia el centro de la figura. Los tallos de las mismas estaban intactos y con una mayor vitalidad que las plantas fuera de las figuras.
A comienzos de los 80 estos círculos empezaron a aparecer sobre los fértiles campos del sur de Inglaterra, en Wiltshire, Hamshire, y Salsbury, entre otros lugares y siempre muy cerca de los monumentos megalíticos más famosos como son Stonehenge, Avebury, y Sillbury Hill; y también muy cerca de figuras prehistóricas en el paisaje, en donde se observan gigantescos diseños de personas y caballos cubiertos de piedra caliza, en un ángulo de inclinación para ser visibles desde el cielo como en el caso de las famosas Líneas de Nazca. Estos círculos ya eran conocidos en la edad Media cuando aparecían en épocas de cosecha, y se les llamaba “Círculos de las Hadas”, por cuanto aparecían inexplicablemente de un momento a otro acompañados de un extraño zumbido en el ambiente. Se advertía a la gente del peligro que suponía para alguien adentrarse en esos círculos mágicos, por cuanto podrían desaparecer y quedar prisionero en el mundo de los Gnomos, Hadas y Elfos.
Si bien al comienzo eran círculos de unos tres a ocho metros de diámetro, poco a poco los círculos dieron paso a figuras cada vez más complejas, bellas y enigmáticas, apareciendo éstas de un día a otro, o súbitamente con una simetría perfecta. Se han lanzado un sin fin de explicaciones, como aquella de que podrían ser fenómenos naturales producto del geomagnetismo terrestre ó fenómenos climatológicos. Esto explicaría algunos círculos, pero ¿qué pasa con triángulos, cuadrados o formas más complejas? Y no hay posibilidad que se les confunda con un fraude perpetrado por bromistas, por cuanto en los casos reales la vegetación aparece afectada por una extraña radiación, sufriendo los granos de las espigas dentro de las figuras alteraciones inexplicables, como por ejemplo cambios en los cristales de los granos.
En cuanto a las figuras aparecen éstas siempre en campos de cereales como trigo, cebada y avena. Pero el fenómeno evoluciona, sufriendo con el paso del tiempo modificaciones en los diseños, que pasaron de meros círculos a círculos dentro de círculos, a círculos conectados con ejes, cruces celtas, hasta complejísimas y muy elaborados pictogramas tridimensionales. Decíamos que muchos asemejan órbitas planetarias, algunos de los cuales se han relacionado con la órbitas de cometas como el Hale Bop o las órbitas de las lunas de Júpiter, lo cual podría estarnos advirtiendo de peligros o señalándonos su procedencia.
Uno de los más importantes investigadores de los diseños, y quien descubriera su condición de mensaje trascendente fue el ingeniero británico Collin Andrews. Pero también han investigado en profundidad la figuras Omar Fowler, Pat Delgado y Michael Hesemann.
Las figuras se han ido multiplicando no sólo por toda Europa sino también por Asia y ahora América. Empezaron con tres figuras al mes, y hoy llegan a producirse cientos al mes, y con tamaños que alcanzan hasta los 240 m de diámetro. En algunos casos se ha logrado observar y hasta filmar el momento mismo en que aparecen extrañas esferas luminosas o metálicas (caneplas), revoloteando por la zona, y revisando las figuras o formándolas con energía magnética, por cuanto en fracciones de segundo la figura aparece impresa en el paisaje. Todo esto acompañado de un fuerte ruido en el ambiente.
En 1996 en la localidad de Oliver Castle, un grupo de investigadores que están permanentemente escudriñando el paisaje, lograron videograbar un grupos de extrañas esferas luminosas que hacían movimientos circulares y espirales, revoloteando sobre los campos de trigo, y en fracciones de segundo aparece impresa la figura en forma como de átomo y de gran tamaño. Estas esferas aparecieron de improviso como si procedieran de otra dimensión, mientras en el ambiente se escuchaba un ruido como metálico, probablemente la nave que estaba en el lugar pero invisible al ojo humano.
En el año 2000 entre los diseños que se manifestaron apareció una figura colosal a escasos ciento cincuenta metros del radiotelescopio de Chilbolton. Este gigantesca antena forma parte del Proyecto Ozma-Seti de búsqueda de vida extraterrestre, y se encuentra ubicado en la localidad de Hampshire. Allí, en las narices mismas de los científicos y militares apareció un diseño compuesto de círculos concéntricos y otros laterales que los cortan tangencialmente que estaría simbolizando la teoría de la física cuántica de los “Agujeros de Gusano”, una suerte de canales interdimensionales por los que teóricamente se viajaría a través del tiempo del espacio plegando el universo. No había lugar a duda de que no era un fraude por cuanto su sola confección habría demandado el esfuerzo de muchas personas durante varios días, lo cual no hubiese podido ser ocultado por la cercanía a las instalaciones científicas.
Al año siguiente en los primeros días del mes de Agosto, apareció en la colina de Milk Hill el diseño más grande hasta ahora y que congrega la mayor cantidad de círculos. Una figura de 240 metros diámetro y 409 círculos en una espiral galáctica que nos recuerda la imagen de una nebulosa espiral en la armonía de las esferas. Posteriormente, el 17 de Agosto apareció nuevamente en las inmediaciones del radiotelescopio de Chilbolton dos figuras inéditas. Una de un rostro gigantesco y tridimensional, y la otra de una figura codificada rectangular. El rostro solo era visible desde el cielo y a gran altura, siendo lo más curioso su semejanza con el Rostro de Sidonia, un aparente rostro esculpido en una montaña descubierto por la Sonda Vikingo en 1976 en la zona marciana de Sidonia.
La
otra figura era la respuesta a un mensaje enviado desde la Tierra el
16 de Noviembre de 1974. Ese año, Frank Drake del proyecto Ozma,
utilizando el gran radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico, envió
un mensaje en ondas de radio en código binario hacia la M13 La Gran
Nebulosa de Hércules, a tan solo 24,000 años luz de distancia. Y
sabiendo que las ondas de radio viajan a la velocidad de la luz, de
casi 300,000 km/sg., un mensaje de este tipo se demorará 24,000 años
en ir e igual tiempo en volver si es que alguien se apura en
contestar, por lo que la respuesta llegaría a nuestro mundo dentro
de 48,000 años. ¿Y quién estará para ese tiempo? Si realmente
hubiese voluntad de contactar con civilizaciones extraterrestres cuyo
único mérito hubiese sido empezar antes que nosotros, por qué no
buscar otras formas de conectarnos. Las distancias son enormes en el
espacio, y querer comunicarse con señales de radio es como que hoy
por hoy, en la época del celular, la internet o el Fax estando
apurados busquemos comunicarnos con señales de humo. No tendría
sentido. Tiene que haber otra forma y de hecho la hay. Tiene que
haber una manera que nos permita enviar un mensaje y que este llegue
antes de haber sido enviado. ¿Es esto posible? ¡Claro que sí! Solo
que entramos en el delicado y extraño terreno de la parasicología o
percepción extrasensorial. (Sixto Paz Wells).