martes, 30 de junio de 2009

CLAVOS EN EL ALMA (Para Pensar)



Esta es la historia de un muchacho que tenia muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta. El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta. Hasta que descubrió que era mas fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Entonces llego el día en que pudo controlar su carácter durante todo día. Después de informar a su padre, este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter. Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban mas clavos para retirar de la puerta...
Su padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo: “has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca mas será la misma. Cada vez que tu pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí vez. Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastara, y la cicatriz perdurara para siempre. Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física.”
Cuidemos el verbo y recordemos éstas tres cosas que nunca vuelven atrás: la flecha lanzada, la oportunidad perdida y la palabra pronunciada.

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