Miembros ilustres de la Iglesia católica, algunos
muertos en olor de santidad y canonizados posteriormente, han dejado
testimonios a favor de la habitabilidad de otros planetas y la
existencia de vida inteligente extraterrestre. A sus voces se ha
unido en los últimos años la de monseñor Corrado Balducci, experto
demonólogo y prelado del Vaticano cuyos argumentos no dejan
indiferente a nadie.“ET y sus hermanos no son una invención de la
mente humana ni una conjetura, y probablemente están más
evolucionados que nosotros.” Con declaraciones de este tipo, más
propias de un ufólogo que de un sacerdote católico, el padre
Corrado Balducci sigue la estela de otros muchos miembros de la
Iglesia católica que se han pronunciado anteriormente a favor de la
existencia de vida extraterrestre.
Balducci, conocido por sus
libros sobre demonología y exorcismos, ha sido hasta su reciente
jubilación Padre de la Congregación para la Evangelización del
Pueblo –organismo que antes se conocía como Santa Inquisición–
y es un teólogo muy respetado en Roma, amigo personal del papa
Benedicto XVI.
Lo sorprendente es que desde hace unos años es
frecuente su participación en congresos y programas mediáticos
sobre ufología. Y en los últimos meses toda la prensa se ha hecho
eco de la entrevista que ha concedido para completar un libro del
ufólogo Whitley Strieber, Confirmation, que trata sobre abducciones.
En ella Balducci reitera que “dado el gran número de testimonios,
la existencia de los extraterrestres no puede seguir negándose (...)
Algunas de las historias pueden deberse a un desequilibrio mental
(...) o a la confusión con algún tipo de Objeto Volador No
Identificado pero terrestre (...) En todo caso, con ello se
eliminaría el número de testimonios veraces, pero nunca la duda. En
realidad, una posición de escepticismo integral ante la numerosa
cantidad de casos es injustificada; es más, a priori parece
contraria a la prudencia elemental sugerida por el sentido
común”.
MÁS ESPIRITUALES Y EVOLUCIONADOS
Los
argumentos de Balducci, que posee una mente analítica y acostumbrada
a hablar racionalmente de lo invisible, se apoyan en tres pilares y
demuestran que la existencia de alienígenas no es incompatible con
las enseñanzas de la Iglesia católica ni con el contenido de la
Biblia o del Nuevo Testamento, sino todo lo contrario. El primer
bastión es una antigua frase del poeta latino Lucrecio Caro
(98-55a.C.): “Natura non facit saltus” (“La Naturaleza no da
saltos”). Curiosamente, Lucrecio es conocido por su De Rerum
Natura, obra en la que expone su concepción evolucionista y
antiteológica sobre la creación del Universo, los cuerpos y las
almas. Pero su frase da pie a Balducci a argumentar que entre los
hombres –cuyo espíritu está subordinado a la materia– y los
ángeles –que son todo espíritu– es verosímil que existan otros
seres con más espíritu y menos materia y cuerpo que nosotros, y que
estos seres podrían tener una ciencia, una capacidad natural o una
conciencia superiores a las nuestras.
Los otros pilares son el
Antiguo y el Nuevo Testamento. Según Balducci, existen varias frases
en ambos de las que se desprende la posibilidad de que exista vida
extraterrestre. Así, en el salmo 95-11 del Antiguo Testamento se
dice “Alégrense los cielos y salte de gozo la tierra”, una
invocación que podría hacer referencia a la vida alienígena. Y
otro verso que parece hablar expresamente de ello es el 1 del salmo
23: “Del Señor es la Tierra y todo cuanto contiene, el Universo y
sus habitantes”. ¿Por qué el autor, tras haber citado a la
Tierra, recuerda también el Universo y sus habitantes? ¿Acaso no
puede tomarse esto como una alusión a la presencia de seres vivos en
otros lugares del Cosmos?
