jueves, 9 de febrero de 2012

Las profecías de los Indios Hopi: Primera entrega



No basta con que el hombre sea feliz en su carne, sino que debe ser feliz en su espíritu. Porque sin felicidad y fuerza espiritual la vida es engañosa. Sin buscar las cosas del espíritu, la vida se vive a medias y está vacía. Por vida espiritual no quiero decir el apartarse una hora de un día para estar en adoración, sino buscar las cosas del espíritu cada hora de cada día. Les pregunto: ¿Qué hizo esta gente para encontrar iluminación y fuerza espiritual? ¿Sólo se dedicaron a una vida que tenía poco mas que trabajar? Se les dio la oportunidad cada día de sus vidas -tal como a Uds. les será dada la elección de buscar la fuerza del espíritu o resignarse a una vida de trabajo sin significado. El resultado es siempre el mismo: sepulcros olvidados y sueños olvidados, de olvidadas gentes. No es importante lo que alguien recuerde, sino alcanzar a Dios y sostener una posición positiva del Espíritu Que Mueve Todas Las Cosas, trayendo la conciencia del hombre mas cerca del Creador.
No basta con buscar las cosas del espíritu a un nivel personal. Es egoísta hacerlo así, y quienes buscan lo espiritual sólo para si mismos no están buscando cambiar al espíritu que se mueve a través de los corazones de los hombres. Ellos están escapando, eludiendo su responsabilidad, y usando su conocimiento para su propia glorificación. Un hombre espiritual debe trabajar por un principio, por una causa, por una búsqueda mucho mayor que la glorificación de si mismo, para cambiar el espíritu que dirige a los hombres hacia su destrucción.
Intentar vivir una vida espiritual en la sociedad moderna es el camino mas difícil que se puede recorrer. Es un camino de dolor, aislamiento y pruebas de fe. Pero es el único camino que puede hacer nuestra Visión una realidad. La verdadera búsqueda en la vida, es vivir la Sabiduría de la Tierra dentro de los confines del hombre. No hay iglesia ni templo que necesitemos para encontrar la paz, porque nuestros templos están en la naturaleza. No hay líderes espirituales, porque nuestros corazones y el Creador son nuestros únicos líderes. Nuestro número es reducido, porque pocos hablan nuestro lenguaje o comprenden las cosas que vivimos. Así, recorrimos solos nuestros caminos, porque cada Visión, cada búsqueda, es única para cada individuo. Pero debemos caminar en la sociedad, o nuestra Visión morirá. Porque un hombre que no vive su Visión, está viviendo su muerte.
La Tierra está muriendo. La destrucción del hombre está cerca, tan cerca, que todos debemos trabajar para cambiar el camino de destrucción. Debemos pagar por los pecados de nuestros abuelos y abuelas, porque por mucho tiempo hemos sido una sociedad que mata a sus nietos para alimentar a nuestros hijos. No puede haber descanso, ni podemos renunciar. Demasiados han renunciado en el pasado . es fácil vivir una vida espiritual lejos del hombre, pero la realidad de la Visión sólo puede ser vivida cuando se participa en la sociedad.
He tenido la Visión de la destrucción del hombre. Pero al hombre le serán dados cuatro signos de advertencia, dos de ellos para darle la oportunidad de cambiar, y dos de ellos para dar a los Hijos de la Tierra la oportunidad de escapar de la ira del Creador. Los signos serán obvios para ti y para quienes han aprendido a escuchar al Espíritu de la Tierra. Pero aquellos quienes viven en la carne y sólo para la carne, no habrá conocimiento ni comprensión. Cuando estos signos, advertencias y profecías se hagan manifiestos, entenderás la urgencia de lo que digo. Entonces entenderás porqué uno no debe trabajar sólo por su fuerza espiritual, sino para dar acceso a la fuerza espiritual al hombre moderno.

