lunes, 4 de noviembre de 2019

Sí hay universos paralelos…

Un equipo de la Universidad de Griffith, Australia, ha presentado “una teoría radicalmente nueva que plantea la existencia de, e interacciones entre, universos paralelos”. El journal Physical Review X, publica las conclusiones del equipo, en el que participa también la Universidad de California. Los universos paralelos salen de la ficción científica y adquieren bases en la ciencia dura, la más exacta y precisa: la física cuántica. Hay un universo idéntico a éste, salvo en que allá escribimos uniberso, otro donde esta nota habla de cometas en torno a una estrella, o no hay esta sección, o no hay este diario, o usted no está leyendo porque no nació; o España logró un acuerdo con sus colonias y somos la primera potencia mundial desde Málaga hasta Santiago de Chile y Luzón, en Filipinas... En la eyaculación promedio de un hombre sano hay unos 500 millones de espermatozoides. Cada uno, si alcanza un óvulo, da origen a una persona distinta: 500 millones de hermanos de los que nace uno. Con el número de óvulos disponibles cada día tenemos la población no nacida.

Calculemos los descendientes de cada par de no nacidos. Así en sucesivas iteraciones, corte 1= 499,999; corte 2= las combinaciones posibles entre 499,999 multiplicadas por 500 millones; corte 3... etc. Nada más en la población humana. Los caminos de la evolución resultan igualmente “jardines de senderos que se bifurcan”. El planeta Tierra pudo no formarse... No es ficción científica como La guerra de las galaxias, se deriva de llevar los principios comprobados de la física cuántica a sus últimas consecuencias. Y ya tenemos algunas: la paradoja EPR no fue paradoja sino ley de la naturaleza: dos partículas A1, A2, creadas de forma simultánea, se comportan como una sola. Si observo que A1 tiene una variable q puedo afirmar que A2, así esté al otro lado de la galaxia, al instante asumirá la variable no-q. En eso se basa la teleportación... que ya se hace en laboratorios. A diferencia de aquella película La mosca de cabeza blanca, en que un científico se teletransporta en su laboratorio desde una cabina a otra convirtiendo su cuerpo en un chorro de partículas (y se le mete una mosca a la cabina de envío), la teleportación no usa el espacio: no es, diría Einstein, local. Si eso marea, imagine un mundo en el que Hitler obtuvo primero la bomba atómica, César no cruzó el Rubicón o murió de niño o no nació.

El cosmólogo Max Tegmark ha creado una taxonomía que exige separaciones para las que no hay palabras. “Enormes” no dice nada. La noticia es que los multi universos no están separados, son paralelos al nuestro. “El equipo propone que los universos paralelos realmente existen...” Así entramos en el reino pantanoso de la filosofía: ¿Qué significa “realmente existen”? En la aquí multicitada conferencia a dos voces sobre el tiempo y el espacio, con los solistas Stephen Hawking y Roger Penrose, dos gigantes de la cuántica, éste pregunta a Hawking si las ecuaciones derivadas de temas como el principio de incertidumbre, que resultan en las predicciones más exactas alguna vez hechas por ciencia alguna, expresan la realidad. A lo que Hawking responde con un frío: I don’t know what’s that... Las ecuaciones son precisas y ocurre lo que predicen. Si eso es medida de algo externo llamado “la realidad” no lo sé.

Estamos en el terreno de Kant, Hegel y otros grandes que se han hecho esa pregunta: veo un árbol cuya imagen mi aparato visual transmite al cerebro, pero no “el árbol en sí”. “El culpable de esa extravagancia es Kant”, dijo uno de los jovencísimos fundadores de la cuántica, Erwin Schrödinger. El equipo de Griffith y California prefiere, y hace bien, ignorar el tema: los universos paralelos realmente existen y no están lejos, interactúan entre sí. “Esto significa que más que evolucionar de forma independiente, los mundos vecinos se influyen uno al otro por una sutil fuerza de repulsión. Y eso explicaría todo lo que tiene de contraintuitivo la cuántica”.
milenio.com

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