“… El hombre que mantiene su ser siempre en calma e imperturbable a pesar de las tormentas de la existencia (sin que ni una hoja, como si dijéramos, se agite en el árbol; ni un rizo sobre la superficie del estanque luminoso), ese hombre, en opinión del sabio iletrado, tiene la actitud y la conducta ideales en la vida.
Si le preguntas qué es el silencio te contestará: “¡Es el Gran Misterio! ¡El silencio sagrado es su voz!”. Si le preguntas cuáles son los frutos del silencio te dirá: “El dominio de sí mismo, el auténtico valor o resistencia, la paciencia, la dignidad y la reverencia. El silencio es la piedra angular del carácter…”. Charles Eastman, Ohiyesa – Dakota Sioux Santee, 1902.
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