El Primer Signo

Siguiendo al Gran Espíritu Guerrero, entré en un mundo desconocido. Estaba en un mundo seco, con poca vegetación. A la distancia vi un poblado, construido con carpas y telas, en lugar de los materiales normalmente usados por el hombre. Cuando nos acercamos, el olor de la muerte me afectó y me sentí enfermo. Escuché el llanto de niños, las quejas de los mayores, y sonidos de dolor y desesperación. Pilas de cuerpos se amontonan al costado de trincheras, esperando ser sepultados, con sus rostros contorsionados y deformados por la muerte de inanición. Los cuerpos eran mas esqueletos que carne, y los niños, adultos y mayores tenían el mismo aspecto, con su piel originalmente morena ahora de un color gris ceniza. Cuando entré en el poblado, el horror de las muertes por hambre me golpeó mas fuerte. Los niños apenas caminan, los mayores yacen moribundos sobre el suelo, y hay dolor, llanto y miedo por todas partes. La presencia de la muerte y la sensación de desesperanza me sobrecogió, amenazando con llevarme lejos del poblado.
Un adulto me habló, en un lenguaje desconocido. Comprendí que no era un hombre de carne y hueso, sino el espíritu de un hombre que un día transitó por un camino espiritual, posiblemente el shaman de su tribu. Entonces comprendí lo que trataba de decirme con lentas palabras: “Bienvenido a lo que llamamos la tierra del hambre. El mundo un día mirará esto con horror. Este será el primer signo de que el hombre no puede vivir prescindiendo de las leyes del Creador, ni puede luchar contra la Naturaleza. Si el hombre comprende que tiene la culpa de esta calamidad, por esta hambre sin sentido, habrá aprendido una gran lección. Pero temo que el hombre no asumirá su culpa, sino que culpará a la Naturaleza. No comprenderá que él creó este lugar de muerte al forzar a las gentes a tener muchos hijos. Cuando las leyes de la tierra fueron violadas, la gente murió de hambre, tal como la naturaleza mata de hambre al venado cada vez que su población crece demasiado para que la tierra lo sostenga. Esta gente debió haber sido dejada sola. Una vez supieron como vivir con la Tierra , y su riqueza se medía en felicidad, amor y paz. Pero esto les fue despojado cuando fueron considerados como una sociedad primitiva. Entonces el mundo les mostró como cultivar y vivir de un modo menos primitivo. Fue el mundo que les forzó a vivir fuera de las leyes de la Creación y, como resultado, ahora les fuerza a morir “Luego el viejo se alejó, de regreso a la muerte y la desesperación. Se volvió hacia el Gran Abuelo por última vez, diciendo: “Este será el primer signo. Primero vendrá el hambre, y después hambre. Nada capturará la atención del mundo con tal impacto como lo hará este signo. Los Hijos de la Tierra aprenderán las lecciones contenidas en todo este dolor y muerte, pero el mundo lo tomará como una calamidad mas, culpando a la Naturaleza en lugar de si mismo.”
Al desaparecer el anciano, el Gran Abuelo se encontró de regreso a la entrada de la Caverna Eterna. El Gran Abuelo cayó en un profundo sueño, y en su sueño el Gran Espíritu Guerrero habló de nuevo al Gran Abuelo: “Es durante los años de calamidad, del primer signo, que una enfermedad caerá sobre el hombre, una enfermedad que barrerá la tierra y aterrorizará a las masas. Los médicos no tendrán respuestas, y un gran grito de dolor se esparcirá sobre la tierra. La enfermedad provendrá de los monos, las drogas y el sexo. Destruirá al hombre desde adentro, haciendo que cualquier enfermedad común sea una enfermedad mortal. El hombre se buscará esta enfermedad como resultado de su vida, su adoración por el sexo y las drogas, y su vida alejada de la Naturaleza. Esto también es parte del primer signo de advertencia. Las drogas producirán guerras en las ciudades del hombre, y las naciones se levantarán contra esas guerras y contra esa enfermedad mortal. Pero lucharán de manera equivocada, atacando el efecto en lugar de la causa. Nunca ganará esta guerra hasta que la nación, la sociedad, cambie sus valores, y abandone la adoración del sexo y las drogas. Es en este momento que el hombre tiene la oportunidad de cambiar el curso del futuro. Es entonces que puede aprender la gran lección de la calamidad y la enfermedad. Pero hasta que aparezca el segundo signo,la Tierra no puede ser curada en lo material. Sólo una curación espiritual puede cambiar el futuro de la humanidad.” Extractado de la sabiduría Hopi

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