miércoles, 12 de mayo de 2021

Cuidar de la naturaleza es un acto tan espiritual como meditar

 






La búsqueda del desarrollo espiritual es algo muy loable en el ser humano, pero podemos caer fácilmente en las trampas del ego.

Nuestra mente binaria clasifica tajantemente todo opuestos, es así que nos convencemos de que hay actividades o cosas que pertenecen al mundo espiritual y otras, son más mundanas.

Pero los grandes maestros espirituales han destacado que la verdadera espiritualidad está en cómo abordamos cotidianamente las tareas mundanas.

El sabio Shantideva declaró, en su afamado libro El camino del Bodhisattva, que toda la felicidad y el gozo son consecuencia de celebrar a otros seres sintientes y contribuir a su bienestar, mientras que los problemas, las tragedias y los desastres son consecuencia de actitudes que en lugar de servir a otros, sirven únicamente al propio ser, de tal forma que en realidad servir a otros seres es tan espiritual, o más, que meditar, realizar rituales o cantar alabanzas. 

Entender estas enseñanzas en estas épocas donde todo lo rige el tiempo, el dinero y el ser humano es el centro del todo, puede resultar difícil. El individualismo y el mercantilismo han desgarrado el tejido social debilitando a las comunidades, y la explotación de los animales y de los ecosistemas ha sido y continúa siendo devastadora, tanto que, a menos que decidamos cerrar los ojos e ignorar la información y las señales, no podemos más que aceptar que las consecuencias de la devastación medioambiental nos están alcanzando.

Shantideva explicó que el propio ser y los otros seres tienen el mismo deseo innato de ser felices y trascender el sufrimiento. Por lo tanto, si lo vemos desde una perspectiva espiritual, ir en pos de nuestros intereses personales a expensas de otros no tiene sentido. 

Reconocer el derecho que cada ser tiene de liberarse del sufrimiento puede cambiar como miramos el mundo y es una de las partes medulares del desarrollo espiritual, ya que nos permite percatarnos de cómo si otros están felices y satisfechos, nosotros también nos regocijamos.

En cambio, si los otros están sufriendo, nosotros también sufrimos. En otras palabras, podemos así comprender cómo los intereses y el bienestar de los demás están intrínsecamente relacionados con nuestros intereses y nuestro bienestar. En palabras del XV Dalái Lama:

El mundo se vuelve más y más pequeño y más y más interdependiente. Hoy más que nunca, la vida debe estar caracterizada por un sentimiento de responsabilidad universal, no sólo entre las naciones y los humanos, sino también de parte de los humanos a otras formas de vida. 

Meditar definitivamente es muy bueno, pero servir a los demás y respetar el derecho de otros seres a ser felices y liberarse del sufrimiento, también. Reconoce la chispa sagrada de la vida en cada planta, árbol, montaña, animal, insecto y forma de la naturaleza. Busca formas de contribuir al bienestar de otros seres y agradéceles por contribuir a tu desarrollo espiritual. 

Ecoportal.

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