«El tiempo es llegado, el tiempo es ahora», hemos escuchado esta frase muchas veces en estos últimos años de misionar; pero la hemos entendido, le damos el valor que debe tener o simplemente la escuchamos, la escribimos, pero no la « actuamos», no la vivimos , no la integramos a nuestras vidas. Ya no hay tiempo para dudar, para dar reversa o aquietar el paso, el tiempo es ahora y nuestro cambio personal también.
Y en este momento de nuestra evolución escuchemos a nuestros Hermanos Mayores : «“Amen el cambio y háganse uno con él, así su vida será luz y esperanza para todos. Modifiquen posturas y actitudes, renovándose en todo, desde lo más mínimo y doméstico de sus actitudes, hasta lo más profundo y arraigado de su ser. Sólo así pasarán la gran prueba purificadora de fuego que se acerca a pasos agigantados” (Sampiac)
Que el ejemplo del Maestro Jesús nos de la fuerza y la voluntad y el temple de espíritu para estar a la altura de las circunstancias, no sólo por nosotros, sino por la Humanidad.
Hnos. del Boletín
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