Por otra parte, Balducci hace notar
que, según expertos exégetas como el padre Arístide Serra, en la
palabra “Universo” –que se repite 66 veces en la Biblia– está
implícita la presencia de otros mundos habitados. En cuanto al Nuevo
Testamento, en el Evangelio de San Juan (10-16) se dice: “También
tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo
traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño y un pastor”. Una
alegoría que deja asimismo una puerta abierta a las especulaciones
sobre seres distintos a los humanos.
REDENCIÓN DE LOS
ALIENÍGENAS
Tras advertir que la interpretación de estas
frases bíblicas podría extender el mensaje de la creación allende
las fronteras terrestres sin que ello pusiera en duda la veracidad
del texto sagrado, la existencia de alienígenas inteligentes aún
plantea otras dudas razonables para cualquier cristiano, como la
finalidad de la redención de Cristo. ¿Es su sacrificio aplicable
también a otros habitantes del Universo? Para Balducci está claro
que sí. En su carta a los colosenses, cuando habla de la
reconciliación por medio de la muerte de Cristo, San Pablo dice de
Jesús que es el centro de la creación: “Por él fueron creadas
todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles (...) Todo fue creado por medio de él
y para él (...) Y por él quiso Dios reconciliar todas las cosas
(...) restableciendo la paz entre el cielo y la tierra por medio de
la sangre que derramó en la cruz” (1, 16-20). Unas afirmaciones de
las que Balducci deduce que “Cristo, como Verbo Encarnado, ejerce
su influjo sobre todos los planetas habitados”.
Por último,
monseñor Balducci recuerda que el último domingo del año litúrgico
está dedicado a la Fiesta de Cristo Rey del Universo, y que esta
universalidad de su reino, subrayada durante la santa misa de este
domingo, puede muy bien ser extensible a otros planetas
habitados.
EVANGELIZACIÓN DE LOS EXTRATERRESTRES
Las
declaraciones de Balducci dan lugar a todo tipo de conjeturas. En
primer lugar, porque sabemos que ningún alto prelado de la Iglesia
católica realiza afirmaciones públicas –especialmente sobre
cuestiones tan espinosas– si no es con el visto bueno de sus
superiores jerárquicos. De lo contrario suele haber un desmentido
posterior inmediato o el prelado suele recibir la orden de callarse.
Dos reacciones que no se han producido en este caso. Así que cabe
preguntarse si el empeño de Balducci en convencernos de la
existencia de vida extraterrestre inteligente tiene su origen en
alguna estratagema de la Iglesia cuyos fines se nos escapan. En este
sentido, hay quien relaciona estas declaraciones con la próxima
“desclasificación” del Tercer Secreto de Fátima (MÁS ALLÁ,
136), nunca revelado oficialmente. Siempre se ha dicho que la Iglesia
no ha desvelado su contenido por prudencia. Y las hipótesis apuntan
a que bien podría anunciar una III Guerra Mundial o una crisis
doctrinal de la Iglesia tan fuerte como las que provocaron las
escisiones de la Iglesia ortodoxa y de la protestante. Pero ahora,
tras las reiteradas declaraciones realizadas por Balducci en los
últimos años, empieza a sospecharse que el tercer misterio podría
recoger información sobre vida alienígena o la orden de evangelizar
otros planetas. Quizá por ello Balducci ha manifestado que su
primera pregunta a un extraterrestre sería cuál es su concepto de
Dios.
Aunque en todas las entrevistas el prelado se ha
apresurado a aclarar que la suya es una investigación personal en la
que el Vaticano no tiene nada que ver, también es cierto que algunas
de sus declaraciones dejan entrever que en la citada institución
existe un comité que estudia los presuntos encuentros con
extraterrestres con rigor y seriedad.
En todo caso, no deja de
ser curioso que 400 años después de la quema de Giordano Bruno en
la hoguera por afirmar que los planetas giran alrededor del Sol se
produzca un giro en el seno de la Iglesia, y esta vez de 180 grados,
para reconocer que la Tierra no tiene por qué ser el único de los
mundos habitados posibles. Aunque, como apunta Balducci, ya otros
antes que él así lo sugirieron.
( Rev.Mas alla)
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