miércoles, 24 de enero de 2018

EL PRINCIPIO DE POLARIDAD

“TODO ES DOBLE; TODO TIENE DOS POLOS; TODO SU PAR DE
OPUESTOS; LOS SEMEJANTES Y LOS ANTAGÓNICOS SON LO
MISMO, LOS OPUESTOS SON IDÉNTICOS EN NATURALEZA, PERO
DIFERENTES EN GRADOS; LOS EXTREMOS SE TOCAN; TODAS LAS
VERDADES SON SEMI-VERDADES; TODAS LAS PARADOJAS PUEDEN
RECONCILIARSE”.

Todo posee su contra parte: frío – calor, blanco – negro, positivo – negativo, etc. Es
decir, vienen y se manifiestan en pareja; son dos aspectos, dos polos; el frío y el
calor se diferencian en grados únicamente, pero son de la misma naturaleza, son
vibraciones con una variedad grande en grados tanto para arriba como para abajo.
Sin embargo, en ambos extremos existe de alguna manera calor y frío; todo es
relativo no absoluto; se unen en algún momento. Lo mismo ocurre con el sur-norte,
este-oeste, se confunden en un instante; la claridad y la oscuridad. ¿Dónde empiezan
y dónde terminan? Lo duro y lo blando, el uno termina donde empieza el otro... El
amor y el odio son opuestos totalmente, pero manifestaciones de un mismo estado
mental vibratorio. No existe el amor absoluto ni el odio absoluto, pero si sentimos
más amor y menos odio si nos elevamos espiritualmente o lo contrario, sentiremos
mas odio si descendemos. La valentía y el miedo también son un par de opuestos
que no escapan a este principio, en uno existe el otro... mira que interesante es
reflexionar sobre esto. Tú puedes cambiar un estado mental en otro (¿transmutar?)
siempre que sean de la misma clase. Por ejemplo: el odio en amor; el miedo en
valor; la enfermedad en salud; dependerá de tu estado de conciencia. O lo opuesto:
el amor en odio; el valor en miedo; la salud en enfermedad. Siempre ese cambio
será posible de realización entre cosas de la misma clase, pero de grado vibratorio
diferente. Otro ejemplo nos aclarará más: No puedes convertir al cobarde en norte
o sur, pero si en valiente; al perezoso en activo; esto es importante porque podemos
lograr los cambios mentales que deseamos en nuestros enemigos, amigos, hijos, etc.
Es decir, positivizarlos para bien de todos: el amor es positivo, el odio es negativo;
la verdad es positiva, la mentira es negativa; lo superior es positivo, lo inferior es
negativo; la dignidad es positiva, el orgullo y la vanidad son negativos.
Hay que aprovechar de este principio para ayudar a los demás, polarizando
situaciones; elevando las vibraciones a voluntad puedes transformar un ambiente
desagradable en agradable, cambiar con tu sola presencia, con tu mirada, con una
sonrisa, con tu alegría, tus palabras pueden ayudar al desesperado llenándolo de
esperanza. Esto es transmutar. Todo esto puedes lograr, pero primero tendrás que
aprender a cambiar tu propia polaridad para luego poder ayudar a cambiar la ajena.

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